Descripción
El máster de Culturas y Lenguas de la Antigüedad es, dado su carácter diferenciador y su estructura, único en Europa. Proporciona a todos los estudiantes el conocimiento de las tres lenguas antiguas fundamentales 'griego, latín y hebreo' y al mismo tiempo garantiza la especialización científica en las culturas de dos zonas geográficas del mundo antiguo, el Mediterráneo y Oriente Próximo, inmersas durante siglos en un proceso fecundo de interrelación. De este modo, ofrece un viaje desde los orígenes de la civilización mesopotámica hasta la realidad actual por medio de las lenguas, escrituras y manifestaciones culturales de la antigüedad.
Los estudiantes adquirirán en la etapa inicial obligatoria conocimientos profundos sobre las lenguas de estas regiones 'de origen semita o indoeuropeo', sobre sus sistemas de escritura 'desde la cuneiforme hasta la alfabética' y sobre sus sistemas literarios, y aprenderán a valorar tanto sus diferencias como sus similitudes dentro de este marco común. Las dos especialidades que ofrece este máster, Filología Clásica y Biblia y Próximo Oriente antiguo, permiten a los estudiantes completar su formación en uno de estos dos grandes ámbitos culturales y, así, dominar sus lenguas propias (el griego y el latín o el hebreo y las lenguas orientales); acceder directamente a sus obras literarias y artísticas situadas en su contexto histórico, antropológico y social; y conocer la recepción y la continuidad del legado del mundo antiguo en nuestra cultura. De este modo, los estudiantes podrán generar con todas las garantías un conocimiento de calidad en el campo de las ciencias de la Antigüedad.
Competencias para las que te prepara el curso
Capacidad para conocer y dominar los conceptos fundamentales de las culturas y lenguas del Mediterráneo y de Oriente Próximo en la Antigüedad.
Capacidad para acceder críticamente a los textos utilizando las herramientas específicas de los estudios filológicos e incorporando también los recursos que ofrecen las nuevas tecnologías.
Capacidad para valorar la dimensión histórica de las fuentes documentales y materiales y, así, poder interrelacionar los aspectos ideológicos, sociales, políticos, religiosos y culturales de estas civilizaciones y, además, reconocer la pervivencia de su tradición literaria y cultural en Occidente.