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"Comunicadores y educadores han vivido de espaldas e ignorándose mutuamente, cuando hoy nuestra sociedad necesita a estos dos sectores en confluencia, para generar una ciudadanía activa y realmente democrática"

Entrevista


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Entrevista a José Ignacio Aguaded. Vicerrector de Tecnologías, Innovación y Calidad de la Universidad de Huelva. Presidente fundador del Grupo Comunicar
En este monográfico hemos querido incidir en la responsabilidad de los medios de comunicación en la educación. ¿Considera que los medios deben implicarse en la educación en general?

Creo que los medios tienen una función social de servicio público irrenunciable, porque, lo quieran o no, educan (o deseducan). Es verdad que hasta este momento hemos vivido un panorama poco alentador, con unos medios más centrados en las ganancias comerciales o en la difusión de valores ideológicos, que en su fin social y ético, pero ya es momento que la ciudadanía reclame de forma colectiva unos medios que contribuyan al desarrollo social de los pueblos, porque no hemos de olvidar que pocos inventos a lo largo de la humanidad han podido, o pueden, contribuir de manera más decisiva en la transformación social.

¿Cree que es posible vincular a los medios de comunicación con la educación, teniendo en cuenta la programación actual que nos ofrecen?

No sólo es posible, sino que es necesario e imprescindible. Parece que hay axioma asentado en esta sociedad de que todo medio, si es educativo, necesariamente es aburrido. Estoy totalmente convencido de que es posible hacer televisión de calidad, y que al tiempo sea entretenida y divertida. La historia de los medios demuestra que buenos programas de televisión pueden ser simultáneamente buenos programas formativos, pero por desgracia son los programas más chirriantes los que triunfan por doquier, bien es verdad que ante unas audiencias muy poco exigentes y casi nada conscientes de que el consumo automático de los medios no nos beneficia como personas ni como sociedad.

Sin duda, creo que es posible unos medios mucho más vinculados a la educación y a la sociedad del conocimiento; también estoy seguro de que cuando tengamos unas audiencias mucho más formadas, unos telespectadores más activos, unos lectores críticos, unos internautas inteligentes…, con seguridad tendremos unos medios más responsables y de mayor calidad, y que, sin duda, serán mucho más educativos, formativos y culturales.

¿Cuál debería ser el papel de los profesionales de la comunicación con relación a la educación? ¿Cree que están suficientemente sensibilizados en materia educativa?

En general, las facultades y escuelas de formación de comunicadores prestan una escasa atención a la educación, considerando que este espacio es exclusivo de los educadores; lo mismo ocurre también en el ámbito educativo, donde la comunicación no es un eje transversal ni un área de conocimiento que requiera ser aprendida, como si hoy pudiéramos vivir sin comunicación.

Comunicadores y educadores han vivido de espaldas e ignorándose mutuamente, cuando hoy nuestra sociedad necesita más que nunca a estos dos sectores en confluencia, para generar una ciudadanía activa y realmente democrática, que tenga capacidad decisoria ante los múltiples mensajes mediáticos y audiovisuales que cada día recibimos.

Por ello reivindicamos la figura del edu-comunicador −del que ya hablaba Paulo Freire y Mario Kaplún− como eje clave de transformación social.

¿Existen en la actualidad, en España, consejos educativos en los medios de comunicación? ¿Cuál es, o cuál debería ser, su función?

En España la política de comunicación ha sido anárquica y totalmente a expensas del mercado. Ningún partido político se ha planteado en serio la importancia de un plan de comunicación para una sociedad democrática que preserve los derechos de la ciudadanía y forme a las audiencias para demandar unos medios de calidad acorde con los principios constitucionales y el progreso social. Ni tenemos un Consejo Audiovisual estatal que vele por estos principios, ni la televisión de servicio público cumple su función, ni los medios privados se preocupan por su fin social como concesiones que son de servicio público, ni en las escuelas de educación primaria y secundaria la comunicación tiene un papel importante en la educación de las nuevas generaciones. Pero aunque el panorama es poco alentador, son muchos los indicios que se perciben para ser optimistas de que este triste cuadro ha de cambiar: muchos profesores y educadores, muchos ciudadanos y ciudadanas cada vez más reclaman unos medios más éticos y una escuela más porosa con la comunicación y las tecnologías.

Según su opinión, ¿qué papel o función asigna la cultura académica o el sistema educativo a los medios de comunicación? ¿Se adecua a la realidad?

La cultura académica ha tenido muy poca presencia en los medios de comunicación y hasta cierto punto es lógico porque éstos no están pensados para transmitir sin más la cultura escolar; para eso están los libros y la escuela. Los medios tienen su propia idiosincrasia y para hacer uso de ellos hay que respetarla. El fallo de la tradicional televisión educativa fue precisamente éste: intentar trasladar miméticamente la escuela a la televisión. La televisión y los medios funcionan más por la vía emotiva y sentimental, su poder radica en su capacidad de generar espectáculo y entretenimiento, y es precisamente esas cualidades las que hay que fomentar desde un punto de vista cultural y formativo.

A nivel estatal, existen diversas medidas para regular los contenidos que aparecen en televisión teniendo en cuenta la protección a la infancia y la adolescencia. ¿Qué le parecen estas medidas? ¿Considera que logran sus objetivos?

El clásico debate sobre la regulación, autorregulación y heterorregulación de los medios surge de forma periódica. En un momento determinado se crea alarma social y los medios se comprometen a cumplir principios tan evidentes como los emanados de la Constitución, pero a los pocos días, o incluso a los pocos meses, éstos se olvidan y de nuevo se atenta contra las minorías, se afianzan estereotipos de género, se rentabiliza comercialmente la imagen de la infancia… La autorregulación ha quedado en nada y han sido ya varios intentos. Tampoco se ve como solución la heterorregulación porque, según unos pocos pero muy influyentes, el supremo principio de la libertad de expresión se vería debilitado por "censores” que asumen una fuerza moral "discutible”. Yo realmente pienso que este debate es necesario pero poco productivo y la experiencia así lo demuestra; creo que es mejor aspirar a formación de las audiencias: educar a los padres y madres, a los colectivos y asociaciones, a los niños y niñas, a los mayores para que hagan un consumo selectivo e inteligente de los medios. Es la única solución de futuro.

Generalmente, la televisión suele acaparar toda la atención de los profesionales de la educación, ¿cree que otros medios, como Internet, deberían implicarse en la educación?

Claro que Internet es un medio central que cada vez penetra más en la vida de la ciudadanía, pero no hemos de olvidar que su nivel de uso está en el 40%, frente al 80-90% de los países nórdicos y que en cambio somos de los primeros países, después de los EEUU, en consumo de televisión: prácticamente toda la población ve a diario la televisión.

Es verdad que estos dos medios cada vez están confluyendo y que Internet cada vez se parece más a la televisión y su éxito va a ser pleno cuando realmente se integre en el medio TV y converjan casi definitivamente.

¿Qué utilidad le encuentran los profesionales de la educación a los medios? ¿Cree que la tendencia actual es considerarlos una parte importante de la educación o un se limitan a ser un vehículo formativo?

Los medios hoy por desgracia siguen siendo algo anecdótico en educación. Sólo se emplean las tecnologías de una forma tímida como recursos para el aprendizaje en algunas asignaturas, pero no se realiza un uso planificado de los medios como recursos integrales para el apren¬dizaje, ni se analizan como objeto de estudio ni se emplea como técnicas de expresión y cono¬ci¬miento, como verdaderos lenguajes de producción.

Háblenos de la revista Comunicar, ¿cuál es su finalidad? ¿A quién va dirigida?

La revista "Comunicar” es una publicación de educadores y comunicadores que desde hace 15 años ha editado más de 1.000 artículos y trabajos con investigaciones, reflexiones, propuestas prácticas y experiencias de profesores y periodistas de todo el mundo para fomentar el uso didáctico, crítico, inteligente y plural de los medios de comunicación en las aulas. Es una publicación asentada no sólo en España, sino también en Europa y América, y es ya un referente para todos aquéllos que se quieren acercar a esta temática. En www.revistacomunicar.com se ofrecen muchos de los artículos on-line en abierto para su acceso y estudio de todos los interesados, ya que la misma se publica por una asociación profesional de edu-comunicadores de Andalucía (www.grupocomunicar.com) que desde hace 20 años viene realizando actividades de formación del profesorado, investigación, sensibilización social y edición de materiales en esta temática.

¿Existen grandes diferencias entre las diferentes CCAA, o alguna Comunidad Autónoma que destaque por sus actuaciones a la hora de educar a través de los medios de comunicación?

En todas las comunidades españolas hay un cierto interés creciente por esta temática que, por otro lado, es universal y está presente en todos los países del mundo. Recientemente hemos firmado como representantes de España una Carta Europea para la Alfabetización Mediática, donde colaboramos conjuntamente con los principales centros de investigación europeos: el British Film Institute de Londres, el CLEMI de Francia, el CICOM de Portugal…

En España comienza a crecer el interés por una temática que siempre ha estado latente pero que nunca ha acabado por despertar porque nunca hemos contado con una generación de políticos que hayan creído firmemente en las posibilidades inmensas que ofrece la edu-comunicación.
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