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La orientación profesional universitaria; una necesidad actual

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Amparo Jiménez Vivas, Profesora de Diagnóstico educativo y profesional (M.I.D.E.), Coordinadora del Servicio de Orientación Profesional. Fac de CC. de la Educación de la Univ. Pontificia de Salamanca
Si entendemos la Orientación Profesional como una experiencia pseudoeducativa y puntual encaminada a la mera información del alumnado sobre sus posibles planes de estudio futuros o salidas profesionales, estamos limitando esta acción educativa a una serie de acciones excesivamente concretas (tanto en el momento de desarrollo como en la ejecución) que desvirtúan su alcance, metas y objetivos.

En la actualidad, parece mas adecuado definir la Orientación Profesional como una acción educativa real que, apoyada en modelos integradores de diagnóstico (tanto de los alumnos como del entorno donde se desenvuelven) se encamina hacia un estímulo del desarrollo personal, educativo y profesional de los sujetos implicados, al mismo tiempo que es capaz de ofrecer respuestas válidas a una sociedad caracterizada por sus constante cambio.

Desde esta perspectiva, la Orientación profesional se define como una actividad, importante y prioritaria, integrada totalmente en el sistema educativo y relacionada íntimamente con la orientación educativa y la intervención psicopedagógica que debe desarrollarse a lo largo de los diferentes niveles educativos.

Sin embargo, y a pesar de que su importancia y necesidad es reconocida por la mayor parte de expertos en el tema, no en todos los niveles educativos se recoge de la misma manera.

Así, mientras que en los niveles educativos no universitarios las correspondientes leyes de educación han articulado (de forma más o menos explícita) la Orientación Académica, Psicopedagógica y Profesional como un deber de las Administraciones educativas, especialmente en lo que se refiere a las distintas opciones educativas y a la transición del sistema educativo al mundo laboral, en el contexto universitario existe un vacío legal sobre el tema.

Por lo que respecta a la implementación de acciones de Orientación Profesional en los estudios superiores, en la exposición de motivos (parrafo 3º) y el artículo 1.2.b. de la L.R.U. se hace referencia a las funciones prioritarias de la Universidad, destacando el desarrollo científico, la difusión de la cultura y la formación profesional.

Parece evidente que, a pesar de que una de las misiones de la Universidad, a la par que una expectativa importante de los alumnos, es la formación de profesionales competentes y cualificados para el desempeño de las funciones y puestos de trabajo demandados por la sociedad actual, ésta no se plantea explícitamente como "debe ser” la Orientación Profesional que se debe ofertar a los alumnos para conseguir esta meta.

Sin embargo, son muchos los autores y las experiencias que exponen la necesidad de desarrollar estrategias de Orientación Profesional Universitaria.

De este modo, autores como Benito Echeverría (1997) plantean la necesidad que los alumnos tienen de ser orientados en la identificación, elección y reconducción de alternativas formativas y profesionales de acuerdo con sus características e intereses personales.

Rodríguez Espinar y sus colaboradores (1993), Repetto (1995), Alvarez González e Isús (1998), Lázaro Martínez (2002), Jiménez Vivas (2002. 2003), etc., dan por sentada la importancia del desarrollo de estrategias orientadoras en los contextos universitarios proponiendo diferentes modelos y experiencias que satisfagan la necesidad de los alumnos.

Al mismo tiempo, también es frecuente encontrar entre los expertos, opiniones que relacionen la profesionalización de los estudios universitarios con criterios de calidad educativa. Casares García (2000) indica, siguiendo, entre otros, los planteamientos del Consejo de la Unión Europea o de la Guía de evaluación propuesta por el Consejo de Universidades en el marco del Plan Nacional de Calidad de las universidades, que la Universidad debe ofertar titulaciones ajustadas a las demandas específicas de las necesidades sociales. Esto es, debe formar profesionales competentes que se inserten en el mercado laboral.

Es evidente que, para conseguir este importante objetivo, la Orientación Profesional, junto con otras estrategias (un prácticum adecuado, una optatividad real, el desarrollo de acciones relacionadas con la difusión de los estudios, investigaciones serias y rigurosas, etc,) debe poner en funcionamiento acciones educativas y orientadoras esenciales que permitan a los alumnos ver su futuro profesional como algo certero para lo que han sido formados.

En este sentido, Álvarez González (1995) señala la necesidad de establecer programas efectivos de orientación profesional universitaria que cumplan, entre otras, las siguientes condiciones:

- Una planificación amplia que permitan a todos los estudiantes beneficiarse de ellos.
- Una integración, como ya se ha señalado, dentro de los programas de enseñanza.
- Un desarrollo a partir de profesionales cualificados con autonomía en la propuesta y puesta en funcionamiento de los mismos y apoyo de la comunidad educativa.
- Que sean coherentes con la filosofía de la institución y sus objetivos.
- Que respondan a un diseño claro donde los objetivos, la metodología y las actividades a realizar sean posibles y alcanzables.
- Que puedan ser evaluados y revisados tanto en su diseño inicial como en cada momento de su puesta en práctica.
- Un desarrollo continuo donde, desde la llegada a la universidad hasta la terminación de sus estudios, el alumno se vea apoyado y orientado.
- Una concepción de las personas como elementos activos y centrales en el proceso de orientación .


ÁLVAREZ GONZÁLEZ, M. (1995). La orientación profesional en la universidad. CEDES. Barcelona.
ÁLVAREZ GONZÁLEZ, M. e ISÚS (1998) "La Orientación profesional” en R. Bisquerra (coord..): Modelos de orientación e intervención psicopedagógica. Praxis. Barcelona. 233-259.
ÁLVAREZ ROJO, V. y LÁZARO MARTÍNEZ, A. (2002). Teoría y práctica en la orientación educativa. Aljibe. Málaga.
BORREGO RIVAS, M. y DÍAZ VILLEGAS (2000). Orientación profesional y vocacional. CCS. Madrid.
CASARES GARCÍA, M.T. (2000). "Las salidas profesionales como criterio de calidad en la licenciatura de Pedagogía” en Bordón 52 (4), 499-508.
CASTILLO CEBALOS, G. (2000). De la universidad al puesto de trabajo. Pirámide. Madrid.
ECHEVARRÍA, B. (1997). Los servicios de orientación universitarios. Alertes. Barcelona.
GARDELLE, R. (2001). Guía para conseguir el próximo empleo. Salvat. Barcelona.
JIMENEZ VIVAS, A. (2002). "Una experiencia de orientación profesional. El Servicio de orientación Profesional de la Facultad de Educación de la Universidad Pontificia de Salamanca”. En Revista Gallego Portuguesa de psicología y educación. nº 6 (vol. 8). 331-336.
JIMÉNEZ VIVAS, A. (2003). "La orientación profesional universitaria: Hacia un modelo integrador de diagnóstico e intervención” en Revista Gallego Portuguesa de psicología y educación. nº 8 (vol. 10). 41-48.
REPETTO TALAVERA, E. (1995). Orientación educativa e intervención psicopedagógica. Pirámide. Madrid.
RODRÍGUEZ ESPINAR, S. y COLS. (1993). Teoría y práctica de la orientación educativa. PPU. Barcelona.
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