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Descripción
Los enfermeros familiares y comunitarios promueven la salud y previenen enfermedades en la comunidad.
Visitan a las personas en sus hogares para asistirlas, educarlas y aconsejarlas.
Llevan a cabo una parte importante de su trabajo con niños pequeños y ancianos. Sin embargo, cuidan y asisten a personas de todas las edades como, por ejemplo, personas inválidas o con enfermedades crónicas, con depresiones postparto y drogodependientes o alcohólicos.

Funciones
Los enfermeros familiares y comunitarios promueven la salud mental, física y social de una comunidad. Desempeñan el papel de consejeros familiares, profesores e enfermeros, por lo que proporcionan mucho más que asistencia sanitaria básica.

Visitan a las personas en sus hogares, cubriendo normalmente el área local de un médico de familia. También pueden realizar sesiones clínicas e informativas en centros médicos o de salud locales.
Una de sus responsabilidades es comprobar el desarrollo de bebés y niños a través de sus visitas y sesiones clínicas. Asumen la responsabilidad del matrón y la mantienen hasta que los niños llegan a la edad de empezar la escuela (momento en que el enfermero escolar toma el control).

Los enfermeros familiares y comunitarios aconsejan a los padres y cuidadores sobre el desarrollo normal de los niños, sobre cuestiones relacionadas con la alimentación, la seguridad, el juego y la estimulación.

Se encargan de realizar clases y sesiones clínicas como, por ejemplo, consultas de salud infantil y clases de preparto y postparto. Pueden estar vinculados a la supervisión del médico de familia o a clínicas o centros médicos.

Algunos enfermeros familiares y comunitarios proporcionan servicios de vacunación para niños en clínicas o centros médicos.

Mientras que una gran parte de su trabajo se realiza con niños de preescolar y ancianos, también dan asistencia a personas de todas las edades y lidian con una amplia variedad de cuestiones. Por ejemplo, cuidan y dan soporte a personas inhabilitadas o con enfermedades crónicas, lo que les facilita la vida en su hogar.

Un ejemplo del aspecto emocional y mental del trabajo puede ser hablar con una madre con depresión postparto, o aconsejar a ex parejas de alguien a quien se le ha diagnosticado VIH.

Los enfermeros familiares y comunitarios deben ser capaces de notar cambios en la salud o el comportamiento de sus pacientes. También deben detectar problemas familiares, como el abuso infantil.

Trabajan como parte de un equipo que incluye pedicuros, enfermeros de salud mental, médicos de familia y ergoterapeutas. Están en contacto con organizaciones de asesoramiento legal o de servicios sociales.

Suelen investigar temas de salud local y proporcionan educación sanitaria. Recopilan y usan información sobre problemas sociales y sanitarios de la población local y planifican la mejor forma de afrontarlos.

Deben elaborar informes y registros precisos.
Perfil profesional
Para ser un enfermero familiar y comunitario, deberá:
  • Tener la habilidad de comunicarse con personas de todas las edades, culturas y entornos sociales.
  • Tener sensibilidad y tacto. Al realizar visitas, debe respetar el hecho de que está trabajando en los hogares de las personas.
  • Saber escuchar.
  • Tener la habilidad de dar consejos claros.
  • Ser capaz de reconfortar y animar a la gente.
  • Tener buenas habilidades de observación para detectar signos de enfermedad que no se revelan en la conversación. Por ejemplo, para detectar cuando una madre está sufriendo una depresión postparto.
  • Tener fuerza emocional para tratar con cuestiones como el luto, el abuso infantil, la drogodependencia y enfermedades terminales.
  • Tener la habilidad de tomar decisiones por su cuenta y ser responsable de esas decisiones.
  • Tener mucha energía: el trabajo puede ser muy exigente en términos físicos, emocionales e intelectuales.
  • Saber trabajar en equipo
  • Tener habilidades organizativas.
  • Tener facilidad a la hora de escribir, para generar informes.

Normalmente se requiere el permiso de conducir.
Competencias
  • Afectuoso.
  • Amable.
  • Aptitud para tomar decisiones.
  • Aptitudes para la escucha.
  • Aptitudes para redactar informes.
  • Capacidad para bregar con situaciones angustiantes.
  • Capacidad para trabajar en equipo.
  • Capaz de calmar y tranquilizar a la gente.
  • Capaz de mantenerse al día de los procedimientos y tratamientos.
  • Capaz de respetar a personas de todos los orígenes.
  • Capaz de seguir procedimientos establecidos.
  • Controla el desarrollo de bebés y niños.
  • Deriva a pacientes a otros especialistas médicos.
  • Dirige un consultorio.
  • En forma físicamente.
  • Enseña a los pacientes técnicas para llevar una vida independiente.
  • Habilidad para los números.
  • Habilidades comunicativas.
  • Habilidades prácticas.
  • Imparte educación en materia de salud.
  • Inyecta vacunas.
  • Lleva registros con precisión.
  • Lleva varios casos.
  • Observador.
  • Paciente.
  • Permiso de conducir completo.
  • Proporciona asesoramiento.
  • Realiza desplazamiento de ámbito local.
  • Realiza investigación.
  • Realiza visitas prenatales.
  • Se ocupa de personas con discapacidad y les presta apoyo.
  • Sensible.
  • Tolerante.
  • Trabaja con niños.
  • Trabaja con personas drogodependientes o alcohólicas.
  • Trabaja en establecimientos locales como consultorios de médico de cabecera y centros de salud.
Estudios
A continuación se relacionan algunos de los estudios que permiten ejercer esta profesión. Hay que tener en cuenta que, dependiendo del ámbito de especialización, es posible que se tenga que complementar la formación con otros cursos más específicos del sector. La formación continua es un aspecto clave para la mejora profesional.