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Introducción al Diseño de Interfaces y de Experiencia de Usuario (UI/UX Design)

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Eduardo Huerta, Jefe de la Unidad Docente en Multimedia e Interactividad y Director de los Estudios en UI/UX Design de la Escuela Superior de Diseño ESDi - Universitat Ramon Llull (Barcelona)
Abstract
 
En el mundo casi infinito de posibilidades que permiten los sistemas de información (objetos, artefactos, dispositivos, productos o servicios) que representan algún tipo de interacción con el ser humano, existe un tema que cada día adquiere más relevancia en el mundo de la tecnología, la investigación, los negocios y, por supuesto, en el diseño. Este tema, sobre el que se lleva hablando más de una década pero incipiente en cuanto a buenas prácticas visibles en lo cotidiano, se denomina "Diseño de Experiencia de Usuario" (UX en la sigla en inglés para User Experience Design). En palabras simples, el diseño de experiencia de usuario se encarga de que la percepción y sensaciones que el uso de un producto o servicio deja en la mente de las personas sean las óptimas bajo cualquier punto de vista: ergonomía, facilidad de uso, eficiencia, etc.
 
Introducción: Un acercamiento a la definición de los conceptos
 
El concepto de UX Design goza de popularidad en los últimos años gracias a que las empresas se han dado cuenta de que cada persona (o posible usuario o consumidor) es única en cuanto a características, necesidades y comportamientos, y que necesitan poner a su disposición productos y/o servicios estándares que sean fácilmente utilizados por un grupo amplio de esas personas. En principio, el diseñador de experiencia se debería encargar de definir los medios, procesos y formas en que las personas interactúan con esos objetos o sistemas de información. Es decir, UX se refiere a qué, cuándo, dónde, por qué y cómo una persona usa un objeto, producto, o accede a un servicio, así que se puede decir que el diseñador UX se encarga de todo lo que afecta a la interacción –o diálogo- de una persona con un sistema.
 
La tecnología, sin duda, ha ayudado a ampliar la idea del diseño de interacción –y por lo tanto, del diseño de experiencia de usuario- porque la sociedad hoy en día es informatizada e interconectada mediante diversos dispositivos con los cuales las personas interactúan. En este campo los ingenieros han hecho muy bien su trabajo, ya que han sido capaces de proveer una tecnología rápida, más pequeña y más fiable; ahora, sin embargo, es el turno de los diseñadores, que se ocupan de que las potencialidades y la conectividad que ofrece la tecnología sea fácil de usar, atractiva y, sobre todo, significativa para las personas.
 
El espacio físico de interacción, es decir, la pantalla del móvil, por ejemplo, en el sistema de información llamado "teléfono", constituye lo que se conoce como "interfaz", o User Interface (UI) en inglés. Ese espacio de diálogo, la interfaz, entre el dispositivo y el usuario, puede generar experiencias enriquecedoras o muy frustrantes dependiendo de cómo estén diseñados. Por ejemplo, una aplicación para un teléfono móvil que tenga una interfaz confusa, compleja y que no permita al usuario conseguir el objetivo para el cual fue instalada, será eliminada del teléfono más rápidamente de lo que tardó en ser descargada, dejando una sensación de amargura en el usuario y un consumidor perdido que costará mucho volver a conquistar, desde el punto de vista de la empresa. Por eso se dice que mediante la interfaz se genera experiencia.
 
El diseño de experiencia de usuario en productos inteligentes
 
Durante la última década el concepto de experiencia de usuario se ha convertido en una moda en el campo de la interacción humano-computadora (HCI), ya que mientras la tecnología maduraba, los productos interactivos basados en TIC (ordenadores portátiles, smartphones, tablets, phablets) se convirtieron no sólo en dispositivos más útiles, sino que también en objetos de deseo1.
 
Las posibilidades que ofrece hoy en día la conexión entre objetos (véase el concepto de Internet of Things2) y la capacidad de proceso por parte de esos mismos objetos interconectados, son casi infinitas. El hecho de que cualquier producto/objeto, con independencia de su finalidad, forma de uso, o lugar en el que se encuentre pueda estar conectado a Internet, abre un campo rico en posibilidades de prestaciones, alternativas y facilidades para una multitud de funciones, solución de problemas, necesidades y especificidades. Estos objetos, siguiendo la tendencia mundial a denominar "inteligencia" al hecho de estar conectado y tener autonomía en dar respuesta a ciertas problemáticas, se llaman Smart products, capaces de convertir datos en información. Si esos objetos inteligentes tienen una interfaz intuitiva, fácil de usar y que permita a la persona cumplir con su cometido, generando con esto experiencias enriquecedoras, podrán convertir esa información en conocimiento para el usuario.
 
Evidentemente, la clave de desarrollo de estos productos inteligentes no reside en los aspectos técnicos ni tecnológicos (a nivel de hardware y software están altamente contrastadas las capacidades con las que se cuenta), sino en la problemática de cómo las personas dialogarán con esos objetos, cuestión que debería ser resuelta por un equipo de especialistas en el diseño de interfaces, de experiencia de usuario y de interacción, capaces de entender la tecnología subyacente en Internet y en los distintos dispositivos. Estos especialistas deberían ser capaces de proponer estrategias y soluciones de comunicación que gestionen y presenten el contenido en la interfaz de manera simple, sencilla e intuitiva. El objetivo de esta tarea de diseño es que el usuario consiga lo que se propone al interactuar con un dispositivo en concreto y obtenga de él un resultado/experiencia acorde a sus necesidades y expectativas. El diseñador consigue esto relacionando, de manera eficaz, conocimientos que provienen de áreas tan diversas como la sociología, la psicología de la percepción, la semiología, el diseño de información, la usabilidad y el diseño gráfico, entre otras, sin mencionar que debe tener conocimientos básicos del funcionamiento empresarial para entender los modelos de negocio de las compañías que ponen el producto o servicio en mercado, y manejar conceptos técnicos informáticos que le permitan dialogar con ingenieros hablando su mismo idioma. En definitiva, se trata de un perfil altamente creativo, sensible a las necesidades de los usuarios y multidisciplinar.
 
El reconocimiento a este perfil como una nueva profesión lo está dando el mismo mercado tecnológico, que no para de crecer y, por lo tanto, de necesitar a gente preparada en el campo del diseño de nuevas experiencias para los usuarios. Una búsqueda rápida de las palabras clave "UI/UX Design" en los principales portales de búsqueda de empleo de España y el mundo, arroja hoy el resultado de miles de ofertas de trabajo, en un sector de Smart Products que se dice generará en los próximos veinticinco años tantos empleos como la informática en los últimos cuarenta3.
 
En definitiva, el diseño de experiencia de usuario es un concepto que siempre ha estado presente -aunque quizás no visible- en la actividad de los diseñadores, pero que ahora cobra importancia gracias a las posibilidades de interacción con los diferentes dispositivos que ofrece la tecnología, convirtiéndose en un terreno propicio para la investigación, la experimentación, la generación de conocimientos y la concreción de buenos ejemplos del diseño basado en el usuario. Y si piensas que puedes crear experiencias innovadoras en los distintos dispositivos móviles del futuro, reinventar las redes sociales, diseñar las formas de trabajar, de jugar, de relacionarse y de navegar por internet, conviértete en un UI/UX Designer.
 
Referencias

1.- Hassenzahl, M., Tractinsky, N., 2006, "User experience - a research agenda", Behaviour & Information Technology; Volume 25, Issue 2, pages 91-97; Taylor & Francis; UK.

2.- http://www.theinternetofthings.eu/ (última visita: 07/01/2014)

3.- TVE, Telediario, 23/11/2013
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