Existen múltiples estudios sobre las dificultades del profesor novel cuando empieza su andadura en la educación formal y la mayoría ponen de manifiesto que éste es un periodo de tensiones y aprendizajes intensivos en contextos generalmente desconocidos dónde los profesores deben adquirir un conocimiento profesional además de conseguir mantener un cierto equilibrio personal (Marcelo, 1999).
Además, en este primer año el profesor se ve sometido a fuertes tensiones emocionales que pueden acabar provocando sentimientos muy acusados tanto de inseguridad como de falta de confianza en uno mismo. Asimismo, la necesidad de ser reconocido, aceptado por el grupo de iguales y de sentirse integrado en el mundo profesional, es también una necesidad recurrente de los profesores noveles que se suma a las anteriores.
El periodo de iniciación a la docencia engloba pues, un conjunto de vivencias ambiguas y confusas, mezcla de preocupación e ilusión que se supera gracias a la puesta en marcha de tres procesos que se pueden dar de forma paralela.
- El primero es un proceso intenso de aprendizaje gracias al análisis de los inputs que el profesor recibe de forma continuada tanto de los alumnos como del resto de profesores y que convierte cada día en un nuevo reto a enfrentar.
- El segundo es un proceso de supervivencia en el que de lo que se trata es de superar cada día de la mejor manera posible. Esta supervivencia viene marcada por reconocer los logros y sobreponerse a las frustraciones del día a día que suelen ser abundantes en los primeros años de ejercicio.
- Y el tercero implica la aplicación consciente o inconsciente de una cierta "ética de la práctico”, que se caracteriza porque ante una constante presión (el aula, los alumnos, el resto de profesores, la cultura de la escuela, etc.) el profesor opta por optimizar sus recursos, recibir, aceptar e intentar incorporar todos los imputs posibles pero a pesar de todo, no complicarse demasiado la vida, es decir, no cuestionar en exceso aquello que recibe. Éste último aspecto tiene mucho que ver con la aceptación de la cultura y savoir fare de la institución.
Por otra parte, no podemos olvidar que el profesor novel ejerce su tarea docente dentro de una institución y las características y condiciones de ésta también determinan la situación en la que se encuentra y cómo se desarrollará su función docente. Las características particulares del ciclo y/o curso en el que trabaje, la pluridimensionalidad de los generalistas -aquellos profesores que pueden dar todas las materias propias de un ciclo excepto aquellas dadas por los especialistas-, factores de tipo personal, la edad, el resto de los profesores, las condiciones y horarios del centro, etc., son factores que marcan de forma importante el desarrollo de este periodo y los problemas que pueden estar asociados a él.
Así, la cultura de la organización influye directamente en la adaptación del profesor puesto que para los centros escolares la incorporación de un nuevo miembro supone un contraste entre las ideas, los valores, las actitudes y las expectativas del que se incorpora y las de los que ya están trabajando en él desde un cierto tiempo atrás.
De las consideraciones precedentes se desprende que el profesor novel se enfrenta a unas dificultades o retos, o en su defecto a unos cambios que le afectan y/o atañen a tres niveles: el nivel personal, el nivel del rol profesional y el de las relaciones interpersonales.
- A nivel personal, el profesor se enfrenta a un nuevo espacio en el que deberá pasar la mayor parte de su tiempo, alrededor de 6 a 8 horas al día, lo que probablemente acabe influyendo en su propia representación y en la necesaria construcción de un nuevo rol profesional.
- Nos referimos a cuestiones que van desde la manera de vestir hasta las creencias sobre el propio carácter, la confianza en uno mismo o la vergüenza ante ciertas situaciones que se ven afectadas, cuando el profesor inicia su carrera profesional.
- Respecto al rol profesional, el profesor se enfrenta a diversos y muy estudiados problemas y/o handicaps que resume de manera muy apropiada Veenman (1984) al categorizarlos de mayor a menor importancia, como puede verse en el listado siguiente:
- Respecto a las relaciones interpersonales, el profesor novel mantiene relaciones con un abanico de personas con intereses, expectativas y formación diferentes (profesores, alumnos, P.A.S, padres, técnicos, asesores) que directa o indirectamente marcan tanto su personalidad como la vivencia de su rol profesional
En resumen, creemos que si bien todos los profesores y/o educadores se enfrentan a un millar de retos diarios, el profesor novel por su condición se enfrenta a diferentes retos que obligan a plantearse una acción educativa a propósito de éstos.
Resulta frustrante revisar las leyes educativas actuales y constatar la falta total de apoyo al profesor que empieza a serlo, cuando en otros contextos tanto de EEUU como de Europa este asesoramiento se contempla en mayor o menor medida desde hace décadas. En este sentido, autores como Wilson y D'Arcy (1987) definen la iniciación del profesor novel como el proceso mediante el cual la escuela lleva a cabo un programa sistemático de asesoramiento a profesores de cara a introducirlos en la profesión y ayudarlos a abordar los problemas de forma que se refuerce su autonomía profesional y se facilite su desarrollo profesional continuo (pp.143).
Así como creemos que la formación continua y el asesoramiento son las claves para el desarrollo profesional y personal del docente a lo largo de toda su vida laboral, también creemos que esta formación y asesoramiento debe adecuarse a las necesidades del profesorado, al igual que los profesores deben ajustarse a la diversidad de sus alumnos.
No podemos permitirnos el lujo de abandonar a los profesores que empiezan por el simple hecho de pensar que sus motivos son vocacionales, sus ganas de enseñar y su formación académica, lo que sí debemos entender es que ninguna de las tres razones es motivo suficiente para no acompañarlos en la aventura de su vida.
