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Necesidades formativas de los docentes en el ámbito de las altas capacidades

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Xènia Moliner Rodrigo. Psicóloga, docente del ámbito de Formación, Consultoría y Estudios de la Fundación Pere Tarrés (Barcelona)
Los avances en la atención individualizada que deben recibir alumnos con determinadas características se iniciaron hace un tiempo considerable. La concienciación sobre las necesidades educativas especiales se centró en los alumnos con déficits intelectuales y, posteriormente, en alumnos con dificultades de aprendizaje o dificultades conductuales. No podemos negar que el avance ha sido importante y se han desarrollado protocolos de detección e intervención y se han dedicado importantes esfuerzos para elaborar manuales de buenas prácticas para proporcionar la atención adecuada para estos alumnos. Pero aun así, el camino por recorrer es todavía largo, tanto en la tarea de concienciación, como de formación e intervención.

Prueba de ello es que cuando hablamos de atención a la diversidad, a menudo olvidamos a los alumnos con altas capacidades. Este perfil de alumnado puede resultar invisible a los ojos de profesorado, pero es importante tener en cuenta sus características y dificultades para gestionar adecuadamente su proceso de aprendizaje en la escuela ordinaria. Conocer sus características cognitivas y emocionales es clave para poder ofrecer una respuesta educativa ajustada a sus necesidades.

A día de hoy, desde las universidades y las principales entidades formadoras de maestros, la atención que se dedica a formación para alumnos con altas capacidades es escasa. Se trata de una tarea compleja y profunda, ya que implica cambios conceptuales respecto la definición de profesor y del proceso de aprendizaje. Y el caso es que el sistema educativo actual, a pesar de los esfuerzos por flexibilizar y adaptarse a las características individuales de los alumnos, continúa manteniendo una raíz de rigidez que impide determinados avances conceptuales. Por tanto, las propias características del sistema educativo le hacen un flaco favor a la formación del profesorado.

En el caso de la atención a los alumnos con altas capacidades, el proceso de aprendizaje se considera una evolución dinámica y bidireccional entre el alumno y el profesor, que actúa de guía y facilitador del aprendizaje. Se promueve la creatividad, trabajar des de la imaginación, otorgando un peso importante a la motivación del alumno. De hecho, una de las principales dificultades con las que se encuentran estos alumnos en las escuelas ordinarias es la poca motivación que sienten por los aprendizajes convencionales. Tal es así, que a menudo presentan fracaso escolar, así como problemas conductuales y emocionales asociados.

Dada la importancia de la atención a estos alumnos tan desconocidos como incomprendidos, son de agradecer iniciativas como la de la Junta de Andalucía con el proyecto Andalucía Profundiza, que da respuesta a la motivación de muchos de estos alumnos por la ciencia y la investigación convirtiendo a los propios alumnos en agentes activos de su propio aprendizaje.

En la línea de formación al profesorado se están llevando a cabo jornadas de concienciación, como las celebradas recientemente en Córdoba, y se están elaborando protocolos de detección, diagnóstico e intervención desde entidades de diferentes ámbitos como, por ejemplo, el Col•legi Oficial de Psicòlegs de Catalunya.

Percibiendo este déficit formativo para los profesores, la Fundación Pere Tarrés se muestra sensible a estos "huecos" de conocimiento y pretende dar respuesta a las necesidades de formación del colectivo docente. Con este objetivo se ideó el curso "Altas capacidades: respuesta educativa", ofreciendo una clara y rigurosa formación teórica, pero sobretodo dotando de estrategias y materiales para la detección e intervención en el ámbito escolar. Este curso se realizó con éxito el pasado mes de marzo y abril y se programará nuevamente para el curso 2013-14, dada la buena acogida de la edición anterior. Los participantes agradecieron especialmente la aportación de material de tipo práctico para utilizar y adaptar directamente en el aula.

Pienso que deberían promocionarse este tipo de iniciativas formativas, ya que el campo de las altas capacidades está más bien descuidado desde el punto de vista de la educación. Los alumnos se sienten perdidos y las familias desamparadas; no saben a quién recurrir, dónde buscar información o, simplemente, sentirse escuchados y comprendidos. Avanzar en esta línea implicaría flexibilizar el concepto de aprendizaje y de función del profesor y esto, a su vez, revertiría positivamente en el alumnado en general.
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