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La aplicación de las Inteligencias Múltiples en el aula sí potencia el desarrollo integral de cada niño

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María del Mar Andreu González, Docente y Estudiante Investigador de Doctorado (Valencia)
El ser humano, a diferencia de otros seres vivos, se caracteriza por su inteligencia para discernir, crear, transformar y adaptarse al medio que le rodea. Según Howard Gardner, la inteligencia nos permite resolver problemas o necesidades en determinadas situaciones. Las inteligencias no son habilidades, son potenciales biológicos que llegan a desarrollarse en mayor o menor medida dependiendo de las oportunidades y motivaciones de cada individuo.
 
Ahora bien, hablar de inteligencia es un tema relativo, ya que no podemos decir que una persona es más o menos inteligente que otra, sino que cada niño o adulto tiene las ocho inteligencias. A este punto, la escuela debería considerar de forma equitativa la enseñanza de los contenidos a través de cada una de las inteligencias para que todos los niños pudieran optimizar sus capacidades individuales. 
 
El pasado curso escolar estuve trabajando en una escuela bilingüe al noreste de China, en Tianjin. En mi escuela trabajábamos por inteligencias múltiples y el currículum de la misma estaba organizado de tal forma que las inteligencias de los niños eran optimizadas diariamente, creando así alumnos competentes y cualificados tanto para la escuela como para la vida. Debo decir que siempre les mostrábamos las habilidades necesarias para llevar a cabo las tareas de la forma más eficiente, manifestando una actitud positiva hacia el aprendizaje. Desde mi punto de vista, todo esto está estrechamente relacionado con las competencias básicas y transversales, entendiendo como tales aquellas competencias genéricas, comunes a la mayoría de las profesiones, que se relacionan con la puesta en práctica integrada de aptitudes, rasgos de personalidad, conocimientos y valores adquiridos.
 
Recuerdo como si fuera ayer cuando llegué por primera vez a la escuela, situada en una rica zona de la gigantesca ciudad de Tianjin. Mi clase estaba vacía y la directora del centro me pidió que habilitara cada corner del aula teniendo en cuenta cada una de las inteligencias múltiples. Bien, pues como profesora del centro, tuve en cuenta el currículum de las IM (Inteligencias Múltiples) para:
 
1. Crear centros de aprendizaje o corners (la zona de Arte y Construcción, Lectura, Escritura, Ciencia, Música, Teatro, Creación con bloques,  Manipulativa y Sensorial)
 
2. Proporcionar a los alumnos una gran variedad de juegos y materiales que fueran accesibles, seguros, y que, sobre todo, despertaran curiosidad e independencia. Para ello, optaba por juegos que transmitieran diferentes puntos de vista a los alumnos, como por ejemplo la ajedrez, las damas, el bingo e incluso el póker y diariamente o semanalmente añadía elementos nuevos a cada rincón de mi clase con, por ejemplo, lupas e insectos disecados en el área de ciencia, instrumentos musicales en el área de música, disfraces en el área de teatro o cartas, postales y sellos en el área de escritura. Todos estos elementos ayudaban a desarrollar las competencias, destrezas y actitudes relacionadas con cada inteligencia.
 
3. Elaborar actividades apropiadas para su edad y que a su vez, le dieran a cada niño la oportunidad de potenciar sus habilidades y aumentar su conocimiento a través de ocho dominios del aprendizaje (Personal, Social, Lengua y Literatura, Pensamiento Matemático, Pensamiento Científico, Estudios Sociales, Arte y Desarrollo Físico).
 
Principalmente trabajábamos por proyectos, ya que resultan perfectos para desarrollar las inteligencias múltiples y dan a los alumnos autonomía, permitiéndoles aumentar sus motivaciones e intereses y construir su propio aprendizaje.
 
4. Observar diariamente a los alumnos y así valorar su aprendizaje continuo, ya que ellos tomaban parte en diversas actividades, ejercicios, pruebas, intercambios de opiniones, evaluaciones y proyectos especiales que eran desarrollados a través de puestas en común, siempre dentro de los parámetros de los objetivos de aprendizaje y el currículum de la escuela. Con todo, los alumnos contaban con múltiples oportunidades y enfoques para aprender y demostrar lo aprendido.
 
He de decir que siempre apostaba por el aprendizaje activo y real. Creo que la mejor forma de ejercitar las inteligencias múltiples es mediante la práctica, es decir, aprender haciendo. Cuando los alumnos estaban realizando actividades o jugando estaban ejercitando las competencias básicas (matemática, conocimiento e interacción con el mundo físico, social y ciudadana, autonomía e iniciativa personal, aprender a aprender, cultural y artística y la lingüística). Aquí he de mencionar que en mi clase los alumnos no desarrollaron la competencia digital ya que la política de la empresa no nos los permitía. Como profesora del centro tenía limitaciones, ya que China es un país comunista, y aún siendo una escuela internacional, era propiedad del gobierno. Esto no fue para nada un impedimento, ya que me adapté y supe llevar las inteligencias múltiples a mi aula con éxito.
 
No quisiera terminar este artículo sin mencionar que los nuevos tiempos requieren profesores que fomenten la creatividad y la colaboración y creen alumnos competentes para el futuro próximo. Aplicando las inteligencias múltiples al aula y trabajando por competencias, podremos, entre todos los docentes, ayudar a desarrollar las destrezas vinculadas al desarrollo natural y real de las situaciones cotidianas, para conseguir capacidades que aportan al individuo flexibilidad e iniciativa al enfrentarse a nuevos retos.
 
* Todas las fotos han sido realizadas por María del Mar Andreu González
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