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De calidades universitarias

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Carmen Dunia Mesa Peñate. Jefa del departamento de Música del I.E.S. Sierra de Segura (Beas de Segura -Jaén)
Uno de los aspectos introducidos con la LOU (Ley Orgánica de Universidades) es introducir la excelencia universitaria entendida como una manera de estimular a la competitividad de las universidades y a la movilidad entre las mismas tanto del profesorado como del alumnado con el fin de lograr la excelencia docente e investigadora hacia una enseñanza de mejor calidad y un nivel superior.

Una de las maneras de buscar esta excelencia es mediante la selección del profesorado mediante un sistema de acceso que consistiría en la eliminación de cualquier tipo de prueba con carácter de oposición, siendo la acreditación de méritos y curriculum  presentado por los aspirantes, la manera de acceder a  las plazas docentes. Este sistema trae consigo el peligro de caer en la mediocridad, seleccionando a un personal que puede no ser el adecuado para desempeñar la función docente universitaria. De hecho, es una realidad palpable que a nivel pedagógico la formación de los docentes universitarios se mueve por terrenos pantanosos y muy cuestionables. Nadie pone en duda el conocimiento científico y la experiencia de los profesores universitarios, pero en algunos casos sería necesario el reciclaje didáctico.

Independientemente del modo de acceso, se burocratizan las funciones del profesorado, tal y como está ocurriendo actualmente en las Enseñanzas Medias, derivando la labor del profesor hacia la redacción de cuestionarios y documentación varia que en poco mejoran la calidad de la enseñanza.

Si  bien la excelencia universitaria de entrada es el acicate perfecto para el alumnado y el profesorado de cara a mejorar el nivel, se corre el riesgo de caer en algo muy recurrente a otros niveles educativos: maquillaje de resultados. En ningún  caso se puede caer en la tentación de intentar "inflar" resultados con el fin de captar más alumnado o vender al público un nivel que realmente no se tiene. Si ocurriera esto con la universidad la educación en España estaría definitivamente vendida y solamente cabría la sensatez de una fuga de cerebros aconsejada y orientada hacia otros lugares con mayor cultura y sentido común. Y digo esto porque, aunque sería para "tirarse manos a la cabeza" el que a niveles universitarios nos moviéramos en terrenos tan farragosos, a otros niveles (Secundaria Obligatoria, Bachilleratos) esto ocurre. Luego nos encontramos con la triste realidad de alumnos que no consiguen la nota deseada, suspensos repentinos, niveles pésimos al llegar a la etapa universitaria... por no hablar de la frustración de los propios estudiantes que pueden llegar a plantearse qué tipo de formación han recibido durante tantos años de escolarización. Es mejor no pensarlo y confiar en la honestidad y el buen hacer de los profesionales que están al frente de las universidades. En caso contrario, creeríamos que el nivel del alumnado universitario ha caído tanto que es necesario buscar sistemas alternativos que prodiguen una calidad que no existe.

En cualquier caso, el título de calidad para un campus universitario supone ventajas tanto para la institución en sí como para el alumnado. Estamos hablando de mayor movilidad del alumnado tanto nacional como internacional, mayor demanda de alumnos que quieran cursar estudios, mayor prestigio de la entidad, más posibilidad de becas y ayudas para investigación, etc. Toda incorporación de cambios cuyo fin sea la búsqueda de la calidad es siempre bienvenida, pero sería necesario crear los medios para que esas modificaciones determinen realmente la calidad del sistema.
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