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"Hay evidencias de que las competencias emocionales contribuyen a mejorar el rendimiento académico"

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Entrevista a Rafael Bisquerra, Director del Postgrado en Educación Emocional y Bienestar y del Postgrado en Inteligencia Emocional en las Organizaciones de la Universitat de Barcelona (UB)
¿Qué entendemos por educación emocional?
 
La educación emocional es un proceso educativo, continuo y permanente,  que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo humano, con objeto de capacitarle para la vida y con la finalidad de aumentar el bienestar personal y social. Así es como se define en el libro Educación emocional y bienestar.
 
¿Qué son las competencias emocionales?
 
La finalidad de la educación emocional es el desarrollo de competencias emocionales, entendidas como el conjunto  de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para tomar conciencia, comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales. Las competencias son el resultado de un proceso de aprendizaje. Nadie nace con competencias, sino que se tienen que aprender. Entre las competencias emocionales están las siguientes.
 
La conciencia emocional es la capacidad para tomar conciencia de las propias emociones y de las emociones de los demás.
 
La regulación emocional es la capacidad para gestionar las emociones de forma apropiada.
 
La autonomía emocional se puede entender como un concepto amplio que incluye un conjunto de características y elementos relacionados con la autogestión personal, entre las que se encuentran la autoestima, autoconfianza, autoeficacia, automotivación, actitud positiva ante la vida, responsabilidad, resiliencia, etc.
 
La competencia social es la capacidad para mantener buenas relaciones con otras personas.
 
Las competencias para la vida y el bienestar son la capacidad para adoptar comportamientos apropiados y responsables para afrontar satisfactoriamente los desafíos diarios de la vida y construir el bienestar personal y social.
 
Dentro de cada uno de estos cinco grandes bloques de competencias se incluyen otras subcompetencias como tolerancia a la frustración, asertividad, escucha empática, control de la impulsividad, etc.
 
¿Qué importancia tienen las competencias emocionales en el desarrollo personal, académico y profesional de las personas?
 
Las competencias emocionales son muy importantes por múltiples motivos. A continuación se citan algunos ejemplos estructurados.
 
En las grandes decisiones que tomamos en la vida, tiene un gran peso las emociones, sin que seamos plenamente conscientes de ello. Actualmente el proceso de toma de decisiones en orientación profesional y en otras decisiones se analiza a la luz de las investigaciones sobre emociones.
 
Cuando una persona tiene que buscar empleo, presentarse a una entrevista de personal, presentarse a unas oposiciones, cuando está desempleado, etc., las emociones juegan un papel muy importante.
 
Se ha observado que muchos problemas relacionados con el fracaso escolar tiene que ver con las competencias emocionales. Por ejemplo, estrés ante los exámenes, baja tolerancia a la frustración, bajo control de la impulsividad, incapacidad de prestar atención por sobresaturación emocional, etc. Hay evidencias de que las competencias emocionales contribuyen a mejorar el rendimiento académico.
 
La violencia muchas veces se genera a partir de la ira (rabia, enfado, cólera, furia, odio) que no se regula de forma apropiada. Solamente desarrollar la competencia de regulación de la ira para la prevención de la violencia ya justificaría la importancia y necesidad de estas competencias en todas las personas.
 
Las competencias emocionales contribuyen a la prevención de de ansiedad, estrés y depresión (salud emocional).
 
El analfabetismo emocional se manifiesta de múltiples formas: conflictos, violencia, ansiedad, estrés, depresión, etc. Esto se da a lo largo de toda la vida. Pero tiene una virulencia particular durante la edad escolar y en la adolescencia. La educación emocional puede contribuir a superar el analfabetismo emocional.
 
Podríamos poner más elementos para argumentar la necesidad de las competencias emocionales. Pero con los ejemplos que acabamos de exponer consideramos ya es suficiente para dar por justificado el énfasis que reclamamos para estas competencias y para la educación emocional.
 
¿Qué grado de empleabilidad aportan estas competencias al perfil laboral de un candidato?
 
La empleabilidad se refiere a las características que permiten a una persona satisfacer las demandas de un lugar de trabajo. En los últimos años se ha puesto de manifiesto que en igualdad de competencias técnicas y de titulación académica, las competencias emocionales son decisivas para conseguir un empleo. Las competencias emocionales deben considerarse como competencias transversales comunes a la mayoría de empleos. Así se hace constar a los estudiantes del PEEB y del PIE1.
 
¿Cuáles son las competencias emocionales más demandadas por los empleadores?
 
La terminología no es univoca y por esto a veces se pueden utilizar expresiones distintas para referirse a un mismo concepto. Los empleadores piden: capacidad para saber estar, equilibrio emocional, capacidad de escucha, tolerancia a la frustración, control de la impulsividad, empatía, asertividad, resiliencia,…. Que son formas diferentes de referirse a las competencias emocionales o a la inteligencia emocional. Conviene tener claro que estas competencias son el valor añadido que distingue a un buen profesional de otro mediocre. La titulación y las competencias técnicas son más o menos iguales para todos. Lo que distingue más a unos de otros son competencias de este estilo.
 
¿Cómo se evalúan las competencias emocionales de un candidato a un puesto de trabajo?
 
Hay varias formas de evaluar. Principalmente se pueden aplicar: entrevista en profundidad de incidente crítico; tests de inteligencia emocional o de competencias emocionales; feedback de 360º; observación en el ejercicio profesional
 
¿Cuáles son las competencias más transferibles a diferentes sectores profesionales?
 
Todas las competencias emocionales de las que estamos hablando son competencias básicas para la vida de carácter transversal: son comunes a la mayoría de las profesiones (prácticamente a todas). Fijémonos que todas las profesiones necesitan conciencia de la realidad emocional que nos rodea, regulación emocional, equilibrio emocional, control de la impulsividad, tolerancia a la frustración, autonomía emocional, escucha empática, actitud positiva ante la vida, etc. Si tuviera que elegir una, probablemente elegiría la regulación emocional.
 
Nota al pie:
 
1.-  (PIE) Postgrado en Inteligencia Emocional en las Organizaciones (PIE) de la UB (http://www.il3.ub.edu/es/postgrado/postgrado-inteligencia-emocional-organizaciones.html)
 (PEEB) Postgrado en Educación Emocional y Bienestar (http://www.ub.edu/ice/sites/default/files//docs/postgraus/educacioemocioemocial.pdf).
Para más detalles: postgrau_pedagogia@ub.edu
 
Bibliografía
 
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