No es posible negar hoy el auge de ‘lo comunicacional' en todos los ámbitos de la vida; así como tampoco se puede ignorar el hecho de la estrecha relación entre los avances tecnológicos y el sistema educativo. En un intento de develar la lógica de la esfera de la comunicación, podemos afirmar que ésta se caracteriza por ser una lógica del consumismo y del hedonismo. Los medios de comunicación tienden a reproducir la cultura hedonista y del entretenimiento. Un indicador del poder que ejercen los medios en los estudiantes - especialmente en los adolescentes - es la gran incorporación de vocablos utilizados en televisión. Otro, es el poder de persuasión del mundo publicitario, el cual induce enérgicamente a consumir determinados productos, asumir ciertos valores o comportarse de determinada manera. Por su parte, históricamente, la lógica del sistema escolar pasó más por lo académico y por lo científico.
Sin embargo, Comunicación y Educación son dos esferas institucionales cuyas lógicas se cruzan y entrecruzan, chocan, se entrelazan, negocian y hasta compiten. Ejemplos de esto es la creación de canales televisivos con contenidos especialmente educativos, el intento por parte de los docentes de introducir en el aula talleres de producción radial o televisiva y - en otro nivel - los sistemas de educación a distancia, e-learning y enseñanza multimedia que se fueron optimizando en función de las TICs.
Cuando los medios de comunicación son utilizados seriamente, con un sentido lúdico, para aprender realmente, resultan muy atractivo para los niños, jóvenes y hasta para los adultos que aprenden. ¿Pero qué sucede cuando la televisión o los buscadores de Internet permiten a éstos acceder de manera indiscriminada a informaciones de diferente tipo, cuyo origen es dudoso, poco confiable, desinformante y hasta no científico?
Otra problemática se plantea cuando las lógicas de cada esfera intentan imponer su legitimidad. No es una actitud tolerante ni flexible la del docente que se opone, critica duramente y se cierra ante el avance de los medios. Son los contenidos y el uso que de ellos hacen familia e instituciones educativas los que determinarán si esos contenidos mediáticos van a apoyar y enriquecer o, por el contrario, destruir e impedir el aprendizaje del estudiante.
No tiene sentido juzgar -de buena o mala- la fuerte influencia de la comunicación en lo educativo. Pero nunca debemos olvidar que los medios no dejan de ser eso: "medios”, es decir, instrumentos que deben ser usados por y para el hombre. En consecuencia, la cuestión está en buscar el equilibrio, de modo tal de no caer en la trampa de poner en la panacea la apertura a los medios y su incorporación a la lógica académica, a tal punto de buscar convertir la educación en entretenimiento, perdiendo así de vista los objetivos educacionales.
Bibliografía consultada:
- Dussel, Inés, Entrevista con el sociólogo brasileño Renato Ortiz. "La mundialización de la cultura”. Revista Monitor. Argentina.
- Viñao Frago, Antonio, "Cultura tipográfica y cultura televisiva. Lecturas intensivas y extensivas”. Revista Propuesta Educativa.
- Magadaleno, Eugenio, "Postmodernidad y Violencia”.
http://www.euskosare.org/komunitateak
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