Corría el año 2001 cuando el Massachusetts Institute of Technology (MIT) anunció que daría acceso libre y gratuito a los materiales de sus cursos. Esta forma de "curso abierto", también llamado Open Course Ware (OCW) fue el germen de lo que actualmente llamamos Moocs. Y fue hace relativamente poco, en 2011, cuando un profesor de la Universidad de Stanford, Sebastian Thrun, anunció que iba a realizar un curso online sobre inteligencia artificial. Este curso acabó con 120.000 alumnos inscritos de los que más de la mitad consiguieron finalizarlo. Fue el pistoletazo de salida para la aparición de diferentes plataformas que ofrecen diversos cursos masivos online y gratuitos. De hecho la que posee actualmente mayor oferta; Coursera nació ese mismo año.Coursera, EdX, Miriadax..son algunas de las más reconocidas a nivel internacional pero España está teniendo cada vez una mayor peso a nivel internacional. Diversas instituciones educativas y Universidades ofrecen este tipo de producto; desde la Universidad Complutense hasta el IE Bussines pasando por la UNED o la Pompeu y la lista sigue creciendo. Con datos a Octubre de este año, en Europa se contabilizan 277 MOOC de los que 83 son cursos españoles, nos sigue el Reino Unido y Alemania con 55 y 53 respectivamente. De todos ellos los más habituales son las relaciones con ciencia y tecnología. Si sólo contamos el crecimiento la situación es boyante pero, ¿ofrecen una formación de calidad?, ¿es una moda pasajera?... y lo más importante; ¿vienen para quedarse como alternativa?
Parece bastante evidente que estamos ante una evolución de lo que en su momento se denominaban cursos gratis online. Estaba el canal; internet, pero no tenían el prestigio que otorga la formación académica en Universidades como Harvard o Stanford. La revolución llegó cuando estas organizaciones pusieron sus materiales al alcance de cualquiera que tuviera un ordenador. El arranque fue espectacular pero actualmente nos encontramos con tasas de abandono del 90%. Esto podría ser preocupante pero es matizable cuando observamos, a través de los datos, que existen diversos grupos que alteran este dato. Y todo ello sucede especialmente en las dos primeras semanas de inicio del curso; la mayoría entran a ver el curso y comprueban que no es de su interés; otros entran únicamente a ver ciertas partes de la materia. Una de las cosas que me impacta no es eso, sino el 10% que sigue delante de manera activa.
Ante esto me planteo varias cuestiones. La primera es ¿qué pasaría si hubiera habido un seguimiento de esta formación?. Si en vez de ser totalmente online hubiera tenido un componente blended muy probablemente incrementaría el número de alumnos que finalizan pero abre otra cuestión; ¿quién sufragaría esta asistencia?
La segunda ¿qué validez puede tener haber finalizado un curso sin el seguimiento adecuado?. ¿pondría su proyecto de ingeniería en manos de una alumno que ha realizado un curso MOOC?.
Y la tercera, ¿está el mundo empresarial preparado para acoger este tipo de alumnos?, ¿los preferirá a un candidato con formación "tradicional"?
Pienso que nos encontramos en un modelo en construcción que requiere una cierta regulación para que todo aquello que se atisba de beneficios y democratización del aprendizaje llegue a buen término, pero ello obligará a más cesiones por un lado y más compromisos por otro. Aunque si el final es una sociedad más instruida y preparada habrá valido la pena.
Para saber más:
Observatorio MOOC en España: http://blogmooc.iei.ua.es/2013/10/mooc-universidades-espanolas.html
Web para encontrar moocs: http://www.mooc.es/
Datos sobre la educación en Europa: http://openeducationeuropa.eu/
Gráficos sobre los Mooc: http://mfeldstein.com/emerging_student_patterns_in_moocs_graphical_view/
