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Saber usar el tiempo, una asignatura pendiente
Artículo de opinión
Por ello, considero que los colegios e institutos deben promover actividades de formación y de sensibilización sobre el valor del tiempo, la necesidad de gestionarlo de manera racional, los horarios que los menores deben tener en el estudio y el ocio, los hábitos saludables de sueño y alimentación, la repercusión de la falta de descanso en los accidentes laborales y de tráfico, la corresponsabilidad del hombre y la mujer con el apoyo de los hijos en la realización de las tareas domésticas...
Es esencial explicar a los alumnos –en esas edades en las que son tan receptivos a nuevos conocimientos– la gran importancia del tiempo. Hay que usarlo sabiamente desde la infancia, porque la recompensa será una vida en plenitud. Pero hasta ahora nadie se ha propuesto hacerlo, y cuando lo aprendan quizás será tarde.
En este sentido, la Comisión Nacional que presido ha solicitado al Gobierno que en la nueva asignatura de Educación Cívica y Constitucional, que sustituirá a la de Educación para la Ciudadanía, se incluya la necesidad de mejorar la gestión del tiempo. Esto es imprescindible para formar ciudadanos "libres y responsables con capacidad de ser sujetos activos", principal objetivo de la asignatura según el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert.
Propugnamos también que se coordinen los horarios laborales con los escolares, acortando los primeros y no alargando los segundos. Además, hemos expresado en reiteradas ocasiones nuestra preocupación por los problemas que plantean a los padres los periodos de vacaciones de sus hijos; y por el hecho de que, durante el curso, los menores están a menudo sobrecargados con actividades extraescolares o desatendidos en sus casas durante tres o cuatro horas al día.
Asimismo, la Comisión Nacional ha creado el Concurso Escolar "¿Cuánto tiempo tienes para mí?", que ha alcanzado ya su tercera edición. Este concurso, dirigido a los niveles de primaria y secundaria, trata de incidir en los tres sectores que conforman el triángulo educativo –padres, escolares, educadores–, y a través de ellos en el conjunto de la sociedad. Es conveniente que los padres comprendan que el mejor regalo que pueden hacer a sus hijos es dedicarles tiempo; que los menores sensibilicen a sus progenitores sobre la relevancia de las relaciones paterno-filiales; y que los centros de enseñanza tomen conciencia de la gran labor que pueden desarrollar en este ámbito.
También en los diferentes estudios universitarios deben incluirse los asuntos relacionados con el uso del tiempo y su correcta gestión. Y en cuanto a los posgrados y másteres de las universidades y otros centros de formación –que elevan las posibilidades de encontrar trabajo y, sobre todo, de lograr puestos de responsabilidad–, donde están surgiendo nuevas titulaciones, creo que deben fomentarse dos interesantes líneas de actuación: la formación de expertos en la buena utilización del tiempo; y la formación en el conocimiento de las herramientas y prácticas existentes para la conciliación de la vida personal, familiar y laboral y de la igualdad de género en las empresas, dos aspectos que exigen unos horarios racionales.
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