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"Salir de la zona de confort requiere un esfuerzo, pero nuestros jóvenes tienen la garantía de que no están solos"

Entrevista

  • 28/02/2018

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José Castro Mora y Francisco J. Santolaya, Gerente de la Fundación Persán y Responsable del proyecto CEI-Persán. Categoría Instituciones 2017
El Centro de Educación Integral se ha aplicado por primera vez en el curso 2016-2017. ¿Podrían explicar cuál es el sentido de su creación y puesta en marcha?

El CEI-PERSÁN tuvo su origen a partir de una consulta a un grupo de expertos profesionales en el ámbito de la intervención social y comunitaria. La Fundación PERSÁN cumplía 10 años al mismo tiempo que PERSÁN su 75 aniversario. Se le propuso al patronato la idea de trabajar de manera integral con jóvenes con potencial, pero a los que la crisis estaba limitando el pleno desarrollo de sus capacidades.

Los preparativos del programa fueron complejos, ya que el CEI-PERSÁN es una propuesta integral con ingredientes ciertamente novedosos. Por ejemplo, se suele pensar en pisos con jóvenes e inmediatamente se viene la imagen de menores infractores o tutelados. No es el caso. Se trata de un trabajo que oscila de lo preventivo a lo promocional, con una clara vocación comunitaria.  

La definición del perfil de participante fue clave. Son personas resilientes ante la adversidad, con un componente de superación personal muy importante, se imaginan un futuro mejor y están en condiciones de luchar por él. Que una empresa privada ofrezca un recurso de este tipo de manera gratuita y voluntaria es algo que no suele ser habitual. En este aspecto nos apoyamos en los profesionales del ámbito socioeducativo (equipos de orientación académica de los centros y de los servicios sociales municipales, quienes también nos asesoran).

¿Cómo se fomenta la orientación académica y profesional entre los jóvenes seleccionados?

Trabajar con jóvenes en orientación en una transición hacia la vida adulta implica asumir un enfoque integral, donde lo vital, lo familiar, lo académico y lo profesional deben estar coordinados.

El CEI-PERSÁN presta un apoyo integral común a todos los participantes, que consiste en el fomento de competencias básicas para desenvolverse en la vida cotidiana (por ejemplo, en el mantenimiento y co-gestión de una vivienda), junto a un apoyo psicoeducativo básico con vocación de mejora de la empleabilidad. Por ejemplo, aprendemos a organizar tareas, tiempo libre, rutinas positivas, etc.

El gran atractivo del CEI-PERSÁN no radica solamente ahí, sino en el estudio personalizado de los participantes. Estudiamos sus competencias, su potencialidad y, a partir de ahí, diseñamos un itinerario de crecimiento personal. Esto sirve para, por ejemplo, anticipar el refuerzo específico que una persona necesita (voluntarios de PERSÁN y estudiantes universitarios vienen a apoyar su crecimiento académico), pero también ganan progresivamente confianza en proponerse nuevas metas en un horizonte temporal más amplio. Por ejemplo, hay quien ha descubierto dotes para la poesía, la música o la literatura. 

Este itinerario de crecimiento personal se va revisando cada cuatrimestre. Los participantes incluyen objetivos vitales en el plano académico, pero también en el plano personal, familiar, social. El equipo técnico se encarga luego de ir haciendo operativos estos objetivos en pequeños logros. Por ejemplo, lograr una mejora en la comunicación interna familiar, lograr preguntar en clase las dudas o proponerse voluntario en un equipo juvenil para prevenir el acoso escolar en un IES, para un adulto puede resultar sencillo, pero en la trayectoria vital de muchos jóvenes son minilogros sobre los que asentar metas cada vez más amplias. Últimamente tenemos alguna que otra inquietud por estudiar psicología, dicen que les gusta lo que hacemos, creo que porque nos ven disfrutar de nuestro trabajo.

Por último, junto al trabajo individual destacaría también la organización de talleres complementarios. Por ejemplo, hemos tenido la visita del Departamento de Recursos Humanos de Persán, también vienen a los pisos profesionales de la orientación académica e incluso les presentamos experiencias protagonizadas por otros jóvenes del barrio que se autoorganizan para participar en ONGs y demás. Se trata de crear escenarios alternativos a su zona de confort. Eso requiere un esfuerzo, pero también la garantía de que en su sacrificio no están solos. Al fin y al cabo, nuestros jóvenes no son diferente del resto, lo que demandan es estabilidad emocional y confianza.

En el proyecto también se menciona la existencia de orientación familiar. ¿En qué consiste?

Esta pregunta es muy importante. Podría pensarse que las familias permanecen ajenas a este proceso de crecimiento personal, pero es justo al contrario. Las familias firman un acuerdo de colaboración con el CEI-PERSÁN.  Su compromiso es vital, deben apoyar de alguna u otra manera el paso trascendental que dan sus hijos en participar en esta experiencia. Y para las familias también lo es. Trabajamos mensualmente en sesiones grupales donde compartimos información, intereses, inquietudes. Así se conocen y hacemos propuestas sobre qué actividades hacer y la evolución del grupo. Nosotros ponemos el café, pero el resto de la merienda la trae cada familia. Empezamos a funcionar como si fuésemos una comunidad de aprendizaje. Los chicos pasan con sus familias los fines de semana, vacaciones y festivos. Lo trabajado en los pisos debe tener consecuencias también en casa, y viceversa.

Junto a las sesiones grupales, nos reunimos periódicamente con cada familia. Cada circunstancia es diferente y requiere una atención personalizada. Trabajando con una pieza del sistema familiar se pueden lograr cambios en el conjunto de la dinámica. Por ejemplo, la actitud de los chicos en casa hacia las tareas domésticas no siempre se mantiene durante los fines de semana, por no hablar de los hábitos de estudio. Es algo que trabajamos con las familias. Hemos diseñado un conjunto de herramientas para que las familias supervisen los deberes de sus hijos, independientemente del nivel educativo que tengan.

En suma, las familias son parte activa de la dinámica de convivencia del CEI-PERSÁN. A todos les decimos que los pisos de estudio no sustituyen a su hogar, sino que hacen de su hogar un lugar más estudioso. Es interesante también ver los efectos positivos del programa sobre los hermanos más pequeños. Alguna tarde vienen a estudiar a los pisos y a muchos talleres también los invitamos. Nuestra asignatura pendiente es organizar una excursión todos juntos -familias, participantes, equipo técnico-, pero todavía no nos hemos puesto de acuerdo. La vida de un adolescente del siglo XXI está repleta de citas ineludibles…

¿Qué resultados ha conseguido el proyecto en su primera edición y en qué creen que debería mejorar de cara a próximas ediciones?

Diríamos que el primer trimestre fue lo más difícil. Echar a andar un programa de estas características entre jóvenes desconocidos, familias sin conocer todavía muy bien cómo era el proyecto, un equipo técnico por rodar aún. Decidir normas de convivencia y rutinas, la lógica del funcionamiento a través de asambleas, elegir a su representante ante la dirección del proyecto, todo nuevo.

Sin embargo, una vez finalizado el primer curso, hemos de reconocer que los resultados son prometedores. Los chicos han logrado un aumento del 31% de asignaturas aprobadas (en septiembre superamos el 90%). Pero los datos académicos necesitan más tiempo para poder ser evaluados y poder conocer su potencial. Se creció en competencias tan relevantes como las habilidades sociales y la gestión de las emociones. Y luego hay resultados no tan previstos inicialmente, tales como los lazos de amistad, solidaridad y reciprocidad entre los participantes. Por no hablar de la ilusión por volvernos a encontrar después del verano. Acortamos la espera organizando una excursión por la Sierra de Grazalema, en Cádiz.

Para próximas ediciones vamos a intensificar las competencias en autonomía y toma de decisiones de los participantes. Ellos van creciendo y el nivel de exigencia también. Nos plantean nuevos retos, no queremos que asuman un papel pasivo como meros receptores de experiencias vitales, sino que sean activos en proponerlas y organizarlas.

Tuvimos dos bajas en este periodo por motivos no académicos. Las familias optaron por no continuar a pesar de la voluntad de los chicos por continuar. No pudimos hacer nada, a pesar del intento de los profesionales del centro y de los servicios sociales.

En el horizonte ya tenemos la mente en ampliar el proyecto con una fase en medio abierto, previa a la entrada de los participantes en los pisos. Ofreceremos actividades de apoyo psicoeducativo y grupal a los IES de la zona. Aumentaremos la cobertura del programa. Nos hemos incorporado a la Mesa de Educación y a la Mesa de Empleo de la Zona Norte de la ciudad de Sevilla. Empezamos a ser un interlocutor más de la zona, así considerados por parte de entidades sociales que cuentan con más experiencia que nosotros y con la que tenemos muy buena relación.

También comenzamos a intuir la fase posterior a los pisos. Tenemos ya un chico y una chica próximos a finalizar sus estudios en grado medio. El horizonte de la inserción laboral ya no es una utopía. Si todo va bien, les echaremos una mano en su emancipación, es la fase más atractiva de la transición hacia la vida adulta. Estamos seguros de que no nos desconectaremos. Somos una parte tan importante de sus vidas como ellos del CEI-PERSÁN.

¿Qué ha supuesto ganar el premio Educaweb para la Fundación y el proyecto?

Estamos muy ilusionados.  Es un reconocimiento que hace reafirmarnos y comprometernos más si cabe con nuestro objetivo de contribuir a romper el círculo vicioso injusto de la exclusión. Es fruto del trabajo y compromiso de muchas personas, desde el propio patronato, hasta el consejo asesor que nos acompaña, pasando por el conjunto de la Fundación, voluntariado corporativo, etcétera.

Respecto al proyecto, un sensacional estímulo adicional que ayuda al empoderamiento de los participantes, para que sean aún más ambiciosos en sus aspiraciones, rompan estereotipos y barreras internas, y les permitan sacar su máximo potencial sin complejos. Cuando se lo comunicamos, les dijimos: "A ver, hay un grupo de personas que sabe muchísimo sobre orientación que piensa que esta experiencia que estáis viviendo es muy interesante". Sinceramente, no les sorprendió. "Claro", dijeron, "eso ya lo sabemos, que se pasen por aquí y se lo contamos mejor, les prepararemos una merienda. Eso sí, que avisen para hacer bien las camas ese día". 

Siempre les decimos que ellos son pioneros del CEI-PERSÁN y que hay mucha gente observando con cierta curiosidad lo que estamos haciendo. Pero gracias a este premio hemos constatado que es completamente cierto, que personas del mundo académico y profesional así lo entienden.
 
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