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La UNESCO hace un llamamiento a la transparencia y responsabilidad en educación de gobiernos y sociedad

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El informe Rendir cuentas en el ámbito de la educación: cumplir nuestros compromisos revela que sólo un gobierno de cada seis publica informes periódicos de seguimiento de la educación

  • 25/10/2017

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Redacción de Educaweb
La UNESCO ha publicado el segundo volumen de los informes de seguimiento de la educación en el mundo (informes GEM), dedicado a evaluar el papel de la rendición de cuentas en los sistemas educativos con respecto a la consecución del cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS 4): "Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos".

Como ha explicado la directora de la UNESCO, Irina Bokova, "para avanzar se precisan líneas de responsabilidad claras, saber cuándo y dónde se quiebran esas líneas y qué medidas son necesarias como respuesta a esa situación: tal es el significado de la rendición de cuentas". Para facilitar su implantación, el informe detalla cuáles son las responsabilidades de gobiernos, escuelas, docentes, padres y madres del alumnado y entidades privadas, pues "son todos ellos responsables de la educación".

 
Imagen: UNESCO. 
 
 

Los gobiernos, los "primeros responsables"


El director del informe, Manos Antoninis, ha sostenido que "los gobiernos son los primeros responsables de la buena marcha de los sistemas educativos", ya que ningún sistema de rendición de cuentas ofrece buenos resultados si no existe un entorno propicio para ello. 
El informe revela que en el mundo todavía quedan 264 millones de niños y jóvenes sin escolarizar y unos 100 millones de jóvenes analfabetos, a pesar de que el 82% de los 196 países analizados incluye una disposición sobre el derecho a la educación en sus constituciones nacionales.

Los gobiernos tampoco se caracterizan por su transparencia, ya que sólo uno de cada seis publica informes de seguimiento de la educación con regularidad. Los autores del informe aconsejan elaborar dichos informes periódicamente y  contar con la intervención de organismos independientes como oficinas de defensores del pueblo, parlamentos y auditorías.
Es cierto que todos los países analizados han ratificado por lo menos un tratado internacional comprometido con el derecho a la educación, pero sólo en el 55% los ciudadanos pueden exigir ese derecho, es decir, existen leyes que permiten impugnar los fallos del sistema educativo ante los tribunales.

Los ciudadanos también pueden presionar a los gobiernos a través de movimientos sociales, como ha ocurrido en Chile  Sudáfrica, donde los movimientos estudiantiles consiguieron reducir el precio de las matrículas en la universidad. O la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia de Argentina, que demando al gobierno de la ciudad de Buenos Aires por no responder a las solicitudes de acceso a la información sobre la educación en la primera infancia.

El informe también cita a los medios de comunicación y las redes sociales como herramientas que pueden contribuir a ejercer un papel vigilante de las medidas realizadas por los gobiernos, así como de difusión de investigaciones e iniciativa en pro de la educación equitativa e inclusiva.

Los centros formativos también poseen su cuota de responsabilidad, si bien el informe considera "onerosa la utilización de los datos de aprendizaje relativos a los alumnos para responsabilizar a las escuelas". Es más, apunta la directora general de la UNESCO, "está ampliamente demostrado que las pruebas y los exámenes muy exigentes basados en mediciones romas de los resultados pueden alentar esfuerzos encaminados a ‘trampear con el sistema', lo cual repercute negativamente en el aprendizaje y castigan desproporcionadamente a los marginados".

Esta observación no exime a los docentes de su principal responsabilidad, educar al alumnado. Ahora bien, cómo evaluar dicha responsabilidad influye en los resultados. En Finlandia, por ejemplo, los docentes elaboran sus políticas de rendición de cuentas, lo que revela confianza entre las partes interesadas. En Japón, por el contario, la confianza disminuyó a raíz de los resultados en las evaluaciones internacionales, lo que generó mecanismos externos de rendición de cuentas que supusieron una carga de trabajo añadida para los profesores. También se menciona la responsabilidad de padres y madres, alumnado, organizaciones internacionales y agentes.

Rendir cuentas en el ámbito de la educación: cumplir nuestros compromisos  también incluye una serie de capítulos dedicados a mostrar la situación de los países en relación a la consecución del ODS 4, si bien advierte que todavía se ha de trabajar para llegar a un consenso en la definición de los indicadores.