Las experiencias de movilidad durante los estudios universitarios son fundamentales, por diversos motivos. Los años de universidad son una puerta abierta a nuevas posibilidades que, por primera vez, vinculan la experiencia personal con la académica y de futuro profesional de los estudiantes, una etapa llena de opciones (nacionales e internacionales) que irán perfilando el presente y futuro de las personas que pueden y deciden aprovecharlas.Desde nuestra larga experiencia en temas de movilidad internacional con estudiantes, hemos constatado que con el cambio de estructura en educación superior, el número de estudiantes que solicitan una plaza en un programa de movilidad internacional ha seguido incrementando. ¿Qué motivos llevan a los estudiantes, en nuestro caso de Educación Social y de Trabajo Social, a buscar una experiencia internacional?
La motivación de los estudiantes llega de lo personal y de lo profesional. Competencias como adaptación, interculturalidad, flexibilidad o el aprendizaje en contextos diversos son parte del desarrollo personal de cada persona, pero también se convierten en un valor añadido y diferencial en el ámbito de la acción social. Los estudiantes de los grados de Educación Social y de Trabajo Social disponen de varias opciones:
a) movilidades de corta duración (estancias de pocos días en universidades extranjeras o en entidades sociales de ámbito internacional);
b) movilidades de larga duración (un cuatrimestre) en universidades europeas y extracomunitarias; o
c) prácticas de cooperación internacional y de acción socio-comunitaria en entidades sociales de distintos países de América Latina, Asia y África durante al menos tres meses.
Acción social y cooperación internacional al desarrollo: una experiencia particular
En concreto, esta última modalidad de movilidad requiere una predisposición por parte del estudiante a realizar una asignatura teórica ("Cooperación internacional al desarrollo") y un seminario de preparación, a parte de una buena dosis de papeleo y de trabajo previo al viaje. Asimismo, durante las prácticas, los estudiantes comparten sus experiencias en el Blog de Cooperación de la Facultad, que se convierte en el punto de encuentro de todos los estudiantes que deciden cursar parte de sus estudios en otro país. Albert, desde Bolivia, escribía durante su estancia: "de este intercambio he aprendido muchas cosas: he aprendido que lo importante del proyecto no es el objetivo, sino el usuario; […] que no siempre se pueden aplicar los planes de trabajo tal y como un espera, sino que hay que adaptarlos a la realidad, social y cultural en la que uno se encuentra; […] que en ningún caso tiene que haber una imposición cultural o una mirada etnocéntrica si se quieren conseguir resultados positivos, sino todo lo contrario: hay que reflexionar sobre el entorno y adaptar las actuaciones al tipo de necesidad y de cultura correspondientes".
Por otra parte, Anna y Lidia, desde la República Dominicana, destacaban: "lo que sí vemos esencial es la importancia del empoderamiento de la comunidad, sin caer en la dependencia. Amar lo que haces sabiendo equilibrar altruismo, vocación y profesionalidad".
Finalmente, Marco y Joan, compartían lo siguiente desde Pune (India): "la experiencia ha sido un aprendizaje personal y profesional que nos aporta una nueva perspectiva a la hora de analizar e intervenir con niños y jóvenes, pero también con realidades diferentes de la nuestra".
Este tipo de aportaciones, junto a las entrevistas con los estudiantes tras regresar de sus experiencias, nos ayudaron a constatar un creciente interés en el ámbito de la cooperación y de las experiencias internacionales, así como la necesidad de una formación crítica en el marco de la globalización que se acercara a las nuevas perspectivas en la cooperación, el desarrollo y la transformación social que respondiera a necesidades personales y profesionales. Necesidad que estamos trabajando para poner en marcha un Máster en Desarrollo, Cooperación y Acción Sociocomunitaria.
¿Qué factores potencian y desincentivan la movilidad internacional en el contexto universitario?
Volviendo a la cuestión de la formación en otros países y analizando los motivos que favorecen y dificultan la movilidad de estudiantes, el principal impedimento que expresan los estudiantes es, sin duda, el factor económico. Muchos no solicitan una plaza de intercambio porque ellos o sus familias no pueden asumir el coste de desplazarse a otro país y vivir allá durante unos meses. Otros alumnos y alumnas solicitan la plaza y se ven obligados a renunciar a ella al no obtener una beca (que en muchos casos no llegará a cubrir el billete de avión al destino de movilidad o ni siquiera el alquiler de una habitación en un piso de estudiantes). Muy pocos/as deciden no solicitar una plaza de movilidad durante sus estudios por motivos familiares, y sólo una minoría afirman tener miedo o no atreverse a participar en una experiencia internacional de corta o larga duración.
Si nos centramos en los factores que favorecen la movilidad de estudiantes de grado y de posgrado, vemos que una buena orientación, seguimiento y cierre de la movilidad es clave para ayudar a que la experiencia se viva de forma más segura por parte del estudiante y para facilitar su vinculación con la parte académica y profesional. Del mismo modo, el hecho de vivir una experiencia internacional aporta un valor añadido al futuro educador/a social o trabajador/a social, que demuestra que puede vivir en un entorno distinto al suyo y enfrentarse a situaciones y realidades nuevas, y aplicar todo lo aprendido en sus estudios y en su trayectoria vital. Por último, igual que el factor económico dificulta la movilidad de estudiantes, las becas y ayudas a la movilidad (aunque escasas e insuficientes) son hoy en día claves para que muchos/as estudiantes puedan participar y costearse una viaje con contenido académico a otro país.
