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"Sólo con el buen funcionamiento de los centros docentes, puede mejorar la imagen del docente, y no con propaganda y campañas televisivas, que podrían aumentar más la desconfianza"

Entrevista


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Salvador Cardús, sociólogo y profesor de sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona
Fotografia: Rafel Casanova

¿Cómo definiría el perfil profesional de un/a docente? ¿Qué competencias, aptitudes, actitudes y valores debería adquirir o tener una persona que desee dedicarse a la formación sea cual sea su ámbito de trabajo (estudios reglados o no reglados)?

La vida es diversidad, y afortunadamente existen y existirán muchos perfiles simultáneos y complementarios o en competencia entre docentes. Y no lo afirmo sólo como fatalidad, sino como algo deseable. Sería un desastre que desapareciera el profesor tostón, el despistado, el "enrollado”, el modelo… Y la experiencia, además, muestra que no todos los alumnos establecen la misma relación con los mismos profesores. En cualquier caso, lo que sí sería deseable es que tal dedicación fuera asumida con interés y quizás con una cierta pasión. Y es necesaria una fuerte formación en su propio campo, con una regular puesta al día. Además, aunque sea una obviedad, cuanto mayor sea la capacidad para comunicar mejor. Finalmente, lo imprescindible es tener una cabeza bien amueblada, clara, una "tête bien faite”, como diría Edgar Morin.

¿Cómo valora la formación inicial de estos profesionales? ¿Reciben una formación adecuada o relacionada con las situaciones que acabarán encontrando en el aula?

No puedo responder adecuadamente a esta cuestión, entre otras cosas porque lo más probable es que existan situaciones muy diversas. Desde mi punto de vista, de todas maneras, es que la formación de los maestros está demasiado condicionada por las ideologías educativas y poco por la experiencia docente. Lo malo es que las escuelas de Magisterio se hayan convertido en centros dependientes de la autoridad académica de los pedagogos y no de maestros con experiencia.

¿Cuáles son los principales retos de un docente de educación obligatoria (infantil, primaria, secundaria)? ¿Y en el caso de la educación postobligatoria (bachilleratos, ciclos formativos, universidad)?

Quizás lo más complicado es convencer al estudiante del privilegio que supone tener acceso a una tradición de conocimiento, a una cultura si se quiere, a pesar de compartir tal privilegio con todos los demás. Es decir, que la universalidad de un derecho a la educación no destruya la conciencia de la trascendencia del derecho. Por otra parte, se trata de transmitir la capacidad y la sensibilidad adecuada para abrir la disponibilidad para la admiración ante lo que es valioso, en el sentido que lo apunta Michel Lacroix (Le culte de l'émotion). Finalmente, creo que deberíamos ser capaces de transmitir la idea que la educación, además de un derecho individual, es un deber colectivo.

Una encuesta del sindicato ANPE realizada a más de 2000 profesores de todos los cuerpos docentes no universitarios de todo el Estado refleja que el 87% de los encuestados consideran insuficientes las medidas del Ministerio de Educación y Ciencia y las Comunidades Autónomas para promover la valoración de la labor docente. Una iniciativa en este sentido ha sido la semana de programación televisiva dedicada a maestros y maestras organizada por Catalunya TV3 y la Conselleria d'Educació ¿Qué medidas propondría para elevar la valoración de la figura de maestro/a o profesor/a?

Mal andamos si se considera que la valoración de la labor docente puede venir de la administración, cuando los políticos son los peor valorados socialmente. La valoración de los maestros tiene que ver con los problemas de comunicación entre familia y escuela y de las confusiones que acarrea. Como he defendido en otras ocasiones, debería realizarse un "Plan de comunicación” para cada centro escolar para asegurar que los flujos comunicativos y la comprensión de los mensajes fuera eficaz y eficiente. Sólo así, con el buen funcionamiento de los centros docentes, puede mejorar la imagen del docente, y no con propaganda y campañas televisivas, que podrían aumentar más la desconfianza.

El Ministerio ha propuesto la asignatura de Educación para la ciudadanía para transmitir valores y actitudes en la educación obligatoria ¿Qué piensa de esta opción y qué otras herramientas tiene o puede usar un/a profesor/a para transmitir valores?

Se trata de un nuevo paso en la dirección equivocada. La educación no debe ocuparse principalmente de los valores si no quiere correr el riesgo de confiar en el adoctrinamiento, que es lo que ocurre en la actualidad. La escuela debe confiar en su autoridad y en el valor de los saberes que transmite y trabajar en el desarrollo de las virtudes que favorezcan tal transmisión. Todo lo demás, es retórica vacía bien intencionada pero sin resultados apreciables. Llevamos años "educando valores” y el resultado está a la vista.

Expertos de la educación y sindicatos han debatido sobre la necesidad de establecer un pacto de estado para la educación. ¿Qué opina sobre la creación de este pacto y qué debería incluir según su opinión?

Creo que el debate oficial en la administración y con los "expertos” -es decir, generalmente pedagogos funcionarios expertos- sobre la educación suele situarse fuera de los verdaderos problemas. Soy pesimista respecto a tales procedimientos y a su eficacia. Además, suelen interesar poco a los propios docentes.

¿Cuál cree que es la principal función social de los docentes y la responsabilidad que les corresponde en la formación de las personas?

¿Es poco pedir que enseñen a leer, escribir, pensar y hablar? Es decir, ¿no hay bastante con que enseñen a leer para comprender el mundo, a escribir para transmitir ideas inteligentes e inteligibles, a pensar de manera coherente y sutil, a hablar para ser entendido y poder convivir con los demás? ¿Parece poco pedir que se descubra al alumno el interés por la ciencia, el arte y la historia? Lamentablemente, en los últimos tiempos se ha creído que la función principal era conseguir "buenas personas”. Pero la bondad no debe ser objetivo de la escuela, y menos de la obligatoria, y menos de la pública. Soy partidario del laicismo moral. La escuela debe conseguir personas "bien educadas”.
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