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Educando y educador: Observaciones desde una perspectiva socio-pedagógica

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Sara Fernández Puerto, profesora del Departamento de Recursos Turísticos de ESMA Escuela universitaria
-El modelo al que todo hombre de talento debe aspirar, y en el que todo hombre de talento se debe inspirar, es el de "Hombre Universal”: "La Persona” que atraída por el mundo, construye a su vez el mundo—y para ello -El "hombre moderno” ha de romper los límites que compartimentan en dos esferas radicalmente opuestas "la Teoría” y "la Práctica” pues ambas se alimentan mutuamente... Y no existe obra bien hecha sin un aporte intelectual y científico que la sostenga, ni una mecánica que la ejecute-
(Inspirado en Leonardo Da Vinci)


Los estudios sociológicos realizados en los últimos años nos constatan que hemos traspasado los lindes de una sociedad industrial para afincarnos en el seno de una sociedad postindustrial plena. En este tránsito se han producido avances, pero también han surgido dificultades y paradojas. Son ejemplos cotidianos de las últimas el incremento simultáneo que experimentan las dualidades: tecnología / paro, aumento del ocio / devaluación del trabajo, progreso material / carencias educativas, tolerancia intercultural / aumento de los radicalismos, autonomía individual / burocratización excesiva en el trabajo y las relaciones con las instituciones... No podemos permanecer ajenos, especialmente los educadores, ante las constantes positivas y negativas que la nueva sociedad nos depara, convivimos con ellas y hemos de " preparar” y "prepararnos” para afrontarlas.


-El mundo moderno es dinámico, es movimiento; pero la realidad requiere la creación de un espacio comunicativo cromático a la vez que armónico y sinérgico-
(Inspirado en Robert Delaunay)


Los resultados de las encuestas del Eurobarómetro, realizadas entre jóvenes de 15 y 24 años de los 15 países que formaban hasta ahora la UE (más próximos a nuestras condiciones de vida que los recientemente incorporados) configuran un "retrato genérico” de alumno, del que podríamos destacar:
  • El joven europeo comunitario tiene una marcada concepción utilitaria del estudio y del trabajo (45%). Le interesa sobre todo la remuneración económica, por encima de la vocación.
  • Su primera preocupación es encontrar trabajo, muy por encima de preocupaciones medioambientales o de justicia social (desideologización).

  • El interés en la adquisición de conocimientos culturales o la formación educativa (cuarto lugar) ocupa una posición inferior a la del interés que le despiertan las nuevas tecnologías (tercer lugar).

  • El joven europeo comunitario es una persona propensa a un estilo de vida individual, poco inclinada a realizar actividades asociativas o humanitarias desinteresadas.

  • Presenta un "sentido acomodaticio” muy marcado, dependiente de la familia (que no le pide en contraprestación obediencia, eliminando así probables brotes de conflictividad) y poco dado al "esfuerzo” sin frutos inmediatos.

  • Es un gran consumidor, pero a medida que madura, deja de ser un consumidor compulsivo y se convierte en un consumidor reflexivo: conoce las posibilidades del mercado, sabe que la oferta es casi siempre superior a la demanda, sabe negociar, tiene un marcado sentimiento de "consumidor con derechos” y es bastante inmune a la publicidad directa (ha desarrollado frente a la misma mecanismos de defensa). Las adquisiciones de productos o servicios obedecen a hábitos de grupo y sociales (modas, posicionamiento, diferenciación, autorrealización...) y son evaluadas por su utilidad, ya sea la que emana del producto central o de los valores añadidos (producto periférico).

No es difícil concluir, teniendo en cuenta todo lo hasta ahora observado, que el cultivo del positivismo radical (utilitarismo, pragmatismo, productivismo) ha conducido a la sociedad postindustrial europea a sobrevalorar la preponderancia otorgada a la esfera económica sobre los demás ámbitos de la vida y la actividad humana. El proceso ha venido acompañado de la desideologización como fenómeno general (Bell), la dispersión y el fraccionamiento de las actividades humanas como producto resultante de la especialización de las ciencias y del pluralismo relativista (Fourastié), el aumento del permisivismo axiológico y actitudinal (Falcón), o la complejidad social y la insensibilización frente a los males alienos que la acompaña.


-Espontaneidad o reflexión, sensualidad o austeridad, serenidad o arrebato: Las herramientas de la comunicación son múltiples. Su éxito estriba en la combinación lúcida de formas e ideas y la claridad final del mensaje— (Inspirado en Pablo Ruiz Picasso)
Mas -Nada es funcional si no se integra con coherencia entre los objetos que le rodean- (Inspirado en Juan Gris)


¿Frente a esta situación que puede ofrecer el docente? Entre otros aspectos, pensamos que:
  • Ofrecer criterios para generar la autoevaluación crítica del equipaje cognoscitivo y actitudinal de los alumnos que cursan estudios, con independencia de su índole (obligatorios, postobligatorios, universitarios, especializados...).

  • Analizar los factores dominantes en las actividades y hábitos de estudio personales y grupales, para encauzarlos o apoyarlos convenientemente.

  • Estudiar la incidencia que, una vez determinados estos factores, puede ejercer la tarea docente para mejorar la acción educativa en general y el rendimiento académico en particular.
Paralelamente y en sintonía con los informes procedentes de la Comisión Delors para la UE (Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI), consideramos que asumirlos es loable, pero solo posible si usamos procedimientos educativos significativos para el alumno y correctos éticamente:
  • La educación es una tarea o "un saber hacer” en torno al "crecimiento integral del ser humano”. La educación tiene, por tanto, una dimensión poliédrica: ético-cultural, científico-técnica y económico-social. Quien ha de comenzar esta tarea es la familia. La educación escolar, universitaria, postuniversitaria o permanente ha de afianzarla.

  • Es necesario diversificar los tipos de estudio, a fin de sacar el mayor provecho de las capacidades de cada uno. Pero ha de haber "lugares comunes de encuentro” (interdisciplinariedad) que garanticen una formación sólida, y "puentes” que puedan corregir errores de orientación. La diversificación se ha de hacer efectiva en los estudios postsecundarios y también en los universitarios, con una duración de dos a cuatro años.

  • Toda reforma educativa y todo programa educativo no ha de ser ni demasiado radical, ni demasiado retórico, ni demasiado fácil. Lo primero desequilibraría o generaría angustia, lo segundo sería más pretencioso que operativo y lo tercero no crearía hábitos correctos y disminuiría capacidades.

  • El educando ha de ser educado en el esfuerzo, la atención y la voluntad, nunca en la arbitrariedad ni en el capricho. Bondad y disciplina racional no son antónimos. El mundo de la educación no es comparable a un mercado que se regula exclusivamente mediante mecanismos de compra-venta / oferta-demanda. Existe una responsabilidad social-cultural-ética elevada en su funcionamiento. Enseñar una materia de estudio no es equiparable a venderla.
Finalmente, proponemos, no sin ser conscientes de nuestros intereses económicos y de nuestras limitaciones humanas, no caer en los "errores” educativos que genera "lo acomodaticio”, sino ahondar en las inherentes posibilidades del aprendizaje. Para ello sería encomiable cultivar las virtudes de una educación comprometida (analítico-reflexiva) y creativa, fundamentada en unos estudios no dogmáticos, pero sí bien estructurados y sistemáticos. La utilidad del aprendizaje emergerá entonces como una consecuencia natural del proceso, y su aplicación en la vida cotidiana tendrá efectos individuales, sociales y culturales remarcables y duraders.
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