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La evaluación externa e interna de los centros educativos

Artículo de opinión

Para que un proyecto funcione se requiere una buena planificación, un buen desarrollo y una evaluación rigurosa. Por eso, los expertos coinciden en que la evaluación en el ámbito educativo nos permite mejorar e innovar. En este monográfico hemos planteado a los expertos cómo debe ser la evaluación más eficiente. ¿Hay elementos que deben evaluarse externamente y otros internamente?


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Laia Mestres i Salud, Redacción de Educaweb
Hace un par de años, Sílvia Amblàs, directora de DEP Instituto, planteaba que los centros educativos deben tender a reflexionar y desarrollar instrumentos de evaluación que les permitan el análisis de la actividad educativa, tanto desde la perspectiva de la gestión como de la docencia.
 
La evaluación y la calidad en el aula están muy vinculadas, pues el análisis de los procesos del centro educativo es necesario para perfeccionar las políticas educativas y las metodologías de aprendizaje. Para que un proyecto funcione se requiere una buena planificación, un buen desarrollo y una evaluación de los resultados. Por eso, los expertos coinciden en que la evaluación en el ámbito educativo nos permite mejorar e innovar.
 
En este monográfico sobre evaluación y calidad educativa hemos planteado a  los expertos cómo debe ser la evaluación más eficiente. ¿Hay elementos que deben evaluarse externamente y otros internamente? ¿Cómo se integran los resultados de les evaluaciones internas y externas (PISA, evaluación profesorado, evaluación de la gestión educativa, de la satisfacción de las familias…) para que el centro educativo tome las decisiones?
 
La evaluación de los centros educativos y los docentes
 
La evaluación es imprescindible para que cualquier organización avance y mejore. La evaluación de centros educativos y docentes tiene como finalidad identificar las prácticas educativas más adecuadas, mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje y certificar la calidad de un servicio educativo.
 
Además, permite aumentar la transparencia del sistema educativo y los centros; controla el funcionamiento de la institución educativa y los agentes educativos y estimula la competencia; ayuda a mejorar la vida escolar.1
 
Para que la evaluación de la calidad educativa incida en los procesos de enseñanza y aprendizaje es necesario que, además de mejorar la gestión, los servicios y los equipamientos, se evalúen los procesos de enseñanza y aprendizaje con una metodología de análisis basada en principios pedagógicos. Esta evaluación tendrá como objetivo determinar los procesos de mejora necesarios para lograr la práctica ideal del centro en función de sus finalidades educativas.
 
La importancia de la evaluación está clara, pero, ¿qué tipo de evaluación es la más adecuada? Los expertos consideran que es conveniente aplicar una perspectiva interna y externa de la evaluación, pero la clave del éxito se encuentra en el desarrollo de la capacidad institucional de reflexión crítica encaminada a lograr el compromiso con la mejora.
 
La evaluación interna y externa de  los centros se deben complementar2. La evaluación externa supone una serie de ventajas como la independencia y objetividad, credibilidad, contextualización y comparación, etc., mientras que la evaluación interna ofrece una interpretación enriquecida basada en la percepción de las personas que trabajan en él. Según José Manuel Pascual, Director Docente en SEAS estudios Abiertos del Grupo San Valero, la gestión interna es un ámbito que debe estar en revisión constante, ya que es una manera eficaz de tener a la institución tensionada en el sentido pro-activo. El modelo de institución educativa debe ser el resultado de dicho método evaluatorio.
 
¿Cómo se integran los dos modelos evaluadores? Los expertos apuestan por la coherencia; la evaluación de centros realizada por la Administración o entidades privadas, junto con la autoevaluación o evaluación interna, debe conducir a un resultado integrador de datos y a una única propuesta de actuación.
 
La evaluación del profesorado
 
La evaluación de los docentes es fundamental, especialmente en un contexto en el que no se aplica con frecuencia. Para Ismael Sanz Labrador, Director, y Joaquín Vera, Asesor Técnico Docente del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, sería deseable que en España existiera una mayor costumbre de evaluación del profesorado, y que los resultados de esta evaluación sirvieran para proveer de mecanismos para corregir las posibles deficiencias, si las hubiera, como formación, tutoría de profesores o establecimiento de planes de mejora.
 
Sin embargo, según el último informe TALIS de la OCDE, el 36% de profesores españoles nunca ha sido formalmente evaluado por método alguno, cifra más de cinco veces superior a la de la media OCDE, que se sitúa en un 7%. Este aspecto es especialmente negativo para la evolución y la mejora continua de la práctica docente, ya que las conclusiones del Informe TALIS muestran que la información que reciben los docentes tras una evaluación de su trabajo tiene efectos positivos en la enseñanza en el aula.
 
Hasta ahora, la evaluación del profesorado se ha llevado a cabo de forma muy desigual. Si bien la realizan la mayor parte de las instituciones universitarias, no ocurre lo mismo con otros centros educativos de primaria, secundaria o educación no formal.
 
¿Cómo enfocamos esta evaluación docente? Sílvia Amblàs, Directora de DEP Insituto, se muestra clara: con la lógica de la mejora continua y el desarrollo profesional, la evaluación de la actividad docente debería implicar diferentes metodologías y diferentes agentes. Visiones o perspectivas que a veces, con más o menos buena intención, se han contrapuesto pero que, claramente, son complementarias. Desde su punto de vista, un centro que apueste por la excelencia educativa debe poder integrar la evaluación de su profesorado en tres dimensiones: la evaluación de la práctica pedagógica en el aula a partir de indicadores psicopedagógicos; la evaluación del personal docente desde la perspectiva del alumnado y la evaluación a partir de indicadores que midan la consecución de objetivos.
 
A modo de conclusión, podemos afirmar que la evaluación constituye un factor importante para la mejora de la calidad de la educación, por eso, los diferentes modelos de evaluación aplicados deberían contemplar las diferentes dimensiones de la vida escolar, contar con los diferentes actores implicados y ser un proceso participativo.
 
Nota al pie:
 
1. Tiana, A. La evaluación externa de los centros educativos. Centro de Altos Estudios Universitarios de la OEI
http://www.fmleao.pt/ficheiros/Seminario_AVES/Evaluacion_externa_atiana.pdf
 
2.- Martínez Lobato, E. La evaluación externa en educación. Revista Avances en Supervisión Educativa. http://www.adide.org/revista/index.php?option=com_content&task=view&id=177&Itemid=45
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