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Competencias básicas para los(as) profesionales de la orientación

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Julio González Bello. Profesor Emérito del Departamento de Orientación de la Universidad de Carabobo (Venezuela). Miembro de la Red Latinoamericana de Profesionales de Orientación
Hasta la fecha la mayoría de los programas de formación de orientadores sólo han considerado como indispensables hacer mención a las competencias profesionales o técnicas. Dentro de este grupo se hace referencia a la necesidad de que los(as) orientadores(as) sean profesionales que tengan habilidades y destrezas en el desarrollo de los aprendizajes de la carrera, conocimiento de las diferencias culturales, evaluar y diseñar programas, que conozca las tendencias laborales y los asuntos sociales. Pero desafortunadamente sólo con esas competencias, la formación del profesional de la orientación estaría incompleta. Para Alonzo y Otros (2012)  estas competencias corresponde a lo que Sergio Tobón denomina: Competencias con un enfoque Funcionalista, ya que "la competencia es entendida como un desempeño de funciones laborales profesionales, (donde se) enfatiza en la descripción detallada de las actividades..." (p. 5).

En este sentido se comparte la idea de Monereo y Pozo (2001) cuando afirman que "Ser competente no es sólo ser hábil en la ejecución de tareas y actividades concretas, escolares o no, tal como han sido enseñadas, sino más allá de ello, ser capaz de afrontar, a partir de las habilidades adquiridas, nuevas tareas o retos que supongan ir más allá de lo ya aprendido." (p.13).

Una de las principales críticas que se ha hecho a la idea de las competencias para el ejercicio profesional estriba en que generalmente en la discusión de este tópico no se consideran otro tipo de competencias que son tan o más importantes que las mencionadas anteriormente. Este otro tipo de competencias es el conocido como: Competencias con un enfoque socioformativo, (Tobón, 2009. Citado por Alonzo y Otros (2012),  el cual además del saber conocer y el saber hacer, debe incluir el saber ser y el saber convivir. Y estos dos últimos tipos de saberes, generalmente no son tomados en cuenta para la formulación de las competencias básicas de los orientadores.

En el campo de las competencias con un enfoque socioformativo debería enfatizarse que una competencia básica de los (as) profesionales de la Orientación debería estar formulada en término de colaborar con la formación humana y el compromiso social de todos los actores que conforman la comunidad educativa, es decir; estudiantes, docentes y directivos, padres y representantes y la comunidad de influencia en donde se ubica la institución educativa respectiva.

En vez de una simple enumeración de un sinfín de competencias básicas para los orientadores, que lo único que pretenden es formar en la mente de los profesionales jóvenes, la idea de un superhombre o supermujer, que por la infinidad de las competencias pudiera más bien desanimarlos, la propuesta que me permito hacer, parafraseando lo dicho por Tobón (2006) es que la única competencia básica que deben poseer los profesionales de la Orientación, es la de actuar con idoneidad en la búsqueda de la formación humana integral con el mayor sentido de responsabilidad, tanto  personal como social.

En este caso la idea de idoneidad está relacionada con un desempeño excelente en el campo en el que le toca actuar, considerando su actuación de una manera integral con la totalidad del ser humano, en una forma confluente y no con actuaciones parceladas y con la aplicación de intervenciones orientadoras fragmentadas, tales como programas, en forma aislada, de orientación vocacional, u orientación personal u orientación comunitaria.

El accionar del profesional de la orientación debería ser concebido con la idea de una orientación confluente, "la cual se resume en la idea de que el (la) profesional de la Orientación aborde la problemática del ser humano desde la integralidad y con una visión inter-transdisciplinaria, y que a través de planes de intervención integrales, totales o globales aborde, a un mismo tiempo y con igual magnitud, todas y cada una de las áreas de Orientación que se requieran para el grupo al cual va dirigido en un momento determinado." (González Bello, 2010, p.6) ; y con un criterio de responsabilidad personal y social, donde se concibe al ser humano como un sujeto inmerso en un contexto cultural y comunitario del cual toma mucho de su identidad y al cual debería retribuir con creces parte de su formación.

Referencias:

Alonzo Rivera, D.L. y Otros. (2012). Transformación de la Docencia Hacia el Enfoque de Competencias. Disponible en: http://www.quadernsdigitals.net/index.php?accionMenu=hemeroteca.VisualizaArticuloIU.visualiza&articulo_id=11161

González Bello, J. R. (2010). Urgencia de Nuevos Roles y Funciones de la Orientación Educativa en América Latina. Tiempo Latinoamericano. Año 2. N.7 (15). Pp. 6-8.
Disponible en: http://www.educacionsuperior.edu.co/rlpo/publicaciones/tiempo_latinoamericano/Tiempo_15.pdf

Monereo, C.  y Pozo, J.I.  (2007). Competencias para (con) vivir con en el siglo XXI.
Disponible en: http://cprazuaga.juntaextremadura.net/competencias/concepto/Art%C3%ADculos/COMPETENCIAS%20PARA%20CONVIVIR%20MONEREO.pdf

Tobón (2006). Aspectos básicos de la formación basada en competencias.
Disponible en: http://www.uv.mx/facpsi/proyectoaula/documents/Lectura5.pdf
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