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Decálogo para elegir un buen centro educativo

Artículo de opinión

  • 18/02/2014

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Antonio J. Almagro Martínez, Orientador del I.E.S. Licenciado Francisco Cascales (Murcia)
Frecuentemente, la elección de centro educativo se convierte en tarea ardua y no exenta de interrogantes. No es un hecho puntual o pasajero, sino una toma de decisión que puede tener trascendencia durante toda la vida escolar, en algunos casos, desde la Etapa Infantil hasta el acceso a la Universidad. Conviene pues sopesar pros y contras y no dejar a la improvisación un hecho tan importante como es la formación de los hijos.

Es cierto que los interrogantes no son tales cuando la oferta resulta escasa y limitada, algo frecuente por ejemplo, en las pequeñas localidades, pero no sucede de igual forma en aquellas ciudades en las que podemos encontrar una oferta variada y se da la posibilidad de elegir. También es un argumento de peso la presencia de hermanos en determinado colegio o instituto. Criterios tales como la proximidad al domicilio familiar o al lugar de trabajo, no justifican suficientemente una decisión de este tipo.

Pretendo, a través de estas sencillas reflexiones, que los padres puedan tomar en consideración criterios que, tal vez, muchas veces pasan desapercibidos, pero que resultan de capital importancia en la educación y formación de sus hijos. No están enumerados por orden de relevancia (la mayoría lo son) y tampoco persigo el objetivo de que las familias puedan encontrar el centro ideal que reúna todos los requisitos, algo evidentemente imposible porque tal centro  no existe. Veamos cuáles podrían ser estos puntos de referencia a tener en cuenta.

1. Zona o proximidad al domicilio familiar o laboral. Es un criterio importante a tener en cuenta si se trata de elegir un centro de Infantil o Primaria pero no tanto si nuestro hijo va a cursar Secundaria o Bachillerato y puede desplazarse de forma autónoma. Por otra parte, la disponibilidad de transporte público y/o escolar puede obviar los posibles inconvenientes de la distancia.

2. Proyecto Educativo y/o Ideario del centro. En la actualidad, la mayoría de centros disponen de una página web en la que se puede tener acceso a estos documentos que conviene ojear. Cuando se trate de un centro público, el Proyecto Educativo nos va a aproximar a las señas de identidad del mismo así como a los criterios que rigen para la formación y educación de sus alumnos. En el caso de los centros privados o privados-concertados, tal vez sea interesante conocer su ideario  para evitar sorpresas a posteriori o demandar del centro algo que no nos puede proporcionar. Es fundamental conocer la ideología que subyace en un centro en el que hemos depositado nuestra confianza.

3. ¿Público, privado o privado-concertado? Son las tres modalidades que nos podemos encontrar a la hora de elegir centro. En muchos casos, será nuestra economía la que permita que nos decantemos por uno u otro, pero otras veces, podemos encontrar diferencias significativas a la hora de encarar diferentes cuestiones nada despreciables, como tratamiento de determinados valores, laicidad o religiosidad, etc. No perdamos de vista que un centro privado concertado está sostenido con fondos públicos y, por lo tanto es gratuito, pero hemos de ser conscientes de que la entrada en el mismo implica aceptación de un ideario y la posibilidad de satisfacer algunas cuotas obligatorias en concepto de material, actividades extraescolares o complementarias, etc.

4. Servicios que ofrece el centro al margen de los obligatorios. Puede resultar conveniente o necesario que el centro disponga de comedor o transporte escolar, especialmente para niños de Infantil y Primaria. Este tipo de servicios no es exclusivo de los centros privados; también lo podemos encontrar en bastantes públicos y concertados.

5. La oferta educativa del centro es fundamental. A muchas familias le agrada la idea de que su hijo pueda permanecer en el mismo centro desde Infantil hasta Bachillerato o Formación Profesional. Esta situación es más frecuente en centros de tipo privado o concertados, pero hay que tener en cuenta en el caso de estos últimos que no todos los niveles están sujetos al concierto educativo. Actualmente, el Bachillerato y la Formación Profesional son niveles no obligatorios y consiguientemente no gratuitos.

6. Programas específicos que desarrolla el centro. El bilingüismo puede ser un factor determinante o criterio prioritario y aunque aún no está generalizado, es cierto que un buen número de centros lo ofertan en distintas modalidades: inglés, francés, alemán o fórmulas mixtas. En el caso de que nos inclinemos por un centro de este tipo, no estaría mal informarnos del tipo de grupos que el centro tiene establecidos (grupos puros o grupos mixtos), carga horaria establecida para la enseñanza en la lengua extranjera o la exigencia de cierto dominio previo del idioma.

7. Participación en proyectos de movilidad. En este sentido, hay centros más dinámicos que otros y podemos encontrarnos con atractivos Programas de Aprendizaje Permanente de la Unión Europea o de intercambios con otros países. Habrá que informarse de cuáles lleva a cabo el centro ya que constituyen un recurso de primer orden para la práctica del idioma y el intercambio con culturas diferentes a la nuestra.

8. Tratamiento de la Atención a la Diversidad. Si nuestro hijo presenta problemas de aprendizaje y va a precisar apoyos específicos en una o varias materias, si tiene necesidad de algún tipo de adaptación por diferentes causas (Dislexia, TDAH, TGD, Altas Capacidades, deficiencias específicas, etc.), si precisa de un programa de Diversificación Curricular, etc., es de suma importancia conocer la oferta del centro en este sentido y saber de qué manera se llevan a cabo estas medidas.

9. Actividades Extraescolares. El tratamiento que se le da a este tipo de actividades es muy diverso según el centro educativo. Normalmente hay una oferta más variada en centros privados y concertados. Algunas de estas actividades pueden implicar horario de tarde o extensión del horario normal pero constituyen una oportunidad para completar la formación de los chicos. Es un hecho que esta programación puede variar de un curso a otro por lo que es conveniente informarse, en el caso de estar interesados, de la oferta establecida.

10. Instalaciones y dotación del centro. No es un elemento que marque la calidad de la enseñanza en el mismo, pero no cabe duda de que la favorece su funcionalidad y lo convierte en más o menos atrayente para nuestros hijos. Dentro de este criterio, algunos datos a tener en cuenta podrían ser la presencia y calidad de instalaciones deportivas, laboratorio, biblioteca, uso de las nuevas tecnologías, medios informáticos, etc.

Cada etapa educativa tiene sus peculiaridades y exigencias; pese a ello, este decálogo puede ser un referente válido para cualquiera de ellas. Espero y deseo que les sea de utilidad.
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