Si en líneas generales encontrar un empleo es un logro en medio de la tan difícil situación que está sufriendo el mercado laboral español en los últimos años de crisis, cuando nos referimos al grupo de población mayor de 45 años la probabilidad de conseguirlo desgraciadamente baja de manera alarmante respecto al resto de segmentos de edad.Pese a que cada empresa puede tener motivos muy diferentes por el que comportarse de tal forma (7 de cada 10 confirman que no han contratado a ninguna de este grupo en el último año), se podría justificar esta situación en tres principales motivos: debido a los hábitos ya adquiridos por estos profesionales en su larga experiencia profesional, su desventaja competitiva en cuanto a la utilización y dominio de las nuevas herramientas digitales y tecnológicas con respecto de las nuevas generaciones ‘nativas digitales', así como el menor conocimiento de idiomas que son fundamentales para las empresas en los tiempos de globalización actuales.
Probablemente el primero de los argumentos es el que menos responde a pautas derivadas de la situación económica actual, al tratarse de una tendencia de las empresas por las que prefieren contratar a personas más jóvenes que no tengan adquiridos ciertos "vicios" ni costumbres en la forma de trabajar, siendo más fácil para las empresas adecuar a estos empleados a sus sistemas operativos, registrando entre estos niveles de adaptación altos, flexibles y con cara orientación a los resultados. Muchos son los partidarios de esta idea, a pesar de que no se debe olvidar que la experiencia de sus nuevos empleados también puede aportar a la compañía ciertas ventajas como la intuición profesional, alimentada por sus numerosos años de actividad y una mayor capacidad de resolución ante situaciones adversas. Por tanto, lo importante es saber conjugar estas virtudes, con una actitud abierta, sin esquemas ni estructuras predeterminadas.
Otro de los grandes escollos que los profesionales mayores de 45 años deben superar a la hora de encontrar un nuevo puesto de trabajo gira en torno a su capacidad de uso y adaptación a los nuevas herramientas tecnológicas y digitales, siendo en muchos casos nulo por parte de este perfil de población. Sin ir más lejos, las redes sociales –Twitter, Linkedin, Facebook, Instagram…-, herramientas indispensables en la actualidad para cualquier departamento de marketing, son para muchas de estas personas un mundo desconocido mientras que para los jóvenes son sus usuarios más activos y gran parte de la masa que ha propiciado la gran eclosión de los medios sociales en nuestro día a día. De hecho, el mundo de los negocios no es ajeno a este hecho y el uso de las redes sociales se ve como un canal idóneo e indispensable de publicidad y captación, además de facilitar la forma de comunicarse con su público y clientes. Para las personas jóvenes, el uso de las tecnologías y RRSS no representa ningún problema: prácticamente han crecido con ellas. Ahora bien, para las personas desempleadas mayores de 45 años, estas suponen en ocasiones un muro que les separa de sus aspiraciones laborales. En cualquier caso, existen muchos cursos de iniciación y especialización en el manejo de estas herramientas. Es aconsejable que todos aquellos que necesiten encontrar un puesto de trabajo se formen y practiquen sobre ellas, de forma que quede reflejado en su C.V. como habilidades o bien, como formación no reglada.
Si bien los dos condicionantes anteriores pueden ser realmente un gran impedimento a la hora de encontrar un empleo, el desconocimiento en el uso de idiomas sigue siendo la gran asignatura pendiente para los españoles y en especial para aquellos que rondan el medio siglo de edad. La internacionalización de nuestra economía y de nuestras empresas ha supuesto todo un reto y la adquisición de nuevos criterios de selección para los departamentos de RRHH de las compañías. El idioma inglés aparece en prácticamente todas las ofertas de trabajo que actualmente existen en nuestro país e incluso empieza a ser demandado para ciertas profesiones u otros procesos laborales como oposiciones que tradicionalmente no lo habían requerido. El nivel mínimo requerido es un advanced, que equivale a poder vivir y trabajar en esa lengua sin llegar a ser bilingüe. Con frecuencia se solicita un tercer idioma y hasta un cuarto, entre los que destacan el alemán, italiano y el francés.
Para entender mejor la necesidad real de hablar un idioma, pongamos un ejemplo y echemos mano de las estadísticas. El aumento de estudiantes de 18 a 30 años de ESL (English as Second Language) en el extranjero ha aumentado un 20%1 en los últimos años frente a un 47% (1) de personas mayores de 30. Si nos ceñimos estrictamente al grupo de mayores de 45 años, el aumento ha sido de cerca del 76% (1). Las agencias que nos dedicamos al envío de estudiantes al extranjero hemos notado un cambio sustancial en nuestra clientela, en los leads o consultas que recibimos solicitando información y para ello hemos tenido que adaptarnos a distintos perfiles y ofreciendo destinos y escuelas indicadas para ellos.
También se han diseñado programas de Work&Study en terceros países como Canadá o Australia para este público. Muchos jóvenes apuestan por trabajo en hostelería o establecimientos de ocio en UK para lograr sufragar el coste de su estancia mientras perfeccionan el idioma, aunque cabe decir que esta oportunidad no está tan abierta a personas de más edad al no resultar del todo interesantes para los empleadores. Por tanto, estos proyectos de Trabajar y Estudiar son perfectos para proporcionar una larga estancia en el extranjero con estudios, low cost.
De todos modos, y como nota positiva hay que quedarse con que sí es posible el acceso a estos programas para personas mayores de 45 años, pero sólo para aquéllas que evolucionan junto a la situación actual. La fórmula es fácil: Experiencia + Nuevas tecnologías + idiomas.
Notas al pie:
1.- Datos de la propia agencia
