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La orientación inclusiva: el éxito de las Escuelas Taller
Artículo de opinión
En España, donde la transición de la escuela al mundo laboral sigue siendo una tarea que preocupa a las autoridades laborales y educativas, con tasas de desempleo juvenil superiores al 50%, existen programas que han mostrado una extraordinaria capacidad para mejorar los niveles de inserción en el mercado laboral.
El programa de políticas activas de Escuelas Taller nació precisamente a mediados de los años 80 cuando la tasa de paro de los jóvenes alcanzaba registros elevados. Su diseño combina formación con práctica y trabajo en entorno real, en actuaciones que tienen un impacto sobre el bienestar colectivo. Las Escuelas Taller se han calificado como experiencias de buenas prácticas, y se han ido aplicando en numerosos países europeos, así como en América Latina. Es cierto que los críticos y detractores cuestionan los elevados costes de este tipo de programas. En situaciones de limitación de recursos presupuestarios, esta posición parece justificada, pero al final, el análisis coste beneficio del programa y su impacto social, nos llevan a defender su aplicación práctica en el ámbito de la orientación inclusiva.
Escuelas Taller actúa sobre el patrimonio inmueble por medio de unidades de obra de reducidas dimensiones que los alumnos pueden abordar bajo la dirección de maestros especializados que poseen una experiencia y conocimiento de las técnicas que se deben emplear. En los últimos años, el programa, mostrando su versatilidad, se ha ido extendiendo hacia prácticas en el ámbito de los servicios de proximidad y los yacimientos de empleo. Los principales receptores de los programas, las entidades locales y las instituciones sin ánimo de lucro, aseguran con los debidos controles, el uso eficiente y adecuado de las subvenciones, con una aplicación correcta que asegura el éxito de los proyectos.
Los candidatos a participar en estos programas, jóvenes con dificultades para obtener la cualificación al finalizar los estudios, pueden aprovechar los dos años de duración para obtener por la vía de la educación compensatoria, el título de graduado en ESO que les permite continuar avanzando en la formación profesional. Además, en la medida que los certificados de profesionalidad se elaboran con las cualificaciones del Catálogo, la convalidación de estudios permite desarrollar los principios de aprendizaje a lo largo de la vida. Sin embargo, el principal resultado de este programa es la inserción laboral. Más del 80% de los alumnos obtienen un empleo en la especialidad formativa en que participan a la finalización de los estudios y las prácticas en alternancia, lo que constituye uno de los puntos fuertes.
No hay mucho que inventar en materia de orientación. Tan sólo conocer las potencialidades de los programas que existen y facilitar la participación en los mismos de aquellos candidatos que puedan obtener el mayor beneficio. Escuelas Taller con cerca de 30 años de experiencia es una magnífica alternativa para la orientación inclusiva. Los resultados están ahí.
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