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Cuando el emprendimiento no entiende de edad. Dos casos en Bizbarcelona

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Jóvenes y no tan jóvenes comparten sus experiencias emprendedoras en la feria de Emprendimiento, Pymes y Economía Social de Barcelona

  • 06/06/2017

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Redacción de Educaweb
La Real Academia Española define a la persona emprendedora como aquella que emprende con resolución acciones o empresas innovadoras". Muy fácil de definir, ¿muy fácil de poner en práctica? Educaweb ha visitado Bizbarcelona, la feria de Emprendimiento, Pymes y Economía Social celebrada entre el 31 de mayo y el 1 de junio en Barcelona y ha encontrado dos casos de emprendimiento que, como mínimo, dejan claras dos cosas: que la actitud emprendedora no entiende de edad y que todo depende de las ganas que le pongas.    

Marina, Joe y Esteve son tres jóvenes de entre 16 y 17 años que nunca pensaron que ganarían el Challenge Imagine, un taller conducido por el emprendedor Xavier Verdaguer en el que se proponen diferentes retos a los participantes para conseguir ideas innovadoras de negocio. Tampoco pensaron que desarrollarían su idea en un viaje en tren, el Imagine Express, ni que terminarían presentando su proyecto en el Mobile World Congress. Ahora bien, los tres reconocen que el espíritu emprendedor les ha calado hasta los huesos y que ya no podrán ni querrán deshacerse de él.

Momentos antes de concederles la palabra, Xavier Verdaguer presenta una de las 42 actividades incluidas en el programa de la feria bajo un título significativo: 'Nunca eres demasiado joven para soñar en grande'. Y práctica con el ejemplo, pues explica que a los 12 años diseñó y creó, junto a un compañero de clase, un pluviométro para medir la cantidad de lluvia caída en un espacio y tiempo determinados. "No es que fuera emprendimiento como tal, pero ahí aprendí que emprender va de buscarse la vida, de actitud y de método", explica. Poco después añade el trabajo en equipo y, en definitiva, la diversidad, como otro de los componentes clave de cualquier proyecto emprendedor.

Antes de concluir su exposición y presentar a los verdaderos protagonistas de la velada, lanza otros dos consejos. El primero, dirigido a los adultos: "No hemos de subestimar la capacidad que tienen los jóvenes". El segundo, dirigido a los jóvenes: "No debes tener miedo a soñar". Y ahí están Marina, Jose y Esteve, para contarnos su sueño. Lo hacen en un inglés perfecto, para revivir cómo fue la presentación en el Mobile World Congress.

Maria, Joe i Esteve, creadores del SmartDog (Fuente: Educaweb).

SmartDog, el perro inteligente que cuida de los más mayores

Las personas mayores van perdiendo cada vez más autonomía. Los ancianos también muestran recelo ante las nuevas tecnologías. ¿Por qué no transmitirles la información que necesitan a través de un compañero de confianza, por ejemplo un perro? Si existe el Internet de las cosas, ¿por qué no hablar del Internet de las mascotas? Aquí está, aquí ha llegado, aquí tienen SmartDog, un collar inteligente que, colocado sobre nuestra mascota, nos facilitará la vida y nos avisará, por ejemplo, cuándo ha llegado la hora de tomarnos la pastilla.
Aplausos y preguntas.

Los autores del proyecto reconocen que no sabían cómo llevar su idea al plano físico, pero que durante el Desafío se produjo una colaboración y una solidaridad entre todos los participantes lo suficientemente importante como para avanzar y ganar. Verdaguer aprovecha la pregunta y comenta que hay cosas que sólo se aprenden haciéndolas y que los emprendedores podrían aprender de los cocineros: "Cuando se abre un restaurante, se apoyan y se ayudan unos a otros".

¿Un emprendedor nace o se hace? Las dos cosas. "Seguro que sabes hacer alguna cosa. Sólo tienes que encontrarlo y explotarlo. Tienes que trabajar tu talento", comenta Marina. "Todos tenemos un talento especial. Por eso la innovación funciona con la diversidad. Y sí, la creatividad y el talento no es algo innato. Los jóvenes nos recuerdan que no tenemos límites. ¿Por qué no puede hablar un perro?", añade Verdaguer. "Si Disney puede hacer hablar a un perro, como en la película Up, yo también", apostilla Marina con una sonrisa.
 
En cuanto al futuro inmediato, los protagonistas de esta historia se plantean diseñar un tercer prototipo que les permitirá hacer pruebas con los primeros perros de carne y hueso. Mirando más lejos, no lo tienen tan claro. Eso sí, la experiencia les ha marcado profundamente y ya no volverán a escuchar igual la palabra emprendimiento. "Lo importante es encontrar algo que te guste. Luego ya harás algo innovador. A mí me gustan el teatro y el cine y sé que lo haré en ese terreno", asegura Marina. Esteve recuerda las palabras que les dijeron al poco de ganar el Desafío: "El verdadero emprendimiento comenzará cuando acabe esta experiencia".

Imagine ha sido sólo el principio y esta oportunidad volverá a repetirse para otros muchos jóvenes el próximo 30 de noviembre, cuando se celebrará la próxima iFest o fiesta del emprendimiento, en la que se enmarca el Challenge Imagine. Y siguen soñando en grande, pues esta vez quieren llenar el Palau Sant Jordi. 2.400 potenciales emprendedores no fueron suficientes.

El directivo que no se ahogó con la crisis gracias al submarinismo

El caso de Alberto-Jesús Quevedo Álvarez es muy diferente. O eso parece, por el título de su intervención: "Branding y Storytelling: crear una marca a través de las redes sociales".
Quevedo era directivo en una empresa que, como muchas otras, tuvo que cerrar por culpa de la crisis. En ese momento, se vio abocado a tomar una importante decisión: ¿buscar trabajo por cuenta ajena o montar su propia empresa? Y en este último caso, ¿de qué? Entonces resurgió su pasión: el submarinismo. Y entonces recordó los contactos que había realizado en sus múltiples viajes de trabajo. Y aquí comenzó la historia de un emprendedor que no sólo ha montado y sacado a flote una empresa, sino que en poco menos de dos años la ha situado a la cabeza de ventas de viajes de turismo de submarinismo en un ranking de una cincuentena. ¿Y cómo lo ha hecho? Creando una marca personal (branding) desde cero y aprendiendo a contar historias que emocionan a quienes las leen (storytelling).

Le da un poco de vergüenza hablar de su caso concreto –"está mal"-, pero él sabe que una marca se construye a base de confianza, y que esta se gana sobre todo en el trato personal. "Las redes sociales están muy bien, y son muy importantes, pero yo siempre intento que el cliente venga a verme a la empresa. Es más, si no empatizo con una persona, prefiero no venderle ningún servicio, porque, donde otras personas disculpan un error, otros pueden llevarte a juicio". Ahora bien, ¿cómo se consiguen los clientes?

Quevedo apunta que la clave de su éxito empresarial reside en el poder del individuo para generar confianza y empatía, para despertar una "conexión emocional". Explica cómo creó una página personal, no empresarial, en Facebook y cómo fue colgando ahí experiencias de submarinismo y reflexiones que combinaban la emoción con el conocimiento profundo de los temas. Así fue ganándose, poco a poco, la confianza de miles de personas, hasta llegar al máximo permitido por la red social. La creación de una página web y un blog también fueron hitos importantes, tanto para darse visibilidad como para continuar ampliando su cartera de clientes. En este punto insiste en la importancia de ser constante y responder a todo el mundo, aunque eso suponga "trabajar 14 horas diarias".

En realidad, no sabe si todo el mundo vale para crear una marca personal –deja la pregunta en el aire-, pero sí sabe los valores que no pueden faltar cuando se intenta: coherencia, autenticidad, naturalidad, transparencia. Es por ello que vuelve a lanzar un mensaje que no puede faltar en cualquier feria de emprendimiento que se precie: "Si perseguimos un sueño, adelante con él". En la ecuación no hay espacio para la variable edad.
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