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Formación en Centros de Trabajo, un modelo a mejorar
Artículo de opinión
La FCT posibilita a los alumnos evidenciar las competencias adquiridas durante el periodo formativo en el centro. La realización de la FCT en las empresas ha supuesto un cambio significativo en la adquisición de las competencias que incluye cada título, sobre todo en lo que a competencias transversales o clave se refiere: resolución problemas, autonomía, iniciativa, toma de decisiones, comunicación, innovación, trabajo en equipo…Estas competencias según los empleadores, son básicas para acceder a un puesto de trabajo, así como la capacidad de adaptación a los entornos cada vez más cambiantes.
Las competencias clave se pueden demostrar en el aula pero, evidentemente, la manera más eficaz de desarrollar estas competencias es durante la FCT ya que el alumno se desenvuelve en un entorno productivo real.
Las prácticas de FCT no suponen remuneración alguna para los alumnos y son de carácter obligatorio si se quiere conseguir el título. Para la empresa es de carácter voluntario y participa a través de convenios con los centros educativos. Este puente entre mundo productivo y mundo educativo es fundamental para que exista una vinculación real entre ambos mundo y para una constante adaptación al mercado laboral.
Pero la FCT es mucho más que unas prácticas en la empresa. Supone un contacto real con el entorno productivo que ha supuesto una puerta de entrada al mercado laboral de muchos de los titulados en Formación Profesional. Según las últimas encuestas de inserción laboral de los titulados en Castilla y León, casi el 32% de los alumnos que están trabajando enlazó el trabajo con la FCT.
Consideramos pues el modelo de FCT como válido, tanto para la adquisición de competencias, como para mejorar la empleabilidad de los alumnos de formación profesional.
No obstante el modelo podría incluir avances en su funcionamiento. Proponemos algunos cambios encaminados por un lado a una mejor coordinación entre las actividades programadas por el tutor y las que el alumno realiza en la empresa. Y por otro, a una comunicación más eficaz entre centro-alumno-empresa.
El programa formativo diseñado por el tutor del centro formativo y consensuado con el tutor de empresa, debería ser más flexible y adaptado a cada alumno-entorno. Para ello el uso de tecnologías de la información y comunicación suponen una ayuda en esa coordinación. Son habituales los programas informáticos de gestión y seguimiento de la FCT, como el programa Cicerón en los centros de Castilla y León. También hay experiencias para el seguimiento de la FCT con Aula Virtual Moodle para los alumnos que aprovechan las prácticas en empresas europeas a través de los programas Erasmus o Leonardo en los centros de Madrid. Pero el uso de TIC no debe quedar ahí.
Nuestra propuesta apuesta por aprovechar los recursos que ofrece los servicios de la nube o cloud computing, ya que puede permitir un trabajo colaborativo en la elaboración y gestión de las actividades formativo-productivas que los alumnos deben realizar en la empresa. Además el seguimiento será más fácil si hay una comunicación que permita un feedback entre el alumno y los tutores de manera inmediata, con herramientas como las que facilita Internet móvil.
Con este modelo de comunicación, la relación entre alumno-empresa no se rompe finalizado el periodo de FCT, ya que permitirá una conexión entre las ofertas de empleo de la empresa y los titulados en formación profesional, de manera que la oferta-demanda de empleo sea más ágil, facilitando sin intermediarios la inserción laboral.
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