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Oportunidades de trabajo en tiempos de pandemia

Artículo de opinión

  • 25/03/2021

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Elena Ibáñez. CEO de Singularity Experts (Madrid)
Desde hace un año, todos estamos siendo testigos de cómo el COVID-19 está generando una profundísima disrupción en el mundo del trabajo. Lo peor de esta crisis es sin duda la pérdida de empleos en todo el mundo, estimada en casi el 7%. Esto supone la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial y no parece que se vaya a solucionar en el corto plazo. Los sectores más impactados son evidentemente los más intensivos en mano de obra, como el turismo, la fabricación, el sector inmobiliario y el comercio. Estos fueron los primeros que sufrieron el impacto de la crisis y seguramente los últimos que saldrán de ella. Pero existen oportunidades en otros sectores que ya están despegando, gracias precisamente a la crisis.
 
En el sector de la salud va a crecer la demanda de profesionales principalmente relacionados con 3 áreas. En primer lugar, en el área del eHealth o telemedicina, que evitará desplazamientos innecesarios a centros de salud. Para ello, se necesitarán por ejemplo expertos en atención virtual y terapias psicológicas a través de la realidad aumentada y la realidad virtual. La segunda área por destacar es la de la medicina preventiva y personalizada, tan importante para fortalecer nuestro estado de salud y nos ayude tanto a prevenir enfermedades como a defendernos mejor ante otras inevitables. Para ello se necesitarán profesionales expertos por ejemplo en Genómica. Y en tercer lugar destacaría el área de la investigación de fármacos y vacunas que sin duda se reforzará tras esta crisis, para lo cual se necesitarán profesionales expertos en inteligencia artificial, biotecnología…
 
El campo de la educación es también un gran sector de oportunidad. Se va a incrementar la demanda de expertos en EdTech, que sean capaces de generar otros formatos formativos, más líquidos, MOOCs, con otro tipo de evaluaciones basadas en la reflexión y no en la memorización. Se necesitarán también expertos en educación personalizada para adaptarse al progreso de cada estudiante, ya que en la formación online las diferencias entre alumnos afloran mucho más que "escondidas" tras la masa de la clase. Y para esto se necesitarán por ejemplo profesionales que sepan mucho de inteligencia artificial (AI). Y por último también crecerá la formación en áreas tecnológicas (3D printing, AI, drones, Big Data…) y en soft skills para dar respuesta a estas nuevas profesiones que crecen.
 
El ámbito de la seguridad también se verá reforzado, creciendo la demanda de trabajadores públicos que entiendan de tecnología para nuevos y necesarios desarrollos como por ejemplo la monitorización de ciudadanos o el pasaporte sanitario. Y también crecerá la demanda en ciberseguridad, ya que cuanto más crece la digitalización, más riesgo de ataques hay.
 
En el campo de las operaciones, encontramos crecimiento de demanda para profesionales especializados en la optimización de procesos, sobre todo en aquellos entornos que se han visto absolutamente desbordados por la crisis: procesos hospitalarios, logísticos, de fabricación, etc. Por tanto, se se necesitarán profesionales que sepan mucho de Big Data e IoT entre otros conocimientos tecnológicos. También está creciendo mucho el last mile, la entrega a domicilio, por lo que aumentará la demanda de profesionales expertos en drones y robots. Además, resulta previsible que crezca el rastreo de alimentos para garantizar la idoneidad de la comida y bebida que entran en casa, para lo cual serán importantes profesionales expertos en blockchain.
 
"La formación se ha convertido en la clave para capturar la oportunidad que traen los empleos emergentes.".
 
 
Relacionado con el pure tech, también se prevén áreas de oportunidad para perfiles expertos en 5G, que aseguren la viabilidad de toda la migración digital que provoca la falta de presencia física. Así como los desarrolladores de software que apoyen en dicha migración.

Por último, cabe mencionar la oportunidad, no de empleos en sí, sino de nuevos roles que emergen tras la crisis: el "innovador" que sea capaz de proponer nuevas soluciones financieras, de abastecimiento, tecnológicos, etc. El rol del "emprendedor" que genere la creación de nuevas empresas, con nuevos modelos, tras la debacle laboral. Y el rol "ético" que dote de códigos deontológicos las investigaciones que van a impulsarse tanto.

Todas estas posibilidades laborales plantean nuevos retos a los trabajadores, principalmente en torno a la adquisición de nuevas habilidades. La formación se ha convertido en la clave para capturar la oportunidad que traen los empleos emergentes.
 
El futuro del trabajo está poniendo patas arriba muchas cosas, pero una de las más importantes es la manera en la que los humanos aportaremos valor profesionalmente. ¿Por qué? Porque muchos empleos tradicionales son repetitivos y, por lo tanto, estarán robotizados. Esto hace que diferenciarse de las máquinas, sea una de las claves del éxito laboral. Por eso, instituciones de prestigio como el Foro Económico Mundial, el MIT y la consultora McKinsey Global Institute apuntan a un consenso generalizado en torno a la importancia de las habilidades que nos hacen robot-proof, es decir, a prueba de robots. Compañías como Google, Apple o Bank of America ya no exigen una titulación universitaria a sus aspirantes, y el 15% de la plantilla de IBM no lo tiene. Y hace pocos meses, Elon Musk reclutaba en Twitter así: "Se requiere ser ético en el trabajo, tener talento para construir cosas, sentido común y confiabilidad. El resto lo podemos capacitar".
 
Entre estas habilidades transversales, podríamos destacar en primer lugar la creatividad, porque la competencia para generar ideas y llegar a nuevas conclusiones, cobrara´ valor frente a la estandarización que supone la robotización. En segundo lugar, la adaptabilidad, porque las disrupciones serán cada vez más rápidas y las líneas cada vez más difusas, por lo que será´ critica la capacidad de acomodar y normalizar los cambios. Y, en tercer lugar, la capacidad de aprendizaje continuo, porque el mundo se hace cada vez más complejo, por lo que la curiosidad y la habilidad para adquirir conocimientos de manera constante será´ una capacidad que diferenciara´ a los trabajadores del futuro inteligente.
 
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