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El papel de los docentes ante los retos de la escuela en la era digital
Artículo de opinión
La escuela es la institución social que hoy despierta más expectativas, pero tal vez es la que dispone de menos medios y apoyo social para afrontar los nuevos retos educativos.
La sociedad debería valorar por su importancia estratégica y contribución de futuro el trabajo de los profesionales de la enseñanza. Trabajar en una organización de éstas características debería estar compensado de manera extraordinaria.
Frente a la creciente preocupación sobre cual debería ser el papel de los docentes y educadores en relación a los medios, no podemos dejar de pensar en la reiterada demanda que continúa recibiendo la escuela, transformada, a veces en el "último baluarte de salvación” que la sociedad, o parte de ella, cree que queda.
¿El tema preocupa socialmente? Pidamos que la escuela lo aborde, armemos un eje transversal, un crédito, un "algo”, pero que se hable y se estudie en la escuela.
Se carga de una fuerte responsabilidad a la escuela y se agobia a los profesionales con nuevos retos y obligaciones. El papel de los docentes sigue siendo el de enseñar, acompañar, orientar, construir conjuntamente con su grupo de alumnos una mirada comprensiva del mundo, de su historia, de su presente y de sus perspectivas. Con todas las herramientas que tiene a su alcance y colaboran en las variadas propuestas didácticas de los docentes.
Vivimos en lo que autores como Manuel Castells han llamado la era de la información y no se puede seguir considerando los medios de comunicación social como un instrumento de alienación al servició del sistema. No podemos convertir los medios de comunicación en el chivo expiatorio de todos nuestros males, A pesar de los riesgos que conllevan vivir en las sociedades complejas, no podemos mirar a los medios como una amenaza inevitable. Tampoco podemos tratar de forma paternalista a los niños y adolescentes como seres frágiles e indefensos. Más bien debemos dar instrumentos para que puedan usar estos medios de forma crítica e inteligente.
Creemos, que es urgente y se hace imprescindible una educación en medios de comunicación y de los medios de comunicación. Los datos de diversos estudios sobre el tema son claros (ver III Jornadas Tècniques del Projecte Educatiu de Ciutat. Comunicar i Educar. Nov.2002. Barcelona, entre otros). La mayoría de niños/as y jóvenes dedican una parte muy importante de su tiempo a estar en contacto con la TV, navegando por ordenador, utilizando juegos electrónicos, siguiendo un partido por la TV por cable. Tiempo mayor que el que se dedica a la lectura, los museos, los conciertos o el deporte.
Tenemos que aceptar que los medios de comunicación convencionales y las nuevas propuestas de ocio interactivo forman parte de las oportunidades de tiempo libre de las nuevas generaciones y que el papel de los adultos (docentes y familias) no pasa por prohibir o limitar su uso de forma arbitraria. Pasa más bien por ayudar a usar estos medios de forma racional y mesurada.
Tal como dice D.Buckingham ya no se trata solamente de enseñar a realizar análisis críticos sino también a participar de los diferentes procesos creativos, expresivos. No es la enseñanza de los medios, es la educación en medios. Es la alfabetización en medios y Buckhingam hace referencia al lenguaje, a la representación, a la producción, a la audiencia. El lenguaje visual tiene su código. Se ha de enseñar a entender las convenciones del lenguaje en los medios, sus diferencias, cómo se producen los significados, las diferentes narrativas y la existencia de una toma de decisiones desde el productor.
Para vivir en la llamada "sociedad de la información” se necesita saber como funcionan los medios: Cómo representan el mundo, cómo se construye ese puente entre la realidad y nosotros. Se debe enseñar que detrás de los medios existen personas, empresas e, incluso, intereses ocultos que determinan quien comunica y qué se comunica.
Es importante que los docentes reconozcan la fuerza de los medios, para ayudar en los procesos de alfabetización tanto escritos como audiovisuales y aprovechar las nuevas tecnologías para colaborar en el paso de la información al conocimiento.
Todo éste proceso de esfuerzo de análisis y comprensión no debe caer nuevamente en solitario, sobre las espaldas de los docentes. Debe existir una preocupación social por ayudar a las nuevas generaciones en sus nuevos procesos de alfabetización. La escuela, los centros educativos, no pueden abordar, otra vez, en solitario, los nuevos retos. Necesitan estímulos, apoyos, condiciones, espacios, medios, formación.
Facilitemos la formación de aquellos docentes más interesados, demos apoyo a las iniciativas innovadoras sobre el tema, mejoremos las condiciones de los centros educativos (aulas, tecnologías, ratios), valoremos y ayudemos a que la sociedad valore ese esfuerzo de incorporación permanente de los nuevos retos educativos.
Pensar sobre el tema, investigar, cuestionar, crear, participar para poder construir conjuntamente con los alumnos nuevas "escrituras” y "lecturas” del mundo.
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