Acupuntor

Los acupuntores tratan lo que ellos consideran desequilibrios de la energía mediante la inserción de finas agujas en zonas especialmente seleccionadas del cuerpo. Adoptan un enfoque holístico, por ejemplo, teniendo en cuenta la historia clínica del paciente y factores como la dieta, los patrones de sueño y el estado emocional.

La acupuntura es un antiguo sistema de curación. Los pueblos de China y otros países orientales han practicado la acupuntura durante miles de años. Es una forma alternativa de medicina que es reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los acupuntores insertan agujas muy finas en la piel del cliente en ciertos puntos del cuerpo. Los acupuntores consideran que eso ayuda al cuerpo a restaurar el movimiento suave y equilibrado de la energía (conocida como "qui"), y estimula la respuesta curativa del cuerpo propio.

Mucha gente va al acupuntor porque tienen un problema específico, por ejemplo:

• Artritis
• Hipertensión
• Problemas de infertilidad
• Migraña
• Problemas respiratorios
• Dolores menstruales
• Adicción a las drogas o al alcohol
• Ansiedad y depresión.

Sin embargo, el objetivo de la acupuntura es mejorar el bienestar general del cliente, por lo que no todos los que van a un acupuntor tienen una enfermedad específica; por ejemplo, pueden sentir malestar general o tener dolores y molestias para los que no encuentran explicación.

El objetivo principal del tratamiento es recuperar el equilibrio entre los aspectos físicos, emocionales y espirituales de la persona, en lugar de tratar solamente los síntomas. Así pues, la acupuntura es una terapia holística.

En la primera visita de un cliente, el acupuntor hace un diagnóstico. Lo hace entrevistando al cliente y preguntándole por su estilo de vida, dieta, sueño, emociones, antecedentes familiares y muchas otras cosas.

El objeto de la consulta es ver qué canales de energía considera el acupuntor que hay que corregir para que mejore la enfermedad.

En las conversaciones con los clientes, el acupuntor toma notas en una tarjeta de registro médico.

El acupuntor examina a continuación al cliente. Puede observar la postura del paciente, examinar su piel, las uñas, los ojos y la lengua, y tomarle el pulso.

Durante el tratamiento, los acupuntores insertan las agujas en diferentes ángulos y profundidades. Las dejan allí durante un tiempo que varía entre pocos segundos y 30 minutos (o a veces más). La mayoría de los pacientes describen la sensación del tratamiento como una sensación de hormigueo o dolor sordo.

Durante la sesión de tratamiento, el acupuntor puede dejar al paciente solo para que se relaje, y tal vez empezar a tratar a otro paciente.

A veces, el acupuntor estimulará las agujas. Puede hacerlo a mano (haciéndolas girar un poco frotándose las manos), eléctricamente (haciendo que pase una pequeña corriente eléctrica a través de ellas), o con calor (método conocido como moxibustión: el acupuntor quema una pequeña cantidad de moxa, una hierba, en el extremo expuesto de la aguja).

Al final del tratamiento, el acupuntor retira todas las agujas y las deposita en un contenedor seguro. Se usan agujas nuevas y estériles para cada nuevo tratamiento.

Después, el acupuntor puede concertar otra cita con el paciente y, si se trata de una consulta privada, cobrarle.

Para ser acupuntor, se necesita:

• Disfrutar trabajando con el público.
• Habilidad manual.
• Ser capaz de tranquilizar a las personas ansiosas.
• Dotes de comunicación para hacer las preguntas correctas y escuchar comprensivamente.

Si se trabaja por cuenta propia, se necesitará un buen sentido de los negocios.

• Amable.
• Aptitudes para la escucha.
• Aptitudes para llevar registros.
• Asesora a personas a decidir el tratamiento a seguir.
• Capaz de calmar y tranquilizar a la gente.
• Empático.
• Emprende y lleva su propio negocio.
• Habilidad para el marketing.
• Habilidades comunicativas.
• Habilidades prácticas.
• Lleva registros con precisión.
• Lleva un registro.
• Observador.
• Se encarga de la gestión presupuestaria.
• Sensible.
• Toma historias clínicas detalladas, holísticas.
• Utiliza técnicas como la moxibustión, electroacupuntura, ventosas calientes y acupresión.
• Valora el progreso de los pacientes y evalúa los planes de tratamiento.