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Una experiencia en la adaptación de prácticas a las necesidades del mercado laboral
Artículo de opinión
Las prácticas constituyen una parte fundamental del proceso formativo en la Formación Profesional para el Empleo. Permiten al alumnado la adquisición de habilidades para poder enfrentarse a los problemas reales que implica el ejercicio de la profesión.
Para facilitar el diseño de prácticas adaptadas a las competencias demandadas en el mercado laboral, la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo -en el marco de colaboración del Grupo Fondo Formación-, ha elaborado el Manual para el desarrollo de Guías de prácticas.
La formación profesional para el empleo (Real Decreto 395/2007, de 23 de marzo, por el que se regula el subsistema de formación profesional para el empleo), plantea entre sus fines proporcionar a través de la formación los conocimientos y las prácticas adecuados a las competencias profesionales requeridas en el mercado de trabajo y a las necesidades de la empresa.
El Catálogo Nacional de las Cualificaciones Profesionales es la base para elaborar la oferta formativa que conduce a la obtención de los títulos de Formación Profesional y de los Certificados de Profesionalidad. Incluye las cualificaciones profesionales clasificadas por familias profesionales y las desarrolla describiendo su competencia general, unidades de competencias y formación asociada.
Son las unidades de competencia y las realizaciones profesionales asociadas, junto con sus criterios de realización, nuestro principal referente para la determinación de las prácticas puesto que describen el comportamiento esperado que la persona debe ser capaz de realizar en las situaciones de trabajo. Las prácticas que se generen con el manual cubren la totalidad de las realizaciones profesionales de la ocupación.
El manual aporta una metodología para diseñar la práctica de forma idónea y ajustada a la realidad del ejercicio profesional. Detalla el proceso y secuencia de ejecución para el correcto desarrollo de la práctica, tomando como referente el Método demostrativo que ha inspirando tanto el diseño de la estructura y descripción de las prácticas como la propuesta didáctica de enseñanza.
La adopción de este método de enseñanza permite garantizar:
- La demostración práctica y coordinada de la tarea por parte del docente al alumnado y, la repetición del proceso de las prácticas de forma secuenciada y tantas veces como se estime oportuno, lo cual es altamente significativo para la adquisición de las habilidades y destrezas orientadas al desempeño de las competencias de la ocupación.
- La participación activa del alumnado, al situarle como principal protagonista, enfrentándose a la realización de la práctica, llevándoles a manifestar y potenciar su iniciativa, creatividad y demás actitudes que contribuyan a la realización eficaz de la práctica.
- La autoevaluación del aprendizaje por parte del alumnado, fomentando su responsabilidad sobre el aprendizaje, el sentido crítico y su capacidad de análisis. Ello posibilita la modificación de actitudes ya que el alumno o alumna aprecia sus propias capacidades "in situ” y determina lo que puede realizar, lo que debe lograr y lo que debe potenciar.
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