| Los gobiernos están más preocupados para combatir las estadísticas que en solventar los problemas que puedan poner en evidencia unos malos resultados. Los esfuerzos de comunicación de los gobiernos, más cuantitativos que cualitativos, deben complementarse con acciones más explicativas de lo que sucede y lo que se ha aprendido. Cada vez somos más los que sabemos leer y comprender las estadísticas y más los que pedimos una argumentación más profunda de las decisiones. |