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Erasmus: La primera gran decisión vital

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Pablo Franco Abad, Redactor de myErasmus.com
Programas de intercambio de estudiantes con ayudas inexistentes o en el mejor de los casos insuficientes, un mercado demandante de jóvenes formados, con dominio de idiomas y facilidades de desplazamiento, en muchas ocasiones una dura oposición familiar y para casi todos la primera vez que se sale de casa durante un tiempo más o menos largo. Este es el marco que rodea a un estudiante cuando se plantea cursar parte de su formación académica fuera de su país natal y es sobre este marco sobre el que desarrollaremos este artículo tratando de orientar a un estudiante que se plantee estudiar una temporada en el extranjero.

Irse a estudiar a un país distinto al natal supone para muchos jóvenes la primera gran decisión a tomar en su vida. No en vano es una decisión compleja y no siempre viene motivada por motivos estrictamente acádemicos, debe ser meditada con mucha cautela teniendo en cuenta algunosde los factores que expondremos en puntos sucesivos.

Muchas veces hemos hablado con personas que han pasado alguna temporada en el extranjero completando su formación académica, es raro escuchar conclusiones negativas de su experiencia. La opinión generalizada, siempre a posteriori, es que la aventura ha valido mucho la pena, generalmente más en el plano personal que en el plano académico. Para muchos de estos antiguos estudiantes ha supuesto un antes y un después en sus vidas y no dudarían en volver a repetir la experiencia si tuviesen oportunidad de hacerlo.

Pese a todo hay casos en los que la experiencia en el extranjero ha supuesto un verdadero trauma vital y es por ello por lo que conviene tomar la decisión con pleno convencimiento y total seguridad de lo que se está haciendo. Para ello se deben tener en cuenta algunos aspectos claves que queremos resaltar en los siguientes puntos.

1) El nivel educativo en España es superior al del país destino.

En muchos casos esto es cierto y viene provocado porque los planes académicos de determinadas carreras son completamente distintos a los planes implantados para la misma carrera en España. Es común encontrarse con carreras con duración de dos años en el país extranjero que en España se cursan en cinco, obviamente el nivel académico en estos casos será inferior. Otros casos más llamativos son los de los estudiantes de
Derecho, con toda seguridad los conocimientos adquiridos sobre la legislación en el
país de acogida le serán completamente inservibles en España.

Pese a todo lo anterior es importante resaltar que la decisión de irse a estudiar a otro país debe trascender lo puramente académico. Es sin duda una oportunidad inmejorable para aprender o mejorar un idioma, para afrontar situaciones sólo, para convivir con personas distintas a las de tu propia familia, para abrir tu mente a nuevas culturas...es, en conclusión, una magnífica oportunidad de conocerse a si mismo.

2) El nivel de vida del país destino:

Este es un factor importante y muchas veces discriminatorio en el momento de decidir que países pueden ser nuestros posibles destinos. Es importante informarse del nivel de vida del país de acogida. El precio del alquiler, del transporte y de la comida son buenos indicadores del coste de la vida de un país. Determinados países pueden resultar prohibitivos y siempre hay una opción más económica para aprender su idioma.

Es común buscar algún tipo de trabajo temporal para poder hacer frente a los gastos que conlleva vivir en el extranjero. Si tu dominio del idioma del país de acogida es fluido te permitirá acceder a un tipo de trabajo más especializado.

Elegir como destino un país con un nivel de vida muy superior al del país natal puede suponer un gran handicap a la hora de disfrutar de todas las posibilidades que esta experiencia te ofrece.

3) Edad apropiada para dar el paso.

La edad a la que un estudiante suele dar el paso de estudiar en un país extranjero varía mucho en función de las personas. Ciertos individuos están preparados para vivir esta experiencia antes que otros y se ven casos en que jóvenes de apenas veinte años participan en los programas de intercambio gracias a las becas que el Estado pone a su disposición.. Otras personas llegan al momento en el que se consideran preparadas para dar este importante paso un poco más mayores y no es hasta los veintitrés o veinticuatro años cuando se deciden a ello. En algunas ocasiones personas de veintisiete años han participado en programas como el Erasmus por sus determinadas circunstancias. personales o académicas.

En cualquier caso, para poder ser estudiante de intercambio en alguno de los programas europeos destinados a universitarios suele ser común que se requiera haber sobrepasado el ecuador de la carrera en el país natal. Los años de estudios que más se cursan en el extranjero son los últimos antes de la Licenciatura.

La edad no debe constituir un obstáculo para lanzarse a dar el paso de vivir esta primera experiencia en el extranjero. Muchos son los casos de estudiantes arrepentidos de haber dado el paso en el último curso de su carrera por el hecho de no poder repetir otro año más.

4) No atreverse a dar el paso sólo.

Es común encontrarse con este pensamiento en personas para las que irse a otro país supone la primera gran salida de su hogar. Es raro que una persona que haya vivido la experiencia previamente tenga dudas respecto a este punto.

Irse a estudiar fuera siempre implica vencer algunos de nuestros propios miedos: miedo a encontrarse sólo en un ambiente desconocido, miedo a no saber convivir, miedo a no integrarse etc etc. Es por ello que muchas veces queremos arrastrar con nosotros a terceras personas, generalmente algún amigo.

Las personas que tienden a la sobreprotección de su entorno tendrán mayor dificultad a decidirse por estudiar en el extranjero. La falta de los seres queridos puede suponer en ciertas ocasiones una dificultad insalvable.

La creencia de que el mundo exterior fuera de nuestras fronteras es peligroso, el convencimiento de que no se aprenderá la lengua por mucho que uno se esfuerce o el miedo a no lograr obtener buenos resultados en las evaluaciones de las asignaturas son otros de los temores que las personas afrontan tarde o temprano.

Para vencer todos los obstáculos y disfrutar de las oportunidades ofrecidas por las distintas instancias se ha de tener una serie de ideas claras y haber pasado por un periodo de reflexión intenso.

5) La información de primera mano es importante...pero con cautela.

La información que se puede obtener acerca de los estudios en el extranjero así como de los modos de vida, costumbres universitarias y otros temas es importante que provenga de medios directamente relacionados con el ámbito universitario y estudiantil.

Universidades y entidades públicas o privadas dedicadas a la enseñanza son los espacios de primer nivel para la obtención de informaciones útiles y objetivas. Empresas privadas especializadas en los servicios a estudiantes son otro nivel de vital importancia que permitirá que el estudiante obtenga las pertinentes informaciones sobre los distintos
particulares.

Finalmente, los comentarios y anécdotas de amigos y conocidos podrán servir para formar la idea última de lo que estudiar en el extranjero supone como esfuerzo, aventura y experiencia vital en el aprendizaje de uno a conocerse mejor.

6) Juntarse con personas de tu mismo país......divertido pero poco práctico.

España es, junto con Francia, el país en el que más estudiantes deciden emprender cada año el camino hacia el extranjero como experiencia vital. Muchos de los estudiantes que salen al extranjero van a destinos llamados clásicos como Gran Bretaña, Francia o Alemania y pocos se aventuran a vivir durante uno o dos semestres en lugares menos conocidos como Finlandia o Polonia.

Estas altas concentraciones de ciudadanos del mismo país, facilitadas como decimos por el alto número de los mismos que salen al extranjero, posibilita el que grupos de estudiantes de intercambio se integren prácticamente por individuos de la misma nacionalidad española. Este particular aspecto es especialmente característico de los españoles, ciudadanos junto con los italianos mucho más asociativos que el resto de los
europeos: franceses, alemanes o británicos, que a pesar de salir de su país en un alto número no forman los grupos mencionados.

El problema de permanecer "entre españoles” hace que muchos de los estudiantes que van a estudiar al extranjero vuelvan a su ciudad hablando la misma lengua que hablaban cuando salieron pero apenas han mejorado la del país que les acogió.

Para concluir y a modo de resumen sólo queremos apuntar que los aspectos anteriormente expuestos tan sólo son una pequeña parte, pero quizás la más importante, de lo que implica plantearse vivir una experiencia académica de este tipo fuera del país natal. Desde myErasmus.com somos conscientes de la importancia de todo esto y es por ello que ofrecemos una plataforma gratuita orientada al estudiante que de uno u otro modo se encuentre relacionado con los programas de intercambio dentro del ámbito europeo.





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