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Fracaso y éxito académico: la importancia del profesorado

Artículo de opinión

La prevención del fracaso académico, su evaluación y cuantificación y las medidas para evitarlo son el tema recurrente en el debate educativo. Los datos presentados por la OCDE evidencian la necesidad de actuar. El Monográfico sobre Fracaso y Éxito Escolar cuenta con las aportaciones de los expertos sobre el papel del profesorado en estas medidas de prevención del fracaso y abandono académico. ¿Qué importancia tiene la práctica docente a la hora de prevenir el fracaso escolar?


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Laia Mestres i Salud. Redacción de Educaweb
La prevención del fracaso escolar, su evaluación y cuantificación y las medidas para evitarlo son el tema recurrente en el debate educativo. Los datos presentados por la OCDE y las estadísticas mostradas en estudios como el "El risc de fracàs escolar a Catalunya" elaborado por el Consell de Treball Econòmic i Social de Catalunya (CTESC), evidencian la necesidad de actuar al respecto.

En 2010, publicamos un monográfico sobre la prevención del fracaso escolar, en el que profundizábamos en las medidas necesarias para mejorar la situación en nuestro país. En esta ocasión, el Monográfico sobre Fracaso y Éxito Escolar cuenta con las aportaciones de los expertos sobre el papel del profesorado en estas medidas de prevención del fracaso y abandono académico. ¿Qué importancia tiene la práctica docente a la hora de prevenir el fracaso escolar?

Fracaso y abandono académico

El índice de fracaso escolar en España dobla la media de la Unión Europea. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y Eurostat de 2010, el 31,2% de los estudiantes españoles no termina la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), mientras que la media de la Unión Europea se sitúa en el 14,4%.

En este contexto, entendemos por fracaso escolar no terminar con éxito la ESO. Pero, ¿qué ocurre con los jóvenes que tienen más de 20 años y no han logrado un título reglado postobligatorio? ¿Cómo "clasificamos" a las personas que han obtenido un título sin interiorizar las competencias básicas? ¿Podemos hablar de fracaso en estos casos?

Mariano Fernández Enguita, co-autor del libro "Fracaso y abandono escolar en España"
destaca la diferencia entre fracaso y abandono escolar: mientras que el primero, administrativamente, significa no terminar con éxito la ESO, el abandono (prematuro o temprano) implica tener entre 18 y 24 años y no haber obtenido al menos un título reglado postobligatorio (bachillerato o formación profesional de grado superior) ni estar matriculado en los estudios conducentes a ello.

En cambio, Xavier Riudor, director del estudio "El risc de fracàs escolar a Catalunya", considera que existen otros indicadores que nos pueden mostrar en qué consiste el fracaso escolar. En su informe, el término adquiere un significado de proceso acumulativo: el fracaso escolar se construye a lo largo de la trayectoria escolar del alumnado. Es decir, para llevar a cabo su investigación se basaron en los indicadores de fracaso escolar que hacen referencia a la imposibilidad de conseguir las competencias básicas y al abandono escolar en la educación secundaria obligatoria, y también los indicadores de absentismo escolar y las dificultades de aprendizaje que comporta que el alumnado no obtenga el graduado en ESO.

Si tenemos en cuenta esta perspectiva del fracaso acumulativo, parece inevitable pensar en la importancia de la prevención en edades tempranas. Xavier Riudor, considera que es necesario que el sistema educativo se dote de los recursos y de los instrumentos diagnósticos que alerten de manera precoz sobre estos riesgos y orienten sobre las medidas pertinentes, de manera individualizada, y mediante los servicios de orientación psicopedagógicos y la práctica escolar.

Además, resulta evidente que las medidas que se apliquen no sólo deben centrarse en el ámbito del centro educativo, son necesarios cambios en la administración pública, desde las familias, por parte de los centros y el profesorado y por parte del alumnado si quiere lograrse una detección precoz del riesgo de fracaso escolar y aplicar las medidas necesarias para evitarlo.

La importancia del profesorado:

El profesorado tiene un papel clave en la detección temprana del riesgo de fracaso escolar. En función de las metodologías didácticas aplicadas, de los recursos, de la atención a la diversidad, del reconocimiento al propio trabajo docente, del apoyo de la familia, de la motivación por el trabajo… puede llegarse a una situación óptima para la detección y prevención del riesgo de fracaso escolar.

Aunque actualmente se está haciendo mucho, los aspectos consideran que es necesario mejorar una serie de aspectos para que el profesorado pueda contribuir al éxito escolar:
  • Dignificación de la función docente: Javier López Recio. Asesor de Comunicación de Educa-System, compara el sistema educativo finlandés y la formación del profesorado con la situación en España y muestra que, la clave del éxito finlandés, ha sido dotar de dignidad y protagonismo al profesional de la educación. Por supuesto, este reconocimiento del papel del docente va acompañado del apoyo de todo tipo de medios para atender las necesidades particulares del alumnado.
    En este sentido, los expertos coinciden en la necesidad de recuperar la importancia de la figura del docente, dotándola de autoridad si autoritarismo, siempre y cuando se acompañe esta consideración de recursos e inversión.
  • Motivación del profesorado: Para Mariano Fernández Enguita, los países que tienen menos porcentaje de fracaso escolar son aquellos que creen en su sistema educativo, aquellos en los que los profesores tienen claro que todos o casi todos los alumnos pueden alcanzar el éxito, que están en ese trabajo porque lo han elegido y les gusta.
  • Metodología de enseñanza: El sistema educativo sigue reproduciendo formas de enseñanza que no siempre funcionan, sin adaptarlas a las nuevas realidades y necesidades. Los expertos proponen profundizar en metodologías que están dando buenos frutos como el aprendizaje cooperativo y colaborativo, la mediación con los propios alumnos… La aplicación de las TIC y las nuevas necesidades del alumnado hace necesario un cambio de planteamiento en la forma de impartir las asignaturas. Xavier Riudor considera, en su entrevista, que la metodología que se utiliza habitualmente sigue siendo excesivamente tradicional y no está enfocada a la mejora de los resultados. Para reducir el riesgo de fracaso escolar, la práctica docente del proceso de enseñanza y aprendizaje en el aula debería de estar presidida por la adaptación metodológica y curricular hacia la diversidad de necesidades educativas que se manifiestan en el aula (respecto a las capacidades, las motivaciones y los intereses) y hacia los diferentes estilos de aprendizaje.
  • Formación del profesorado: Los expertos hacen especial énfasis en este aspecto. Para Ángel Luis Ramos, director de Área de Educación de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Europea de Madrid, es necesario elevar el nivel académico de los estudios de magisterio y de formación del profesorado. Para lograrlo, no sólo hay que aumentar las horas de formación, sino que es imprescindible una reflexión profunda sobre qué significa educar. Además de ofrecer las herramientas necesarias para el correcto desempeño de la profesión, las universidades deben trabajar en la transmisión de la pasión por la profesión.
    El profesorado, por su parte, debe actualizar sus conocimientos para estar al día, especialmente en TIC, para así conectar mejor con el alumnado y aplicar metodologías didácticas nuevas.Según Pere Farriol, presidente de la FAPAES, es necesario que los docentes tengan la formación para saber qué protocolos y medios son necesarios para conocer y reconocer el entorno de influencia de los niños y jóvenes y determinar qué grado de dificultad representa este entorno en el aprendizaje.
Por último, no podemos olvidar que, aunque el profesorado tiene un papel fundamental, la prevención del fracaso escolar es responsabilidad de todos los agentes implicados en la educación. Para lograr reducir estos elevados porcentajes son necesarias acciones a todos los niveles educativos, que tengan en cuenta los factores que causan el abandono de los estudios y una mayor inversión y recursos en los centros educativos.
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