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Obesidad: un problema que aparece

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Dra. Yvonne Colomer, Directora de la Fundación Triptólemos
Alimentarse es una necesidad biológica. Mejor o peor, todos comemos. Unos están preocupados por el hambre y otros por la obesidad. La alimentación tiene una gran importancia en la salud. Y uno se pregunta: ¿por qué en general se tiene tanto desconocimiento de los alimentos, de la nutrición, etc.? ¿Por qué no enseñamos con mayor ímpetu en nuestras escuelas las bases de una alimentación y estilo de vida equilibrado, que deberán servirnos a lo largo de toda nuestra vida? Los datos estadísticos muestran un aumento constante de la obesidad en nuestra infancia y juventud. ¿Cómo atacar este problema? No se trata de un problema cuyos motivos de aparición sean desconocidos. A primera vista se trata de un problema simple aunque en realidad es el resultado de un conjunto de actitudes fruto de problemáticas múltiples, aparentemente elementales, cuyo resultado final, si todas ellas no se conducen de una forma correcta, llevan a la obesidad.

En una visión global, para una persona sana (sin problemas metabólicos ni psicológicos) la obesidad aparece cuando el balance energético entre ingestión de energía alimentaria y consumo da como resultado un exceso de energía que se acumula en forma de componentes del cuerpo humano (fundamentalmente grasa y agua).

Si entramos en un primer detalle de la ingesta se debe ya distinguir entre lo que comemos y como lo comemos. En lo que comemos, el primer factor importante es la dieta en la que la energía que nos corresponde por la actividad debe estar repartida entre 50-70% de hidratos de carbono, 20-35% de grasas y 10-15% de proteínas. Por tanto no hay productos individualmente malos, sino mal balance entre todo lo que comemos. Es una cuestión de dosis. Como comemos es también importante: la distribución en tres etapas diferenciadas, desayuno, comida y cena repartidas adecuadamente en sus contenidos, y evitar comer continuamente. El picoteo constante es como un gota-gota, aumenta el rendimiento de la absorción.

El consumo energético debe estar en equilibrio con la ingesta. Y así como la ingesta es constante debe estar en equilibrio con un consumo constante. Hábitos de consumo constante: andar, subir y bajar escaleras, hacer deporte con frecuencias cortas establecidas, etc.

La nutrición y su aplicación, la dietética, son complejas. Profundizando más en las bases enunciadas se debe llegar a la composición de las grasas ingeridas, las vitaminas, los minerales, la fibra, etc., procurando que además de cumplir los porcentajes globales anunciados se satisfagan los mínimos para los componentes específicos cuyas cantidades pueden proceder de distintos alimentos. También las necesidades deben fijarse en función de la situación individual (edad, sexo, embarazo, actividad física...).

Como se ha dicho todos son parámetros conocidos pero deben cumplirse conjuntamente y la falta de ello es el origen del problema de la obesidad creciente en adolescentes: Dieta sobrecargada energéticamente por sus necesidades, dietas que no cumplen el porcentaje de distribución por estar formadas por pocos ingredientes y consumo frecuente, complementado todo ello por poco ejercicio físico.

Nos encontramos pues con un problema alimentario que no es de falta de recursos, sino, fundamentalmente, de información y organización social. Son estos dos aspectos los que dan complejidad y dificultad al problema. Problema que comporta hacer llegar a la sociedad, adolescentes y padres, una formación previa veraz que les permita comprender y valorar las informaciones, muchas veces sesgadas, que les llegarán por múltiples vías. Es clásico que una formación eficaz necesita de la colaboración entre maestros y padres. En este caso la conjunción es absolutamente imprescindible. Sin una colaboración de los padres en los criterios básicos nutricionales transmitidos a través de la organización y contenido de las comidas caseras toda acción apunta al fracaso.

La Fundación TRIPTÓLEMOS es una Fundación de la sociedad civil, de la cual es patrono fundacional y ocupa una vicepresidencia la UPC (Universitat Politècnica de Catalunya), cuyo objetivo final es trabajar para el mejor funcionamiento del hecho alimentario. Como que el hecho alimentario es amplio y complejo sus acciones son múltiples, pero con referencia al problema de la obesidad está realizando una serie de acciones en la filosofía indicada. A nivel de formación para padres y adultos en general, ha publicado un libro "Alimentos, que hay detrás de la etiqueta?” (Editorial Viena- Barcelona 2004) y, focalizado a los adolescentes, se está realizando un ensayo piloto con 800 alumnos de ESO en colegios públicos de Alicante y Murcia, que se piensa extender a más comunidades, entregando a cada uno de ellos un libro de trabajo "Cuaderno educativo: nutrición y alimentación”, para crear conocimiento, de una forma atractiva a su edad, sobre los alimentos, su origen, tecnologías, contenido en nutrientes, etc. y de él derivar hábitos y actitudes de vida saludables.

El texto tiene su origen en un premio sobre el tema de la Generalitat Valenciana revisado por profesores universitarios ligados a la Fundación. También se trabaja en investigación universitaria sobre el tema. La Fundación está iniciando un proyecto con la AESA (Agencia Española de Seguridad Alimentaria) para estudiar las correlaciones entre dieta, parámetros clínicos, estilo de vida y obesidad con la intervención prevista de 20 investigadores de distintas universidades españolas. Este trabajo debe ayudar a articular cuantitativamente el complejo problema de la obesidad, complejidad debida a los múltiples factores, individualmente de apariencia sencilla, que la conforman.

A otro nivel, la Fundación organiza en la UPC, el MBA en gestión de empresas alimentarias (11ª edición) con el fin de formar profesionales que conozcan y gestionen adecuadamente las empresas agroalimentarias en este nuestro entorno competitivo, complejo y cambiante.

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