Las prácticas en empresas son una buena estrategia para conseguir experiencia laboral e introducirse en un sector profesional, pero, la OCDE advierte de que existe "el riesgo de que se abuse de ese modelo". Según un estudio publicado por este organismo internacional y recogido por El País, el Estado español es el segundo país europeo con más jóvenes de entre 18 y 35 años que tienen un contrato de prácticas una vez finalizados sus estudios (67%).Además, el 11% de los becarios afirman que es la segunda o tercera vez que acceden a unas prácticas desde que se graduaron. Los becarios españoles también son los más precarios, el 70% asegura que la compensación que recibe no cubre el coste básico de la vida.
La encuesta también muestra datos positivos, como la percepción de la utilidad de las prácticas de los propios becarios. Así, el 83% de los encuestados afirmaron que las prácticas fueron útiles a la hora de encontrar un trabajo estable. En este sentido, los resultados analizados por la OCDE les llevan a concluir que "las prácticas tras la graduación pueden facilitar la transición de la escuela al empleo, pero que deben estar regulados para prevenir que se conviertan en una fórmula de bajo coste para reemplazar a la plantilla regular".
El estudio de la OCDE también confirma la dificultad de acceso a las ayudas académicas en nuestro país. En este sentido, un estudio de la Fundació Jaume Bofill, muestra que un tercio de los 2,12 millones de estudiantes de entre 12 y 24 años no puede acceder al sistema de becas.
La Fundación afirma que es necesario mejorar el sistema de ayudas porque, tal y como está configurado actualmente, no sirve para prevenir el fracaso escolar ni el abandono prematuro de los estudios. Ismael Palacín, autor del informe y director de la Fundación, afirma que España debería duplicar su inversión en becas para equiparse a la Unión Europea, además de diseñar un sistema más igualitario que beneficie a todas las comunidades autónomas, ya que ahora es "centralista, unitario y simétrico".
