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Smartphones y Tablets, ¿educan?
Artículo de opinión
Como cualquier otra herramienta, smartphones y tablets dependen del uso que se les de para obtener un determinado resultado. Herramientas muy útiles para un alumno, pueden convertirse en su peor enemigo sin él saberlo. El número de menores de edad que poseen alguna de las nombradas herramientas tecnológicas es desmedido y actualmente el empleo que se le da no es meramente comunicativo o resolutivo, sino que es usado como un instrumento de ocio y entretenimiento, incluso en momentos inadecuados, tales como comidas, cine, clase, reuniones, etc.
Hoy en día un gran porcentaje de centros escolares tiene prohibido el uso de smartphones y tablets en las escuelas. Debido a su experiencia en la enseñanza han creído oportuno no dejar que este fenómeno de las nuevas tecnologías acabe con lo realmente importante: el aprendizaje.
Demostrado está, que existen infinitos factores de distracción dentro de smartphones y tablets: anuncios, links que derivan a Webs o mensajes subliminales de alto contenido adictivo. Permitir usar nuevas tecnologías en clase es ciertamente arriesgado, ya que dentro de la Red o del mismo accesorio se encuentran infinitasposibilidades: chats, juegos, redes sociales o páginas de interés.
Permitir tener acceso a diferentes canales a través de una herramienta de última generación en clase proporciona una mayor rapidez en la consecución de resultados, pero al mismo tiempo genera hábitos de adicción. Algo muy parecido pasa con los Chats o SMS, que acaban por degenerar la correcta escritura.
La línea que cruza el uso del abuso es sumamente frágil, smartphones y tablets pueden llegar a convertirse en un recurso en cierto momento, pero inequívoco es, que al preguntarnos sobre su necesidad, encontramos muchas lagunas.
Es difícil diferenciar entre lo realmente necesario y lo que el ser humano convierte en necesario.
Debemos tener en cuenta que en la adolescencia, momento en que el joven forja su futuro, no sólo es una persona en proceso de maduración, sino que es víctima y deseo de todos los creadores de marketing. El adolescente es el destinatario preferido, y por ende el nicho de mercado a explotar para todas las empresas que buscan el uso constante de sus productos Anuncios, promociones, carteles y mensajes de cualquier tipo a través de múltiples canales, conducen al joven a tener un enorme riesgo de convertirse en adicto a smartphones y tablets u otras herramientas que proporcionan las nuevas tecnologías. Debemos controlar el tiempo de uso, el espacio donde se utiliza y a poder ser, tener un pequeño régimen de conducta. Lo importante de la herramienta es el usuario, la forma en que lo acaba empleando.
Para una buena concienciación del usuario ante el uso adecuado de smartphones y tablets, es básica una educación impartida tanto por la escuela como por los padres.El objetivo debe ser que aprendan a regular su uso y todo ello debe hacerse mezclando la confianza con la rigidez. Los adultos no tienen porque entrometerse en la intimidad de los jóvenes pero si debe prevalecer su autoridad cuando se trata de erradicar un hábito perjudicial para ellos.
Es nuestra obligación advertir que si un adolescente acaba abusando de los smartphones y las tablets es probable que acabe sufriendo serios problemas tanto a nivel personal como incluso a nivel económico y social. Problemas tales como: mengua en el rendimiento escolar, conflictos familiares, elevadas facturas, perdidas de interés, oscilaciones del estado de ánimo o hasta un posible aislamiento progresivo del mundo real.
¿Cómo podemos convertir Smartphones y Tablets en una herramienta educativa?
Smartphones y tablets pueden llegar a tener participación en la enseñanza junto a los métodos ya existentes y otros que de bien seguro aparecerán. Para ello debemos trabajar a partir del "currículum oculto", que engloba tanto al ámbito escolar, el ambiente y la relación entre alumnos como a padres, educadores y personal no docente. Este curriculum oculto configura un conjunto de experiencias y de mensajes con una influencia educativa en la adolescencia muy importante, y tiene especial relevancia cuando pretendemos promocionar hábitos saludables en la población infanto-juvenil (Sánchez-Carbonell y Castellana 2007).
Entiendo que para aprender, smartphones y tablets no son imprescindibles, entiendo que para forjar un mayor y mejor futuro smartphones y tablets pueden llegar a colaborar en un porcentaje mínimo, y entiendo e impulso que para llegar a ser una persona formada y capaz de aportar a la sociedad, smartphones y tablets no deben de tener más que una anecdótica participación.
La enseñanza al igual que muchísimos otros aspectos del aprendizaje de los jóvenes, se ha ido viendo modificada a través de los años. Expreso mi total convencimiento a potenciar un desarrollo controlado, un crecimiento que tenga en cuenta todo lo bueno y lo malo de un nuevo avance tecnológico, y que nunca olvide su objetivo más importante: acabar enseñando, acabar educando, acabar construyendo una buena hoja de ruta.
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