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Los 6 elementos imprescindibles para organizar una jornada de puertas abiertas con éxito

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¿Trabajas en un centro educativo y quieres que las familias confíen en tu proyecto educativo para educar a sus hijos? ¿Te estás planteando organizar una jornada de puertas abiertas? He aquí algunas claves que no puedes pasar por alto

  • 20/02/2017

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Redacción de Educaweb
Comienzan a hacerse públicos los periodos de inscripción para el curso 2017-2018 y muchas familias empiezan a plantearse en qué centro educativo matricularán a sus hijos. Conscientes de esta realidad, escuelas e institutos comienzan a diseñar jornadas de puertas abiertas para dar a conocer su propuesta formativa. Educaweb se dirige a ellos con el fin de ayudarles a afrontar este reto con ciertas garantías de éxito, concebido este como el encuentro feliz entre familia y centro educativo.

 
  • Reconocer la importancia del evento. Una jornada de puertas abiertas no consiste únicamente en abrir las puertas de tu centro educativo y explicar la actividad que se desarrolla en él. Una jornada de puertas abiertas puede y debería convertirse en una experiencia que enriqueciera a quienes allí acuden a nivel lógico y afectivo. Porque las ideas se olvidan mucho antes que las emociones. Porque las decisiones importantes siempre contienen un componente emocional.
 
  • Definir la propuesta de valor. Este punto resulta crucial, pues de él dependerá todo lo demás. ¿Cuál es el punto fuerte de tu centro educativo? ¿Qué es lo que le diferencia  del resto? ¿Qué es lo que interesa más al público asistente? Si te cuesta ver o expresar los puntos fuertes de tu institución de manera clara y cercana o definir el perfil de las familias y el alumnado habitual, tal vez puedas aprovechar la ocasión para preguntar al profesorado y al resto de la comunidad educativa (personal de administración y servicios, AMPAs, alumnado) y convertir la jornada de puertas abiertas no sólo en un acto de comunicación externa sino de cohesión interna.
 
  • La promoción del evento, más allá de las redes sociales.  Una vez definidos los puntos fuertes del centro educativo y conocido el público potencialmente interesado, llega la hora de dar a conocer los días y las horas en que se desarrollarán las jornadas de puertas abiertas. En plural, si lo que se quiere es facilitar el acceso a las familias. Las redes sociales pueden ser de utilidad en muchas ocasiones, pero no deberían ser el único canal, puesto que muchas personas pueden desconocer la existencia del centro educativo o no desenvolverse adecuadamente en internet. Si la oferta formativa es para la educación infantil, parece lógico colocar información en guarderías. Bibliotecas y centros culturales o cívicos también pueden ser otra buena opción, aunque tampoco habría por qué despreciar centros comerciales o de ocio y restauración. Y muy importante, la cartelería puede ser la primera y única impresión que tengan del centro, así que conviene cuidar la imagen y, si hace falta, delegar el trabajo en manos de profesionales.
 
  • La comunicación de las ideas el día D. Todos hemos experimentado cómo grandes ideas han caído rápidamente en el olvido por no haberlas sabido comunicar adecuadamente. Y esto puede pasar por muchos motivos, como exceso o defecto de información, falta de emoción/pasión, incoherencia entre lo que se dice y se hace, etc. Si tu escuela presume de creatividad, podrías explicar las ideas fundamentales a través de dibujos o vídeos realizados por los estudiantes. Si quiere resaltar el trato cercano y personalizado, podrías mostrar un proyecto resultado de la interacción entre profesorado y alumnado. Y si el punto fuerte son los valores, existe la opción de montar un mercadillo solidario. Ahora bien, siempre ha de existir un equilibrio entre la originalidad y la eficacia. Generar una experiencia de impacto no puede dejar a las familias con dudas sobre cuestiones importantes como el proyecto pedagógico del centro, la formación y experiencia del equipo docente, las instalaciones, los servicios, los plazos de inscripción o el precio. Para ello, se pueden intercalar fases más inspiradoras con fases más informativas y elaborar algún folleto que incluya toda la información básica. Y siempre dejar tiempo y datos de contacto para que las familias puedan asimilar la información y plantear las preguntas que estimen oportunas.
 
  • Mantener viva la relación. Si todo ha salido según lo previsto, las familias se habrán relacionado más con algunos miembros del centro que con otros. Por eso, no está de más organizar una sesión interna y valorar si merece la pena realizar llamadas o enviar correos semipersonalizados para mantener la relación e incluso crear un vínculo que pueda dar lugar a una entrevista más personalizada todavía. En todo caso, sería un error no volver a contactar con los asistentes, aunque sólo sea para darles las gracias y pedirles su opinión sobre el evento y/o el centro.
 
  • Evaluar y aprender de la experiencia. Otro aspecto muy importante y que no suele ser tenido en cuenta suficientemente es la evaluación de la jornada. Para ello, conviene enviar un pequeño cuestionario a las familias y volver a consultar a todo tu equipo y quienes colaboraron en el evento. ¿Qué ha funcionado mejor? ¿Qué, peor? ¿Qué características tienen las familias que han acudido, qué buscan? ¿Con qué se han quedado de todo lo que hemos realizado? En este punto, también resulta fundamental analizar el nivel de asistencia y la tasa de conversión, esto es, cuántos de los asistentes se han convertido finalmente en clientes del centro. Con toda esa información se ganará en autoconocimiento, lo cual se traducirá en una mejor jornada de puertas abiertas para el curso que viene. 

Si quieres profundizar en este tema, encontrarás más información en el blog de Gestión Educativa, donde además podrás descargarte la Guía práctica para organizar una jornada de puertas abiertas de manera totalmente gratuita
 
 
 
 
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