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"La motivación debe ser alimentada adecuadamente a lo largo de todo el proceso de aprendizaje para que -aunque tenga altibajos- siga manteniendo su fuerza motriz en el proceso encaminado a conseguir esa meta del aprendizaje de la lengua meta"

Entrevista

  • 17/01/2005

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Entrevista a Patxi Telletxea Ezkurra, Director de la Escuela Oficial de Idiomas de Pamplona. Iruñeko Hizkuntza Eskola Ofizialeko Zuzendaria
¿Qué factores determinan el proceso de enseñanza-aprendizaje de un idioma?

Todavía no hemos podido detectarlos todos, pero la experiencia como docentes nos da la pista de los más importantes, entre ellos -sin duda- tenemos que hablar de la motivación: esa fuerza mágica que hace que la voluntad de las personas esté enfocada en un objetivo y que no se distraiga demasiado en el tortuoso y largo camino de la adquisición de las habilidades comunicativas en el idioma objeto de estudio.

Esta fuerza misteriosa que denominamos motivación debe ser alimentada adecuadamente a lo largo de todo el proceso de aprendizaje para que -aunque tenga altibajos- siga manteniendo su fuerza motriz en el proceso encaminado a conseguir esa meta del aprendizaje de la lengua meta. Una de las claves en el mantenimiento de la motivación está en el uso por parte del profesor de una metodología fresca, activa, constructivista, con materiales lingüísticos frescos, actualizados, documentos auténticos, aquellos que los hablantes utilizan en su día a día. Así la alegría de la vida entrará en el aula, en los documentos y esa alegría contagiará el corazón del aprendiz motivándolo poco a poco hacia el uso práctico y comunicativo de la lengua que está aprendiendo.

Otro de los resortes que coadyuvan a la motivación es dar mecanismos al alumno para que sea autónomo. Una enseñanza que les ayude a coger las riendas de su aprendizaje: sus trucos, sus estrategias favoritas para aprender mejor, el manejo consciente de sus múltiples inteligencias, sus métodos para gestionar los apuntes, maneras de buscar información, trucos para salir fuera a practicar el idioma que están aprendiendo, cómo no perderse en el laberinto de Internet, etc.

Pero -cuidado- esta fuerza maravillosa llamada motivación debe también de activarse en el docente, en el profesor, en el tutor, en el responsable del e-learning. Porque sólo desde la alegría de enseñar se puede alimentar la motivación del alumno. Sólo desde la alegría de compartir con el alumno su proceso de aprendizaje con todas sus luces y sombras se puede llegar a conseguir esa magia infinita que surge entre el alumno y el que le ayuda en el camino.

Así pues, alumno y profesor, seres humanos que cooperan en un mismo fin, deben colaborar de manera flexible para que la magia de la enseñanza-aprendizaje funcione de maravilla. Animándose mutuamente, ayudándose en los momentos más difíciles, desde la confianza y el trabajo conjunto, pero dándole libertad al alumno a que busque su camino, explore sus necesidades, fines, metas, objetivos y según ellos establezca las maneras más efectivas para su consecución. Ahí debe situarse el docente, el profesor, el "facilitador” para enseñarle a descubrir su camino, su recorrido personal y animándole continuamente a experimentar.

Para concluir podríamos decir que esto de aprender idiomas es un círculo que se cierra: a mayor motivación mayor esfuerzo y persistencia en el aprendizaje, y a mayor esfuerzo mejores resultados que a su vez dan una mayor motivación. Y así continuamente, tan sencillo como respirar, tan sencillo como caminar por el monte con el sol encima de nuestra cabeza. Tan sencillo y tan difícil como vivir.

¿Qué aspectos debemos valorar antes de elegir un curso de idiomas?

Lo importante es tener bien claro qué queremos aprender, para qué, en cuánto tiempo, cuánto tiempo disponemos para aprender. Para ello es básico determinar nuestra motivación a la hora de aprender el idioma. ¿Por qué quiero aprender inglés? ¿Para cuándo necesito tener un dominio básico? ¿Tengo tiempo para aprender? ¿Este semestre puedo dedicar un par de horas diarias al alemán?

Se trata de ordenar y mirar a nuestra lista de prioridades vitales. ¿Dónde coloco el aprendizaje del idioma? ¿Detrás de mi vida familiar? ¿Antes de mi afición al deporte? Si este año vamos a tener el tercer hijo ¿será el mejor momento para ponerme a estudiar euskera, o será mejor ayudar en casa, o tendremos que contratar a alguien para que realice algunas de las tareas? En fin, se trata de no tomar la decisión a lo loco, sino analizando las posibilidades reales de atender a ese "primer” deseo que aparece en nuestras cabecitas aburridas de hacer siempre lo mismo, y que oyen el runruneo de los anuncios televisivos cada comienzo de curso.

Planificar, ordenar, preguntarse los por qués, para qués es lo mejor. Nuestra querida mente nos mete en aprietos muchas veces y conviene frenarla de vez en cuando, conviene hacerle reflexionar y madurar ese primer impulso, deseo, sentimiento que nos ofrece. Esto es justamente lo que esta sociedad de consumo no quiere, pero cuando hablamos de aprender idiomas, tenemos que tener una motivación más madura que un simple capricho de primavera. Unos pantalones comprados a lo loco pueden meterse en el fondo del armario, pero los 1500 euros del semestre en la academia de idiomas son demasiado dinero como para no pensárselo un par de veces. Y no hablo sólo del dinero, también quiero hablar del sentimiento de frustración que nos queda, nos sentimos idiotas por no cumplir con nuestros compromisos, con nuestros objetivos, con aquello que hemos pensado hacer y no lo hemos hecho. Y no somos felices, nuestra autoestima baja y nuestra mente nos vuelve a hacer una nueva jugada: "Es que yo no valgo para los idiomas” "Los idiomas son muy difíciles” "Ya me decía mi ama que era un negado para aprender idiomas”

Existen diferentes modalidades de aprendizaje y enseñanza de idiomas. Podemos citar, por ejemplo, cursos de idiomas a distancia, cursos on-line y estudios presenciales. En este sentido, ¿qué debe tener en cuenta el alumnado que decide seguir un curso on-line? Y por otro lado, ¿cuáles son las ventajas de estudiar un idioma de manera presencial?

El alumno que siga un curso on-line debe tener constancia. Antes se utilizaba una palabra en castellano que refleja esta idea: perseverancia. Debe perseverar, ser constante, marcarse unos objetivos diarios, semanales y luego revisarlos. Debe ser implacable con el grado de cumplimiento de las metas señaladas.

El eje es el propio alumno, por ello debe autoevaluarse en el cumplimiento de las tareas propuestas y siempre colaborar y mantener una relación casi diaria con el tutor o responsable del módulo o curso a distancia. Hay que dar la matraca todo lo que se pueda al tutor: dudas, problemas, amodorramientos, tristezas, todo aquello que pueda frenar o interferir en el aprendizaje hay que hacérselo saber al responsable del curso. La otra persona estará lejos, pero ella es la que mejor nos guiará en el camino. Un camino tortuoso, largo, por ello siempre con ayuda. Hay que desconfiar de los cursos on-line sin ayuda, sin personas al otro lado, sin chequeos y sin controles. Las máquinas son buenas, ayudan, pero las personas son las que piensan, y las que interactúan entre ellas desde la misma condición humana que nos une. El camino que recorrerá el alumno será muy parecido al recorrido por la tutora, por ello, necesitamos su ayuda, desde su experiencia en el mismo camino.

El conocimiento de las herramientas informáticas es también esencial: procesadores de texto, navegadores, gestores de audio-vídeo, dominio de herramientas como el chat, correo electrónico, formatos de comprensión de archivos, etc.

La enseñanza-aprendizaje on-line es ideal para el alumnado que está en un momento avanzado de aprendizaje, el alumno puede activar muchas estrategias ya aprendidas en los estadíos iniciales y volar por su cuenta. Necesitará compaginar la enseñanza a distancia con la presencial sólo para trabajar y mejorar la competencia oral.

En lo que se refiere a la enseñanza presencial, ésta requiere una menor autodisciplina que la enseñanza on-line. La profesora estará cerca para ayudarnos y motivarnos día a día. Ella nos pedirá cuentas más a menudo y el contacto casi diario nos ayudará a ser más constantes. Por ello, la enseñanza presencial es ideal para aquellas personas que les cuesta estudiar por su cuenta y son un poco "perezosas”. Asimismo la enseñanza presencial es ideal en los primeros estadíos de aprendizaje, cuando es difícil navegar sólo todavía en el océano del idioma. Lo ideal es utilizar el aprendizaje presencial como trampolín para volar sólo lo antes posible.

En la enseñanza presencial también tenemos que hablar de los compañeros de aprendizaje. Son los que tenemos al lado, los que tienen "parecidas” experiencias, los que tienen diferentes maneras de aprender lo mismo, los que más nos pueden ayudar. Son una gozada porque son como nosotros, al profe se le ve un poco lejos aunque sea muy majete, pero los compas, son los compas. En una palabra: aprendemos con ellos, por ello, es conveniente compartir también con ellos nuestros progresos, nuestros sentimientos, nuestras preguntas y nuestras esperanzas.

¿Cuándo recomendaría viajar al extranjero a estudiar un idioma? ¿por qué?

Cuanto antes mejor. Hay que buscarse la vida sin esperar a nada ni a nadie. Estamos demasiado acostumbrados a vivir con una red de seguridad que nos inhabilita para el aprendizaje efectivo. Hoy en día hay vuelos muy baratos a cualquier ciudad europea. Trabajos en los cuales hay mucho contacto con la gente también hay muchos. Por lo tanto, el que de verdad quiera aprender un idioma que vaya al país donde se habla cuanto antes. El que quiera peces que se moje el culo. Un camarero aprende lo básico del idioma en un mes, y si no lo hace lo va a pasar muy mal, por eso el mejor truco es la "beharra” que decimos en Navarra: la verdadera necesidad es la madre del aprendizaje.

En la actualidad, ¿cuál debe ser el perfil docente, en el caso de la enseñanza de idiomas extranjeros? ¿En que se diferencia de un docente de otros ámbitos?

Para responder esta pregunta me voy a permitir reproducir el resultado de una encuesta que realizamos a nuestros alumnos de la Escuela Oficial de Idiomas de Pamplona en el año 2002. La pregunta rezaba: ¿Cuáles son las características de un buen docente? He aquí algunas respuestas:
- Motiva
- Hace participativa la clase
- Se interesa porque los alumnos aprendan
- Se adapta a las necesidades del alumno
- Se pone en el lugar del alumno
- Tiene paciencia
- Logra contagiar el interés por el idioma
- Conecta con sus alumnos y los escucha
- Favorece la conversación entre los alumnos
- Le gusta la enseñanza
- Prepara la clase a conciencia
- Emplea buena metodología en sus clases
- Actualiza el material
- Procura que sus alumnos estén a gusto
- Es dinámico
- Hace las clases divertidas, amenas y agradables

Poco se puede añadir a lo expresado por los ciudadanos a los cuales damos servicio en nuestra Escuela Oficial de Idiomas de Pamplona.

Quizá me gustaría añadir que el docente debe transmitir a los alumnos desde el primer momento las ideas de autonomía y responsabilidad, es decir, ellos, los alumnos, son los responsables últimos de su propio aprendizaje y deben saber que aprender idiomas nunca se acaba, es un proceso que se inicia y que dura toda la vida. Un proceso precioso lleno de sorpresas agradables y de inimaginables territorios desconocidos para el hablante monolingüe. Con los idiomas las sorpresas están garantizadas, la aventura está al orden del día y siempre existen realidades culturales y maneras "especiales” de ver el mundo escondidas debajo de las caprichosas palabras o expresiones idiomáticas.

Y en el caso de un profesor de idiomas que imparte sus clases a través de Internet, ¿qué competencias diferenciales, en relación con un docente de un curso presencial debe poseer para un desarrollo adecuado de su actividad profesional?

Excepto el conocimiento de las técnicas de dinamización grupal, yo creo que es un perfil bastante parecido. La elaboración de las unidades didácticas puede ser más habitual puesto que se trabaja más a la carta, pero en un curso presencial también hay que programar cada semana, ya no sirve ese libro de texto que se repite año tras año, lo que cuenta es la programación, no el libro de texto, por ello las clases a la carta también deben ser activadas en la enseñanza presencial. Y ello es posible si cada trimestre se evalúa la marcha del curso y se establecen nuevos objetivos y nuevas maneras de enfocar la clase para atender de manera más fina los diferentes estilos de aprendizaje presentes en el aula de acuerdo con los alumnos.

Quizá el docente on-line debe afinar su percepción para desde la distancia saber en todo momento el momento emocional del alumno, conocer sus momentos de desaliento y animarlo constantemente. Esta sería una habilidad muy importante a tener en cuenta: se trata de que nuestro docente no pierda clientes, y la relación a distancia es una relación más distante, por ello el docente on-line si algo tiene que hacer es animar, proponer, alentar y premiar el trabajo del alumno virtual, para ello las pocas sesiones presenciales deben ser preparadas con mucho mimo: el alumno tiene que sentirse arropado y apreciado.

¿Tiene sentido la formación de idiomas adaptada a un sector laboral concreto? ¿Por qué?

Claro que sí. Cada vez aprendemos para fines más específicos, por ello el café para todos no sirve para todas las personas. Cuando la Cámara de Comercio quiere un curso de inglés básico para taxistas de 60 horas hay que ser capaces de prepararlo y ofertarlo. Se trata de concretar muy bien los objetivos lingüísticos que el cliente quiere alcanzar y las horas mínimas necesarias para que puedan ser alcanzados. Cuando una persona quiere aprender alemán sólo para traducir documentos del castellano a ese idioma, a partir de tercero de alemán de la EOI puede dedicarse a perfeccionar la comprensión y expresión escrita, sin dedicar tanto tiempo a las competencias orales. Esa persona está en su derecho a desarrollar una competencia lingüística, no podemos obligarla a que tenga las cuatro destrezas a la vez y con el mismo nivel de dominio.

La sociedad es la que manda. El cliente, el ciudadano tiene la última palabra, y nosotros como profesionales a su servicio tenemos que darle lo que nos pide.

¿En su opinión qué le concede prestigio a una Escuela de Idiomas?

El responder con la mayor nitidez y rapidez posible a las demandas de los ciudadanos que acuden a ella. El ciudadano que viene a una EOI quiere aprender idiomas, tiene poco tiempo, quiere sacar el máximo provecho a sus clases, sabe lo que quiere, por ello tenemos que hacerle caso.

Somos instituciones públicas al servicio de los ciudadanos, nos debemos a ellos. El presupuesto del centro, los profesores, las instalaciones están para lograr que los ciudadanos consigan su mayor capacitación lingüística, ese es el fin, no hay ningún otro. Cada sugerencia, cada crítica, cada queja deben ser atendidas con diligencia: el ciudadano manda y, nosotros, le servimos.

Ofrecer una serie de actividades complementarias como clubes de conversación, nuevos idiomas, revista de la escuela, charlas, conferencias, becas para ir al extranjero, sala de recursos, viajes al extranjero, bolsa de trabajo, etc, también es importante. Es el valor añadido que ofrecemos a nuestros alumnos.

Favorecer la investigación y la experimentación en el aula también es clave. Siempre debe haber profesores inconformistas en el claustro, el equipo directivo debe alentar a estos profesionales que quieren probar nuevas maneras y modos didácticos y educativos.

Por último me gustaría señalar la importancia de hacer caso a la sociedad, estar siempre ojo avizor con el runruneo de la vida que fluye en nuestras ciudades y pueblos: la flexibilización y diversificación horaria es esencial. La oferta de cursos para fines específicos también.

En la actualidad, ¿podría explicarnos brevemente los rasgos que caracterizan la demanda actual de idiomas en España? ¿Esta apareciendo una nueva demanda de lenguas por las que antes no existía demasiado interés (como, por ejemplo, chino, ruso, árabe...)?

Yo puedo hablar a nivel de Navarra, por lo que aquí detectamos el inglés sigue fuerte, hay mucha gente que quiere certificar sus conocimientos de inglés y, otros muchos, quieren aprender a nivel básico ese idioma. Lo sorprendente es que después de pasar tantos años en el instituto, algunos estudiantes vengan a la EOI a cursar niveles bajos de ese idioma. Algo pasa en las aulas de primaria y secundaria. Si yo fuera responsable educativo estudiaría medidas para mejorar las competencias lingüísticas en lenguas extranjeras del alumnado de secundaria y bachillerato.

El francés y el alemán tienen una demanda importante. El estado francés está a 40 kilómetros de Pamplona, y hay muchas empresas alemanas en la Comarca de Pamplona, una de ellas la Volkswagen, esto también anima a las personas.

El caso del euskera como lengua oficial de Navarra, hay muchas personas que quieren aprenderla por motivos laborales o culturales, hay demasiadas amatxis y aitatxis (abuelos y abuelas) que sabían euskera y que por distintas razones no la transmitieron a sus hijos e hijas en Navarra, las generaciones jóvenes quieren llenar esa laguna.

El italiano tiene escasa demanda, pero los estudiantes de italiano son los más fieles de todos, el porcentaje de alumnos que comienza a aprender y continúa hasta el final, es el mayor de todos.

En Pamplona la demanda de otros idiomas es escasa, nosotros ofrecemos árabe y japonés como idiomas no oficiales, y año a año nos cuesta completar los cursos. En lo que se refiere al español para extranjeros, está claro que desde ahora los emigrantes que están con nosotros van a querer certificar sus rápidos progresos en lengua castellana.

¿En el ámbito mundial cree que se están produciendo cambios con relación a la oferta y la demanda de la enseñanza-aprendizaje de idiomas? ¿A qué cree que es debido?

Esta pregunta me viene demasiado grande. Los navarricos vivimos en una pequeña región de apenas 550.000 habitantes, no tengo referencias a nivel mundial, aun así, me quiero hacer eco de un estudio del British Council en el cual hacen una proyección para dentro de unos 50 años y concluyen que las necesidades de aprendizaje del inglés bajarán debido a que muchos ciudadanos ya lo habrán aprendido a nivel básico. Será el momento del castellano y del chino.

¿Nos podría apuntar los principales requisitos para aprender correctamente un idioma?

La respuesta a esta pregunta es fácil, sólo tenemos que fijarnos en lo que hacen los buenos estudiantes de idiomas. Hay un par de libros, ya clásicos, de Rubin y Thompson que indican las diez características del buen aprendiz de idiomas, las reproduzco a continuación:
1.- Aprovecha todas las oportunidades para usar la lengua
2.- Practica sobre todo lo que acaba de aprender
3.- Intenta cualquier estrategia que le ayude a comunicar
4.- No le agobia la incertidumbre
5.- Supervisa su propia producción y la de sus interlocutores
6.- Busca patrones que se repiten en la lengua
7.- Sabe organizar su trabajo y sus conocimientos sistemáticamente
8.- Experimenta con distintos métodos de aprendizaje
9.- Aprende de sus errores
10.- Es un buen "iniciador” de conversación

¿Cuándo podemos afirmar que dominamos un idioma y que es una competencia más para desempeñar una profesión?

Un idioma no se domina nunca, lo que se tienen son diferentes grados de dominio en las diferentes destrezas o habilidades lingüísticas. Una secretaria de dirección puede necesitar un dominio medio a nivel oral de un idioma y un nivel avanzado a nivel escrito; pero un abogado que participa en negociaciones internacionales necesita un dominio avanzado a nivel escrito, pero excelente a nivel oral. Un taxista, en cambio, con un nivel básico oral tiene suficiente, no necesita perfeccionar la habilidad de expresión escrita o de comprensión escrita. Siempre y cuando su objetivo sea ser taxista, si -por el contrario- quiere ser chofer particular de alguna rutilante estrella de rock internacional, la cosa cambia completamente, sus objetivos deberán ser otros.

Cada oficio tiene sus necesidades idiomáticas específicas. No es lo mismo lo que se le pide a un letrado del Parlamento Europeo que a una peluquera de top models islandesas. Tampoco necesitará conocer igual un idioma el hablante que lo quiere para viajar un poco por Europa, que al responsable de ventas de Zara en la Unión Europea.

La pregunta es sencilla: ¿Qué cosas voy a tener que hacer con el idioma meta? Y la respuesta es: tengo que ser capaz de tener un nivel de dominio suficiente del idioma meta para poder desarrollar cada una de esas necesidades lingüísticas que tengo.

Nunca olvidaré la respuesta que dio un empresario navarro a otro en relación con la importancia de los títulos de la escuela oficial de idiomas. Decía el empresario: "Yo, primero, les pido el título, a continuación, les digo que cojan el teléfono y que llamen a Munich. Cuando me han hecho el pedido, y está todo correcto, les hago el contrato temporal por un mes. Y después ya veremos.” Así está la vida, compañeros. Un saludo cordial. Eskerrik asko.
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