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La importancia de las prácticas universitarias en las empresas e instituciones

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Lluís Codinas. Responsable de Relaciones con las Empresas de la Escola Universitària del Maresme
Con la aprobación de los convenios de cooperación educativa (Real Decreto 1497/1981, modificado por el 1845/1994), el mundo de las empresas, administraciones públicas y centros universitarios se vieron afectados -de manera positiva- con la implementación de las prácticas en los estudios universitarios.

La puesta en práctica de los contenidos teóricos conjuntamente con las competencias adquiridas en su formación académica se está haciendo realidad durante los cursos académicos.

Las empresas acogen de buen grato los universitarios para formarles en su propio entorno, y los universitarios están satisfechos porque les permite tener la primera experiencia con las organizaciones empresariales y públicas y al mismo tiempo tienen la oportunidad de poner en práctica los contenidos asimilados.

Pero es necesario hacer una reflexión sobre toda la gestión de las prácticas ya que las necesidades y expectativas de los estudiantes tienen que ser de acorde con la propia realidad y su futuro profesional. Es importante que todos los actores empresa - universidad - estudiante confluyan para darle un valor añadido al futuro profesional.

Toda empresa que quiera acoger estudiantes en prácticas tiene que adoptar, de acuerdo con sus propios recursos, una estrategia para la buena planificación y gestión de estos nuevos recursos humanos. Es decir, tienen que responder a las necesidades formativas, a nivel del perfil curricular del propio estudiante. No se puede permitir que las empresas formen a los universitarios de espaldas al perfil curricular, dando una formación a la baja.

A toda empresa se le tiene que exigir planificación, sensibilidad e implicación.

Los centros universitarios tienen que tener desarrollados los programas de prácticas en función de los diferentes perfiles curriculares de los diferentes estudios. Al mismo tiempo los centros universitarios tienen que trabajar con indicadores y filtros para aprobar la idoneidad de las prácticas en aquella determinada organización.

Esto significa que se tiene que hacer una labor de información y asesoramiento a las organizaciones. Explicar con toda claridad en qué consiste el programa de prácticas, la adecuación del perfil curricular del estudiante y el proceso de la gestión de las solicitudes de prácticas. Si este proceder se da, no tiene porque existir ninguna anomalía en las prácticas del estudiante.

Los estudiantes son los actores principales, ya que se mueven por unos determinados intereses (tipo de tareas a realizar, nombre de la organización, prácticas con ayuda económica, ubicación geográfica, etc.…) a la hora de escoger sus prácticas y sobre todo con visión de futuro a su inserción laboral.

Hay que tener en cuenta que estos actores son universitarios en período de formación y que en ningún concepto son mano de obra barata.

Al mismo tiempo las prácticas pueden tener reconocimiento de créditos académicos o no, en función de los planes de estudio de cada centro universitario. Pero con independencia de estos reconocimientos de créditos o no, los estudiantes tienen que ser evaluados por su desempeño por parte de las organizaciones y los centros universitarios.

Las prácticas tienen que retroalimentar a todos los actores implicados. Por un lado, las organizaciones forman personal cualificado (estudiantes universitarios) y por lo tanto hacen de agentes sociales para la promoción y desarrollo profesional y al mismo tiempo pueden provocar una futura inserción laboral en la misma organización o en otra distinta.

Los estudiantes en función de sus capacidades y competencias adquiridas en las prácticas, se pueden transformar en jóvenes profesionales y al mismo tiempo hacen crecer su currículo. Los centros universitarios son el eje vertebrador de formar jóvenes profesionales, es decir que aparte del cometido que tienen como es la gestión del conocimiento son auténticos viveros de futuros profesionales.

El camino hacia el mercado laboral es cada día más complejo a causa de la situación económica y la competitividad de las empresas, la transformación de los perfiles profesionales y la constante adaptación que tienen que hacer las organizaciones versus al mercado y al propio sector que pertenecen.

El programa de prácticas universitarias representa la oportunidad más clara para formar nuevos profesionales que requieren las organizaciones en este entorno tan complejo, no solo para el cometido del desarrollo de tareas sino también desde el punto de vista del desarrollo de las competencias profesionales (habilidades, actitudes y aptitudes). De esta manera, todos los agentes lograrán un éxito que será recíproco.

Fomentar las prácticas universitarias en las empresas es crear nuevos profesionales y transformar las empresas en más competitivas.
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