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Quema tu portafolio. La creatividad como capital transformador

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Jordi Cano, Director del Máster en Comunicación y Dirección de Arte y del Máster en Comunicación, Creatividad y Publicidad de ELISAVA, Escuela Superior de Diseño e Ingeniería de Barcelona
Durante muchos años portfolios y currículos han constituido recursos esenciales para medir el potencial de los profesionales. Tanto es así que dichos muestrarios de backgound profesional han sido epicentro de temarios lectivos, workshops y un sinfín de formatos académicos.

Si bien estos recursos imperaron en la evaluación de candidatos y la promoción de uno mismo como profesional, el contexto actual requiere de acción, de propuestas, de hacer más que decir. El alumno, así como el profesional debe tomar consciencia de que el portfolio o el currículo es sólo un pequeño botín, una caja donde guardar el pasado, y que por tanto lo verdaderamente importante son las actitudes y aptitudes adquiridas, el saber hacer, el saber saber, y el saber ser.

Apostar pues por la capacidad transformadora de las ideas como agente diferencial es quizás uno de los valores que oferta y demanda van incluyendo cada vez más como pieza esencial dentro de sus estructuras. Prueba de ello, son los resultados obtenidos en una de las últimas investigaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCD), la cual tomaba como objeto de estudio las capacidades profesionales que los empresarios europeos valoraban más en el momento de escoger candidatos para sus negocios. En este sentido, la investigación concluyó, que la capacidad de aprender, de aplicar conocimientos en práctica y a su vez de analizar y sintetizar eran los elementos más apreciados en un perfil. En definitiva: nuevas ideas.

Teniendo en cuenta estos datos, es posible constatar de nuevo que ciertos convencionalismos pasados, dejan poco a poco lugar a valores más intangibles, como es el caso de las actitudes y las ideas.

Sin embargo, a pesar del progresivo aumento de esta visión, aún no podemos hablar de una praxis instaurada, y es que apostar por algo tan volátil como "ideas nuevas" asusta, y más frente a la estabilidad que ofrece aquello cotidiano, conocido y tangible. Esta reacción no sólo atañe a inversores, o clientes, sino también a los propios profesionales, ya sea en condición de formación o consolidados, quienes, por miedo al "No me interesa", o al, "Esto nadie lo va a querer", optan por caminos más conservadores; y lo cierto es que los vaivenes son parte implícita en cualquier viaje que tenga como destino la innovación. Concebir pues la actividad profesional como recorrido rectilíneo es contraproducente para la generación de los nuevos mundos que ponen a nuestra disposición las ideas.

Con el fin de transmitir dicha filosofía, así como los beneficios que ofrece el pensamiento no convencional, desde el Máster en Diseño y Estrategias de Comunicación de ELISAVA lanzamos hace unos meses la beca Fahrenheit, la cual daba la posibilidad de cursar uno de los másters que ofrecía el centro, como premio para el ganador del concurso de creatividad y generación de propuestas organizado para la ocasión, «Burn Your Portfolio». La premisa era sencilla, no valoramos tu potencial por la extensión de tu portfolio, sino por la magnitud de tus ideas. El resultado fue realmente espectacular, jóvenes de todo el mundo mandaron ideas nuevas que seguro tomarán forma en los años venideros. Consecuencia de ello, una joven italiana, que proponía un nuevo modelo de intercambio y co-creación entre jóvenes se incorporó a nuestro curso.

Mediante esta sencilla premisa, se fomenta que los participantes apuesten por el poder de las ideas en el nuevo contexto de la economía creativa, haciendo uso de su pasión, ingenio e intuición para dar forma no tanto a sus ideas como a su potencial emprendedor y creativo. Y es que tal como dijo el arquitecto y urbanista Casto Fernández Shaw: "Proyecta, algo queda".

Queda un largo recorrido por delante. La creatividad es, sin lugar a dudas, el valor transformador de nuestra sociedad.

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